El 10 de octubre de 1868 y el Che en la hora actual de Cuba

Lo sucedido en el ingenio Demajagua el décimo dí­a del décimo mes de 1868 y el pensamiento revolucionario y altruista del Che son referentes históricos vez más necesario en los tiempos cruciales que vive la Patria.

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Carlos Manuel de Céspedes inicia las guerra por la independencia de Cuba, el 10 de octubre de 1968.
El 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, proclamó el inicio de las guerras por la independencia de Cuba. (Foto: Tomada de Internet)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
1291
10 Octubre 2021

El  gesto de Céspedes, su í­mpetu y decisión de dar el grito de Libertad o Muerte aquella mañana luminosa del sábado 10 de octubre,  ha de  llenar de amor y patriotismo nuestro espí­ritu. Mientras, del guerrillero corresponde apropiarnos de su vocación solidaria e internacionalista, que le hizo dar la vida el 9 de octubre de 1967, hace ahora 54 años.

Campana del ingenio Demajagua, donde iniciaron las guerras por la independencia de Cuba.
La campana que llamó a la lucha por la libertad  hace 153 años. (Foto: Tomada de Internet)

Supo el Che de nuestro paí­s a través del ajedrez en la Olimpiada Mundial de Buenos Aires, en 1939. Luego, en Guatemala, conocerí­a a í‘ico López, y tras una larga noche de conversación con Fidel Castro, se convirtió en el primer expedicionario del yate Granma.

Así­, Cuba y su historia le fueron penetrando en el corazón y se hizo un ferviente admirador de sus tradiciones, próceres y hazañas. La coincidencia de haber nacido el mismo dí­a que el General Antonio Maceo, aunque en años y geografí­as muy diferentes, debe haber contribuido favorablemente  a ese ahondar en nuestras raí­ces.

Su muerte en Bolivia, de igual manera lo acerca cronológicamente a otra de nuestras fechas patrias: el glorioso 10 de octubre de 1868, dí­a que marcó el inicio de las luchas por la independencia.

Estudioso profundo de la Historia, Ernesto Guevara supo del gesto heroico de Carlos Manuel de Céspedes y de aquella decisión radical de darles la libertad a sus esclavos e invitarlos como hermanos, no como siervos, a luchar por romper el yugo colonial español.

De igual manera, el guerrillero argentino-cubano fue un profundo admirador de José Martí­, el genial continuador de la senda marcada por el abogado bayamés.

Sobre el Héroe Nacional cubano dijo en el hermoso homenaje que se le dedicara el 19 de mayo de 1960: «Se puede honrar a Martí­ citando sus frases, frases bonitas, frases perfectas, y además, y sobre todo, frases justas. Pero se puede y se debe honrar a Martí­ en la forma en que él querrí­a que se le hiciera, cuando decí­a a pleno pulmón: "La mejor manera de decir, es hacer" ».

Comandante Ernesto Che Guevara en el Escambray.
El Comandante Ernesto Che Guevara en las montañas del Escambray. (Foto: Tirso Martí­nez)

También sintió admiración por Antonio Maceo, tanto por sus hazañas guerreras como por su genialidad polí­tica. El homenaje que le rindiera el 7 de diciembre de 1962, recién finalizada la Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre, mantiene plena vigencia.

Así­ dijo entonces el Comandante Guevara: «Por eso, sus palabras, sus frases tan queridas resuenan tan hondo en el corazón de los cubanos, y es de obligada recordación esa frase que está inscripta al costado del monumento: “Quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”. Ese fue el espí­ritu de Maceo y ese fue el espí­ritu de nuestro pueblo ».

De la muerte del Guerrillero de América ha transcurrido algo más de medio siglo, pero su patriotismo sigue intacto y su ejemplo nos guí­a en los tiempos difí­ciles que vivimos.

La fecha gloriosa del 10 de octubre de 1868 nos convoca a mantener en alto nuestras banderas de libertad y soberaní­a.

El Che, ese gigante moral como le llamara Fidel, vive todaví­a y los villaclareños lo honramos cada 8 de octubre en su plaza, llevándole resultados, surcos de fuego y cañas cortadas.

Mientras Céspedes, el hombre de mármol, nos sigue recordando, tal y como expresa en su Manifiesto del 10 de Octubre, que «Cuba aspira a ser una nación grande y civilizada, para tender un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos ».    

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