Santiago de Cuba —.Ofrendas florales dedicadas a José Martí por el líder de la Revolución, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezaron el homenaje que en el aniversario 170 de su natalicio recibiera el Héroe Nacional cubano, en esta ciudad.
En el tributo al que asistiera el miembro del Buró Político del Comité Central y vicepresidente cubano, Salvador Valdés Mesa, también fueron depositadas en el mausoleo erigido al Apóstol en el cementerio Santa Ifigenia, las coronas de flores a nombre del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández, y del pueblo de Cuba.
Junto a Valdés Mesa estuvieron presentes los integrantes del Comité Central y máximas autoridades del Partido y el gobierno en la provincia, José Ramón Monteagudo Ruiz y Beatriz Johnson Urrutia, respectivamente, así como jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, en el territorio.
La vigencia del ideario del Maestro y su ejemplar entrega a la libertad de la patria fue evocada en las palabras centrales asumidas por el vicerrector de la Universidad de Oriente, doctor en Ciencias Jurídicas e historiador Luis Alberto Pérez Llody, quien aseveró que constituyen un legado palpable al que jamás podremos renunciar los cubanos dignos.
A la guardia de honor a cargo de la unidad de ceremonias de las FAR, esta vez se sumaron, como estímulo a sus resultados integrales, alumnos de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos de esta ciudad, y estudiantes destacados, mientras que jóvenes del proyecto cultural Príncipe Enano, y la agrupación vocal Adalias, exaltaban la prédica martiana con su arte ante los santiagueros.
Como cada 28 de enero, reverencia especial dedicada al Héroe Nacional por las Fuerzas Armadas Revolucionarias, constituyeron en la jornada las 21 salvas de artillería que justo a las 12 del mediodía disparara, en ceremonia simultánea en la Fortaleza de la Cabaña de La Habana, una batería de esa arma del Ejército Oriental, desde la necrópolis patrimonial de Santa Ifigenia. (Eduardo Palomares Calderón)
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