Seis mil doscientas treinta y cuatro personas fueron diagnosticadas en Cuba con la COVID-19 en el transcurso de la última semana, la cual constituye la de mayores cifras de contagiados desde que empezó el enfrentamiento a la epidemia en el país hace ya casi un año.
Solo tres provincias, Guantánamo, Matanzas y Villa Clara, evidencian en estos momentos una disminución en la incidencia de casos; en el resto de los territorios la confirmación de nuevos pacientes aumenta.
Así lo informó este lunes el ministro de Salud Pública, José íngel Portal Miranda, en la reunión habitual del grupo temporal de trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus que encabezaron, desde el Palacio de la Revolución, el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz.
Durante el encuentro, que enlazó a través de videoconferencia a las principales autoridades de 11 provincias, el Titular de Salud Pública detalló, además, que en los 21 días transcurridos de febrero se supera en 1395 pacientes los reportados en todo el mes de enero.
Los mayores niveles de transmisión –dijo– se manifiestan en La Habana, Santiago de Cuba y Guantánamo, donde se concentra el 73,6% de los diagnosticados en el presente mes.
Lamentablemente, también en esas tres provincias han ocurrido 66 de las 84 defunciones como consecuencia del SARS-CoV-2 en febrero, con lo cual son ya 300 las personas que han fallecido en la Mayor de las Antillas durante la pandemia, refirió.
Si bien los números informados este lunes significan un ligero descenso respecto a la anterior jornada, la situación del país, reconoció Portal Miranda, sigue siendo compleja.
Ante esa realidad, durante el minucioso análisis realizado en el grupo temporal sobre el escenario epidemiológico que vive la nación, el vice primer ministro Roberto Morales Ojeda enfatizó en la prioridad con que se deben continuar trabajando aspectos como la pesquisa activa en las comunidades; el aislamiento oportuno de contactos y personas sospechosas; la atención a los grupos de riesgo; el estricto cumplimiento de los protocolos sanitarios en todas las instituciones; la calidad de la encuesta epidemiológica; y el fortalecimiento del papel que le corresponde en el actual contexto al médico y la enfermera de la familia.
Justamente fueron esos los principales elementos a los cuales se refirieron las autoridades gubernamentales de las provincias de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Villa Clara, Cienfuegos, Camagí¼ey, Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, territorios que, en su mayoría, mostraron un retroceso en el control de la enfermedad al concluir la última semana.
Con una tasa de incidencia de 301,5 por cada 100 000 habitantes en los últimos 15 días, es La Habana donde diariamente se confirma la mayor cantidad de personas positivas a la enfermedad. En la capital se mantienen activos, además, 10 eventos de transmisión local, cuatro de los cuales reportaron nuevos casos este lunes.
En tal sentido, el gobernador, Reinaldo García Zapata, aseguró que tras el propósito de disminuir la elevada dispersión de la enfermedad que se constata en el territorio, se refuerzan las medidas diseñadas y se evalúa la implementación de otras teniendo en cuenta las experiencias adquiridas en momentos anteriores de enfrentamiento a la COVID-19 y que permitirían fortalecer la vigilancia y el control en la provincia.
Acciones encaminadas a disminuir la movilidad de las personas, sobre todo en el horario nocturno, se adoptan también en provincias como Pinar del Río, Camagí¼ey y Mayabeque.
En este último territorio, según refirió la gobernadora Tamara Valido Benítez, la tendencia es al incremento de los casos positivos, de ahí el minucioso trabajo que se realiza en cada uno de los focos activos para cortar en ellos la transmisión del virus.
En medio de las complejidades epidemiológicas que manifiesta el país, la situación que muestran durante la última semana provincias como Villa Clara y Guantánamo, en las cuales se constata un avance en el control de la enfermedad, demuestra que con la experiencia adquirida en casi un año de enfrentamiento a la COVID-19, es posible revertir el actual escenario en Cuba.
De manera particular desde el más oriental de los territorios cubanos, el gobernador, Emilio Matos Mosqueda, explicó que allí se continúa atendiendo de manera especial la realización de las pesquisas en las comunidades, con énfasis en los grupos más vulnerables y en aquellos lugares donde se encuentran activos controles de focos y eventos de transmisión.
A su vez, dijo, se ha logrado incrementar las capacidades de aislamiento para contactos y sospechosos, un elemento vital para alcanzar el control definitivo de la enfermedad.
Del accionar responsable de todos, tanto en espacios colectivos como en los más íntimos, depende hoy en gran medida que el país logre disminuir los niveles de transmisión de la enfermedad, esencial para cortar caminos a un virus que ha cobrado la vida en el mundo a más de un millón de personas.