Socialismo, Girón y victoria son palabras que se entremezclan y cobran mayor simbolismo con la celebración del 8. º Congreso del Partido Comunista de Cuba, que sesiona desde el 16 hasta el 19 de abril.
Será el Congreso de la continuidad histórica y tendrá de fondo una historia que, 60 años atrás, cobró vida en las arenas de Playa Girón, y, previamente, en la famosa esquina de 23 y 12, en La Habana, cuando el Comandante en Jefe, Fidel Castro, proclamó el carácter socialista de la Revolución cubana, aquel inolvidable 16 de abril de 1961.
En el sepelio de las víctimas de los bombardeos a los aeropuertos de Ciudad Libertad y San Antonio de los Baños Fidel anunció al mundo que Cuba seguiría el rumbo socialista: «Esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta Revolución […] estamos dispuestos a dar la vida ».
Los fusiles en alto y el canto de nuestro himno nacional pusieron fin a la multitudinaria concentración de aquel 16 de abril, y de ahí salimos los cubanos a defender el socialismo en las arenas de Playa Girón. Ese día también nació el actual Partido Comunista de Cuba, por lo que se considera su fecha fundacional.
Apenas bastaron 72 horas para derrotar la invasión mercenaria organizada y financiada por el Gobierno de los Estados Unidos. En las límpidas arenas de Girón hubo mucho fuego y metralla contra el invasor. La significación histórica de esa victoria ha sido reconocida a lo largo de estas seis décadas. Fue la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América Latina.
Trascendental suceso que no puede ser olvidado y que ahora se entremezcla con otro acontecimiento relevante: el 8. º Congreso del PCC. El contexto es bien complejo, caracterizado por la agudización de la crisis económica mundial, el recrudecimiento del bloqueo y la difícil situación sanitaria generada por la COVID-19.
Como se ha afirmado, este será el Congreso de la continuidad histórica de la Revolución y proyectará el futuro de la nación con la unidad como premisa básica.
Por tanto, no quedará asunto medular de la economía y su proyección estratégica hasta el 2030 sin el correspondiente análisis en el cónclave partidista, cuyo centro de atención será actualizar la conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, implementar los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, así como evaluar los resultados económico-sociales del 7.o Congreso a la fecha.
También los delegados electos debatirán el funcionamiento del Partido, su vinculación con las masas, la actividad ideológica, y la situación de la política de cuadros en las diferentes organizaciones y el Gobierno, un tema estratégico en las actuales y futuras circunstancias. Tampoco faltará el análisis profundo y minucioso de la labor ideológica del Partido en los próximos años, como fuerza dirigente y rectora de la sociedad.
Habrá renuevo generacional, pero como continuidad y nunca como ruptura, como preconizan y desean nuestros enemigos.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al enjuiciar la trascendencia del evento, precisó que será un Congreso de pueblo: «Vamos a un Congreso a debatir y a proponer soluciones, y esos análisis y esas propuestas tienen que estar en concordancia con lo que aspira el pueblo de los debates, porque vamos representando a la militancia, a nuestras organizaciones de base del Partido; pero, sobre todo, vamos representando al pueblo ».
Fidel, nuestro líder histórico y protagonista de los sucesos gloriosos de hace 60 años, no estará presente físicamente, pero sí su legado. Por ello, recordar sus palabras en el 7.o Congreso última de sus intervenciones en eventos de esta magnitud resulta siempre fuente de inspiración para mirar con optimismo el futuro, aun en las difíciles circunstancias de hoy: «Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible ».
Y con esa convicción seguiremos construyendo y fortaleciendo nuestro socialismo.