Las prioridades y conceptos que imponen los nuevos tiempos a la educación cubana, fueron desarrollados por el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la clausura del Seminario nacional de preparación del Curso Escolar 2023-2024, celebrado esta semana, durante tres días, en La Habana.
En el intercambio, que también fue encabezado por el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, el presidente de la República reconoció el trabajo desarrollado por la compañera Ena Elsa Velázquez Cobiella durante 15 años al frente del Ministerio de Educación (Mined).
Ratificó la confianza en la continuidad del perfeccionamiento de la educación, el que liderará ahora la nueva titular del organismo, la compañera Naima Ariatne Trujillo Barreto, «la que contará también con todo nuestro apoyo», afirmó el mandatario.
Tras hacer una relatoría y reseña de los temas analizados durante el seminario, la ministra Trujillo Barreto explicó que estos talleres se realizarán ahora a nivel provincial y municipal y finalmente en las instituciones educativas, durante los cuales se utilizarán como materiales audiovisuales conferencias y debates sostenidos durante el encuentro nacional.
En la clausura del evento al que asistieron más de 200 directivos de la educación, incluyendo los principales cuadros del ministerio, de las provincias y de los municipios, participaron, Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, y Jorge Luis Perdomo Di-Lella, viceprimer ministro, entre otras personalidades.
Educar desde la conciencia y el corazón
Díaz-Canel resaltó el debate participativo que caracterizó el seminario y el empeño de todos en la elevación continua de la calidad de la educación, conscientes de lo que esto significa para la continuidad de la Revolución.
«Cuando hablamos de unidad y continuidad —reflexionó—, pasa por la educación, por los valores y la manera en que formemos a las nuevas generaciones. Si hay una discontinuidad, si hay una ruptura en la formación de las nuevas generaciones, no podemos estar hablando en el futuro de unidad y de continuidad».
El jefe de Estado abordó las complejidades que imponen los tiempos actuales al mundo, que ahora, tras la declaración por la Organización Mundial de la Salud del fin de la emergencia por la COVID-19, se sumerge en la etapa pos-pandémica. Entramos en un mundo lleno de contradicciones e incertidumbres, que está viviendo una crisis multidimensional, y donde el egoísmo, el individualismo, se ha incrementado a niveles nunca vistos, dijo.
A pesar de que lo sufrido por la COVID-19 debía haber llevado a sacar como lección que la solidaridad debe ser un elemento fundamental en el orden internacional, ese mundo sigue acudiendo a la guerra, a los bloqueos, a las sanciones, a las medidas coercitivas impuestas desde los centros de poder, denunció.
Con relación a la educación, el presidente de la República reseñó diagnósticos internacionales que están demostrando que los procesos educativos a nivel global están hoy caracterizados por la burocratización de la administración de las entidades educativas, por la rutinización de las prácticas escolares, por la obsolescencia de los contenidos curriculares y por la ineficiencia de los resultados finales. Pero nosotros —acotó— tenemos que separarnos de esas tendencias a nivel internacional.
En educación —añadió— se debate mucho cómo dar mejor educación, y este es un dilema en el que expresan dos problemas fundamentales; por un lado, cómo dar mejor educación, y por otro, como hacerlo para todos.
Frente a este dilema —expresó—, la Revolución cubana ha transitado por un camino muy distinto al de una parte importante del mundo y hemos logrado, en nuestras condiciones, dar mejor educación y hacerlo para todos, pero eso no significa que no tengamos una preocupación constante por seguir logrando llegar a todos y por seguir llegando a todos con una educación de más calidad.
Y esto —enfatizó— lo hacemos en un momento tan complejo como el que está viviendo el país, cuando los enemigos nos están aplicando la lógica imperialista de asfixia económica para provocar desaliento, un estallido social que destruya la Revolución, apoyada por una enorme estrategia de subversión política-ideológica, con una enorme campaña mediática de descrédito de la Revolución cubana y con un intenso programa de colonización cultural.
Pero la respuesta nuestra —añadió Díaz-Canel— es la lógica de la construcción socialista, de cómo logramos la mayor justicia social posible, y si en una esfera esto se demuestra, es precisamente en la obra educativa de la Revolución.
Todas estas realidades, señaló más adelante el primer secretario, lleva a una mirada desde los procesos educativos que nos permitan, en primer lugar, interpretar estas realidades, las cuales, a su vez, nos marcan prioridades para el sistema educacional, entre ellas cómo, desde la educación, aportamos a la lucha contra esa colonización cultural que nos quieren imponer.
Entre otros desafíos, Díaz-Canel se refirió, por ejemplo, a cómo desde los procesos educativos se enfrenta la contaminación de odio, de comportamiento indecente, banal y vulgar que buscan alentar las redes sociales entre nuestros jóvenes como parte de la estrategia de destruir a la Revolución.
¿Qué ellos pretenden con ese coloniaje cultural? Bueno, que los pueblos, en particular el nuestro, renuncie a sus esencias, a su cultura —en su concepto más amplio—, renuncie a su historia, vea como obsoleto los valores y las esencias de la formación de la nacionalidad cubana, para que entonces rompamos con eso y aceptemos sus paradigmas.
Transformar y más
En el intercambio con los participantes en el Seminario Nacional de Preparación del Curso Escolar 2023-2024, el primer secretario del Comité Central del Partido abordó como otras prioridades del proceso educativo la transformación digital, la cual —explicó— es más que la informatización.
La transformación digital —añadió— es una manera distinta de hacer, pensar, concebir, organizar los procesos, apoyándonos en las tecnologías de la información y las comunicaciones, y creo —expuso— que el sistema educativo es uno de los sectores donde más podemos avanzar en esa transformación.
Otra prioridad de la educación en los tiempos que corren es la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico en nuestros estudiantes, que sean profundamente críticos, añadió Díaz-Canel.
El tema —abundó— no está en prohibir el acceso a las cosas, sino que los jóvenes sean capaces de asumir posiciones frente a los diferentes contenidos. Que sean capaces de decir, esto no sirve, esto es chatarra. O decir, esto es emancipador, esto enaltece. Pero para eso hace falta desarrollar un pensamiento crítico, educarlos para descubrir las trampas de la colonización cultural.
El presidente de la República también compartió con los educadores sus ideas sobre la concepción del trabajo político-ideológico en el sistema de enseñanza, el cual debe partir en todo momento —enfatizó— de la ética y el ideario nacional, desde Varela a Martí, de Fidel y Raúl, y muchos otros próceres; incluyendo valores como la solidaridad, la participación, la paz, el trabajo, la laboriosidad y bastantes otros.
Educar, esa sublime profesión
Tras abordar otras prioridades en el desarrollo de los procesos de enseñanza, la actividad investigativa y la innovación, Díaz-Canel compartió criterios sobre el redimensionamiento constante de la educación como fenómeno social y la responsabilidad y la participación de todos para lograr esos objetivos.
Finalmente, agradeció a los maestros y profesores del país «por mantenerse y comprender la importancia y responsabilidad con la formación de los hombres y mujeres que darán continuidad al futuro de la Revolución y la construcción socialista en Cuba».
En un recuento de estos últimos años, englobó lo que es y significa un maestro al decir, «vencimos la pandemia con vacunas cubanas producidas por nuestros científicos de hoy, que fueron nuestros alumnos de ayer; que son resultado de nuestras escuelas y del trabajo formativo de nuestros maestros.
«Ellos (los científicos que trabajaron en las vacunas cubanas contra la COVID-19) son el mejor
reconocimiento de ustedes, que los tomaron de la mano ayer y hoy esas mismas manos se extienden y requieren ser multiplicadas en el ejercicio de la sublime profesión de amor que es educar.
«El amor a la profesión, el ejemplo personal y la calidad en el desempeño son atributos que deben seguir distinguiendo a los maestros cubanos como fuente de inspiración para el estudio y el ejercicio de la más universal de las profesiones».
«En la educación también pongamos corazón a la patria, a la Revolución y al socialismo», señaló el jefe de Estado. (René Tamayo León)