
El gesto de Céspedes, su ímpetu y decisión de dar el grito de Libertad o Muerte aquella mañana luminosa del sábado 10 de octubre, ha de llenar de amor y patriotismo nuestro espíritu. Mientras, del guerrillero corresponde apropiarnos de su vocación solidaria e internacionalista, que le hizo dar la vida el 9 de octubre de 1967, hace ahora 54 años.

Supo el Che de nuestro país a través del ajedrez en la Olimpiada Mundial de Buenos Aires, en 1939. Luego, en Guatemala, conocería a í‘ico López, y tras una larga noche de conversación con Fidel Castro, se convirtió en el primer expedicionario del yate Granma.
Así, Cuba y su historia le fueron penetrando en el corazón y se hizo un ferviente admirador de sus tradiciones, próceres y hazañas. La coincidencia de haber nacido el mismo día que el General Antonio Maceo, aunque en años y geografías muy diferentes, debe haber contribuido favorablemente a ese ahondar en nuestras raíces.
Su muerte en Bolivia, de igual manera lo acerca cronológicamente a otra de nuestras fechas patrias: el glorioso 10 de octubre de 1868, día que marcó el inicio de las luchas por la independencia.
Estudioso profundo de la Historia, Ernesto Guevara supo del gesto heroico de Carlos Manuel de Céspedes y de aquella decisión radical de darles la libertad a sus esclavos e invitarlos como hermanos, no como siervos, a luchar por romper el yugo colonial español.
De igual manera, el guerrillero argentino-cubano fue un profundo admirador de José Martí, el genial continuador de la senda marcada por el abogado bayamés.
Sobre el Héroe Nacional cubano dijo en el hermoso homenaje que se le dedicara el 19 de mayo de 1960: «Se puede honrar a Martí citando sus frases, frases bonitas, frases perfectas, y además, y sobre todo, frases justas. Pero se puede y se debe honrar a Martí en la forma en que él querría que se le hiciera, cuando decía a pleno pulmón: "La mejor manera de decir, es hacer" ».

También sintió admiración por Antonio Maceo, tanto por sus hazañas guerreras como por su genialidad política. El homenaje que le rindiera el 7 de diciembre de 1962, recién finalizada la Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre, mantiene plena vigencia.
Así dijo entonces el Comandante Guevara: «Por eso, sus palabras, sus frases tan queridas resuenan tan hondo en el corazón de los cubanos, y es de obligada recordación esa frase que está inscripta al costado del monumento: “Quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la luchaâ€. Ese fue el espíritu de Maceo y ese fue el espíritu de nuestro pueblo ».
De la muerte del Guerrillero de América ha transcurrido algo más de medio siglo, pero su patriotismo sigue intacto y su ejemplo nos guía en los tiempos difíciles que vivimos.
La fecha gloriosa del 10 de octubre de 1868 nos convoca a mantener en alto nuestras banderas de libertad y soberanía.
El Che, ese gigante moral como le llamara Fidel, vive todavía y los villaclareños lo honramos cada 8 de octubre en su plaza, llevándole resultados, surcos de fuego y cañas cortadas.
Mientras Céspedes, el hombre de mármol, nos sigue recordando, tal y como expresa en su Manifiesto del 10 de Octubre, que «Cuba aspira a ser una nación grande y civilizada, para tender un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos ».