No podemos renunciar a los sueños de la prosperidad posible para nuestro país, que este pueblo lo merece como nadie

Transcripción de la entrevista concedida por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a la periodista Arleen Rodríguez Derivet, y que fuera transmitida este 16 de octubre.

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Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de Cuba, durante la entrevista concedida a la periodista Arleen Rodríguez Derivet.
«También la energía sale del compromiso y de la voluntad por enfrentar los problemas y por dar una respuesta que realmente nos lleve, como país y como pueblo, a una mejor situación que la que estamos viviendo», afirmó el Presidente. (Foto: Estudios Revolución)
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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17 Octubre 2023

Entrevista concedida por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, a la periodista Arleen Rodríguez Derivet, en el Palacio de la Revolución, el 12 de octubre de 2023, «Año 65 de la Revolución»

«También la energía sale del compromiso y de la voluntad por enfrentar los problemas y por dar una respuesta que realmente nos lleve, como país y como pueblo, a una mejor situación que la que estamos viviendo», afirmó el Presidente. Foto: Estudios Revolución

(Versiones Taquigráficas - Presidencia de la República)

Miguel M. Díaz-Canel.-  Buenas noches, Arleen.

Arleen Rodríguez.-  Gracias por aceptar la invitación.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Gracias a ti por estar aquí.

Arleen Rodríguez.-  Aquí está nuestro equipo de la Presidencia.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Saludos a todos.

Arleen Rodríguez.-  Tarde en la noche aquí en el Palacio de la Revolución.  ¿Todos los días son de este largo?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Todos los días, hay días más largos y días más cortos, pero todos los días son con la agenda llena.

Arleen Rodríguez.-  A mí, que a veces tengo la oportunidad de participar en su agenda, me parece que está un poquito apretada, ¿no está abusando mucho de su energía?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Arleen, estamos hablando del tiempo, de lo temporal en el trabajo, que es una variable muy importante en la vida de un revolucionario.  Los tiempos están complejos, hay muchas noticias en este mundo lleno de incertidumbre y nosotros no vivimos en una burbuja, o sea, uno está constantemente al tanto de lo que está pasando en el país y al tanto de lo que está pasando en el mundo, y de cómo influyen los problemas globales también en nuestras realidades. 

En esas condiciones no cabe tener una agenda vacía, hay una agenda llena, yo diría una agenda exigente, porque hay mucho por hacer; pero no creo que es sobrecargada la agenda, la agenda está llena y es la agenda con la que he estado acostumbrado a trabajar en todos estos años, sobre todo porque responde a un concepto de planificación que sistematice los momentos de trabajo que me permitan en el transcurso de un mes llegar de una manera u otra, mediante diferentes acciones, mediante diferentes formas de participación, a atender cada uno de los problemas más acuciantes que tiene el país.

Arleen Rodríguez.-  Es decir, ¿su agenda la diseña usted mismo?

Miguel M. Díaz-Canel.-  La diseño yo mismo, me planifico yo mismo.

Arleen Rodríguez.-  ¿Cómo hace?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Ya tengo, diría, una agenda tradicional, un sistema de trabajo que confeccioné hace muchos años, cuando empecé en el trabajo del Partido, y que lo he ido adaptando a las diferentes responsabilidades, que prioriza las visitas que voy a hacer a provincias, las que voy a hacer en contacto con la población, y después agenda un grupo de reuniones.  La gente habla de reunionismo, lo que pasa es que hay cosas para las cuales hay que reunirse; el exceso de reuniones es lo malo, pero hay cosas en las que tienen que sentarse las personas que están involucradas con un tema para analizar el tema, para analizar la marcha, para proyectar, para hacer trabajo de mesa, porque si no todo es improvisado; y tiene otros espacios en los cuales uno se interesa por llegar a determinado colectivo, a determinado lugar para ver las cosas en los escenarios donde se están viviendo.  Entonces, hay cosas que uno las planifica diariamente, hay cosas que las planifica semanalmente, hay otras que las planifica decenal, quincenal y otras mensualmente, pero te permite ese sistema de trabajo. 

Siempre he pensado que un trabajo que sea tan sistemático tiene que acumular resultados y tiene que acumular valores cuantitativos y cualitativos, y al final tiene que haber resultados. 

Creo que no hay nada mejor que el trabajo diario, pero no creo que son tiempos para tener una agenda descargada ni una agenda acomodada.  Hace falta energía; mientras tenga energía para hacerlo, lo haré así.   Esa energía primero está en el desafío que tiene uno por delante y en cómo uno se siente retado por ese desafío; y también la energía sale del compromiso y de la voluntad por enfrentar los problemas y por dar una respuesta que realmente nos lleve, como país y como pueblo, a una mejor situación que la que estamos viviendo.  Por eso aprovecho cada minuto de trabajo.

En esa planificación tengo que defender también mi vida personal, no creo que un revolucionario pueda negar la necesidad de tener un tiempo también para compartir con la esposa, con los hijos, con los nietos, con las abuelas de la casa, con la familia y con los amigos entrañables que forman parte de la familia, eso completa la vida de un revolucionario.

Arleen Rodríguez.-   De todas maneras estamos viviendo tiempos muy difíciles, hay mucha gente que me dice: “Veo al Presidente agotado, cansado”, porque lo ve con ojeras, o sudando en medio de un barrio en La Habana o en una provincia, en su provincia, por ejemplo; y, realmente, hay otros que te dicen: “¡Qué mala suerte!, le ha tocado todo lo malo: un tornado, un avión que se cae, el incendio de la Base de Supertanqueros”.  Y pregunto: ¿Cree Díaz-Canel que tiene mala suerte?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Creo que los que hablan de la suerte se tienen que dar cuenta del mundo en que estamos viviendo, y más que todo entonces habría que decir: ¡qué mala suerte tiene esta época!, una época tan convulsa, una época donde el mundo acaba de salir de una pandemia que provocó la pérdida de tantas vidas, y en el que cuando todos aspirábamos, por lo menos los que tenemos un pensamiento humanista, a que iba a ser un mundo más solidario, más cooperativo, de más paz y a que se trabajara más en función de la gente, es un mundo que se ha envuelto en guerras, en conflictos, donde se acrecientan las medidas coercitivas unilaterales para presionar a los que piensan distinto, donde se siguen construyendo muros y no puentes, donde se siguen tratando de aplastar las causas de los países más pobres; un mundo que es cada vez más desigual, los ricos más ricos, los pobres más pobres, los pobres tienen menos acceso al desarrollo, entonces, ¡qué mala suerte la de vivir en esta época!

Pero yo creo que el problema no es de la suerte, que puede estar asociada a las desgracias o que puede estar asociada a las adversidades; el problema es cómo tú te dispones a enfrentar esa adversidad o esa desgracia o esas situaciones extremas o complejas. 

En Cuba tenemos desde nuestra historia una visión de enfrentamiento a los desafíos, ¡enfrentamos los desafíos!  Y vamos a Fidel y a Raúl, a su generación, a la generación que hizo la Revolución: asaltaron el Moncada, fueron presos, una prisión, como ellos llamaban, fecunda.  Fíjate qué concepto más elevado de enfrentar los desafíos: ¡la prisión fecunda!  En la prisión estudiaron, en la prisión se prepararon, en la prisión crecieron.

Arleen Rodríguez.-  No lo vieron como una desgracia.

Miguel M. Díaz-Canel.-  No lo vieron como una desgracia. 

El desembarco del Granma con todas sus vicisitudes y con todo lo complejo de la travesía; Alegría de Pío; después llega Cinco Palmas y, cuando pueden reunirse un grupo de ellos, dicen: “¡Ahora sí ganamos la guerra!”.  Desafió la adversidad. 

Después, en los años de Revolución, y sobre todo en los primeros años, estuvieron los sucesos de la voladura de La Coubre, la invasión a Playa Girón, las montañas del Escambray y otras montañas del país con bandas que asesinaban, que cometían fechorías; la ruptura en los primeros años con Estados Unidos y el inicio del bloqueo; la Crisis de Octubre, que puso al mundo al borde de una guerra mundial; un ciclón Flora en los primeros años de la Revolución, cuando no teníamos los niveles de organización que tiene nuestro sistema de Defensa Civil y nuestro sistema de reducción de riesgos y desastres, que causó también pérdidas materiales y de muchas vidas humanas.

Si Fidel, viviendo esos momentos que estuvieron concentrados en el inicio de una revolución pujante, hubiera pensado en la mala suerte, la Revolución no habría llegado como ha llegado hasta nuestros días; y después todo lo que ha ocurrido en el transcurso de la Revolución, vivimos un Periodo Especial y estamos viviendo una situación muy compleja en estos momentos.

Entonces yo sí creo en la posibilidad de que se pueden convertir los reveses en victorias, que es una manera también de cómo vencer  la adversidad, de cómo superar los retos, y eso está en la historia, está en la historia cubana, está en una historia en la que uno cree, en una historia que ha construido, que ha escrito un pueblo empeñado en hacer realidad sus sueños, que nunca ha renunciado a hacer realidad sus sueños.  Y eso compromete mucho, Arleen, y da mucha fuerza para enfrentarlo.

A veces la gente me dice: “Pero te veo en medio de esta situación compleja, sereno”.  No, por dentro estoy hirviendo. Además, es mucho lo que uno siente, es mucha la angustia cuando uno está enfrentado a esos problemas; pero uno tiene que sacar las fuerzas y tiene que transmitir también esas fuerzas al resto de las compañeras y compañeros que trabajan con uno, y al pueblo, y ahí está la expresión esa de decisión de no rendirnos, de no darle espacio a la derrota.  Esas son convicciones que tengo profundamente estructuradas en mi vida, en mi manera de ser y en mi manera de pensar.

Arleen Rodríguez.-  Le he oído decir que lo hala la historia, que lo hala el país, que lo hala el pueblo.  ¿Siente usted una energía que le va inundando?  Honestamente, porque somos de la misma generación, y yo he dicho: a mí el día no me..., no puede ser, no doy para tanto, y me quedo, digamos, a mitad de camino, no logro seguirlo siempre en ese ritmo que lleva, y por eso esa pregunta que puede parecer conveniada, cualquiera le puede decir: “Se conocen”.  Sí.  Nos conocemos hace muchos años, pero la cercanía de edad hace que yo sienta que no puedo a veces...  Digo: es una agenda donde no hay un huequito para un cambio de programa.

De hecho, esta entrevista la estamos realizando a esta hora porque usted nos dijo: “Cuando acabe mi programa del día”, porque se trata de reuniones importantes que se están haciendo hoy en el país.

Pero voy a los críticos, a los que dicen que no es mala suerte, sino mal trabajo del país: que quizás se planificó a destiempo el Ordenamiento, que es una buena medida, pero en un tiempo en el que no se debía; o la bancarización, que es una excelente medida pero que no era el momento.

¿Qué les respondería a ellos?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Tienen el derecho todos a criticarnos, además, creo que no hay obra perfecta y sería muy ideal también pensar que todo se ha hecho bien, que todo es perfecto y que tenemos la razón en todo.

Nosotros estamos viviendo en una situación de máxima presión.  Nos han puesto en una situación de máxima presión, de asfixia económica para provocar el colapso de la Revolución, para fracturar la unidad entre dirección y pueblo, para negar la obra de la Revolución.  Eso está expresado en la persecución financiera, en el recrudecimiento del bloqueo, en la enorme campaña de subversión que existe.  En estos días han salido a la luz, ustedes lo han tratado en Chapeando, los montos de la USAID y de la NED hacia otros países, y en particular hacia Cuba, y una estrategia de comunicación denigrante, llena de odio para desacreditar a la Revolución y desacreditar todo lo que hacemos.

Ahora, yo digo: en circunstancias tan difíciles como estas de las que estábamos hablando es imposible encontrar el tiempo perfecto, ¿cuál es el tiempo perfecto, el tiempo de la espera?,  y cuál es la medida perfecta.

Recordemos, a veces la memoria nos falla, nosotros vivíamos en unas condiciones de bloqueo hasta el primer semestre del 2019, y vivíamos con otras holguras que hoy no tenemos; con situaciones complejas, pero con otras holguras, la economía tenía un funcionamiento muy distinto al que tenemos ahora.

Todo esto empezó a cambiar en el segundo semestre del año 2019, donde Trump, con 243 medidas, recrudece el bloqueo.  Después, a principios de enero del año 2021, cuando a Trump solo le quedaban unos días para salir de la Casa Blanca, nos incluye en una lista espuria de países que supuestamente apoyan el terrorismo, y eso nos cortó ya por completo todas las otras formas de financiamiento que podíamos tener, y se produce una enorme persecución financiera y energética. 

Viene Biden y mantiene esas medidas y ese mismo recrudecimiento.

Y viene la pandemia, que afectó a todo el mundo, hizo colapsar al mundo.  Y eso ha durado tres años, y todavía el mundo no se ha recuperado de la pandemia, todavía nosotros no nos hemos recuperado tampoco de los efectos de la pandemia.  Hubiéramos aplicado medidas o no las hubiéramos aplicado, los tiempos ya estaban complicados.

Se afectaron nuestras principales fuentes de ingresos: las remesas, el turismo, las exportaciones.  Dejamos de tener financiamientos para reparar las plantas electroenergéticas, para comprar el petróleo y los alimentos que necesitábamos, para comprar las materias primas y los insumos que necesitan un grupo de producciones para dar bienes y servicios a la población, faltó el dinero para comprar las materias primas para producir los medicamentos fundamentales.

Entonces, había dos alternativas: rendirte o dar la batalla.  Rendirte era aplicar fórmulas de choque, políticas neoliberales y que se salvara el que pudiera.  Dar la batalla era priorizar la vida humana, y después que ganáramos con la vida de la gente seguir entonces trabajando para impulsar el país.

La pelea por la vida de la gente en la COVID-19, ¿la ganamos o no?  Creo que la ganamos, la ganamos de forma meritoria, el pueblo la ganó de forma meritoria, nuestro sistema de salud, la cooperación de todo el mundo, la solidaridad humana y nuestros científicos con sus vacunas.

Imaginen este país, y a veces me pregunto eso, ¿qué hubiera pasado si no hubiéramos tenido las vacunas a tiempo y hubiéramos estado en esa situación y hubiéramos vivido Supertanqueros, Saratoga, intensas lluvias, inundaciones y ciclones, como ha pasado en todo este tiempo?  El país se salvó por la estrategia con que enfrentó la pandemia.  De ahí nació la elaboración del concepto de resistencia creativa, que no es solo resistir y aguantar, sino que es resistir y, con tu talento, con tu esfuerzo –con el del pueblo estoy hablando– superar situaciones, superar adversidades y avanzar también.

Las vacunas son un avance, ¿cuántos países del mundo pudieron desarrollar vacunas como las nuestras?  ¿Cuántos países subdesarrollados pudieron realizar vacunas?  ¿Cuántos pudieron controlar la enfermedad por sus propios protocolos y por sus propios medicamentos?  Creo que en eso Cuba dio una enseñanza y, además, la dimos compartiendo eso con el mundo, expresando solidaridad con el mundo.

En medio de esta situación, aplicamos una medida como el Ordenamiento, pero el Ordenamiento estaba previsto y había un grupo trabajando el Ordenamiento hacía diez años; pero el Ordenamiento no se pudo desarrollar tampoco en las condiciones más propicias.  Ahora, ¿la inflación que tenemos hoy se debe al Ordenamiento realmente?  Creo que es un tema para discutir.  No voy a decir si más o menos, pero sin Ordenamiento iba a haber inflación también.

Arleen Rodríguez.-  ¿Y por qué lo discute el mundo afuera?

Miguel M. Díaz-Canel.-  ¿Por qué en el mundo hay inflación?, y no han aplicado Ordenamiento.  Porque, sencillamente, hubo menos opciones de ofertas que exigencias de demandas, por todos estos problemas.  Lo que pasa es que hubiera sido una inflación donde la relación salario-precios tenía la magnitud absoluta, propia de aquel momento, que en términos absolutos iba a ser menor que la magnitud absoluta que tiene ahora; pero en valores de relación en porcientos, el poder adquisitivo del salario con relación a los precios iba a ser más o menos igual, porque iba a haber las mismas desproporciones entre oferta y demanda.

Recientemente hemos tenido que aplicar la bancarización.  La bancarización es necesaria, estamos creando las condiciones y se ha dicho que es un proceso gradual, lo que pasa es que la bancarización también entra en un momento en que no tenemos efectivo –por otras razones–, pero si no aplicamos la bancarización el déficit de efectivo hubiera sido mayor, porque con la bancarización logramos de inmediato una respuesta, que empezara a entrar más dinero, más depósito de efectivo al Banco Central y que saliera de circulación.

De todas maneras, no somos unos cerrados ni somos unos dogmáticos, estamos haciendo un análisis

exhaustivo de todos los antecedentes del Ordenamiento, en qué nos pudimos equivocar, qué pudimos haber hecho mal y también qué factores influyeron y, aunque lo hubiéramos hecho todo bien, atentaban contra el Ordenamiento.

Eso mismo lo hacemos con la bancarización casi diariamente, y todas las semanas lo analizamos.  Ese análisis, que va a ser muy crítico, lo vamos a compartir con la población, porque tenemos toda la intención de rectificar, en el menor tiempo posible, todas esas desviaciones que puedan existir en las medidas que aplicamos.

Pero eso lo hacemos todos los días con todo lo que pasa, y constantemente estamos viendo lo que nos están proponiendo los economistas, lo que está proponiendo el pueblo.

Arleen Rodríguez.-  ¿Lo leen?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Lo leemos, lo estudiamos, y se lo doy de tarea a otras personas.  No negamos nada de eso, incluso, en la mayoría de las cosas coincidimos, lo que pasa es que muchas de las cosas que se proponen, con las que estamos convencidos y están como parte de nuestro Programa de Estabilización Macroeconómica, necesitan divisas para hacerse, y eso es lo que hoy no tenemos.

Porque, por ejemplo, hoy alguien te dice con toda una lógica: hay que ampliar el mercado cambiario.  Yo estoy de acuerdo en que tenemos que ampliar el mercado cambiario, pero ¿qué voy a cambiar?, para cambiar tengo que tener divisas, y hoy la divisa prácticamente nos está dando para comprar un poco de combustible, que no alcanza, y fraccionadamente la canasta y otros insumos que son necesarios para mantener la vitalidad de lo fundamental de la población.

Pero estamos dispuestos a ese análisis crítico, a hacer esa rectificación de errores y también de análisis de situaciones muy particulares.  Y no estamos quietos, lo que pasa es que en la economía cada vez que tú mueves una variable todo se altera.  Porque estoy convencido de que hay que incrementar los salarios, la pensión mínima y el salario mínimo; pero, si se aumenta el salario en estos momentos y no tenemos una mayor oferta, ese aumento se vuelve agua, porque enseguida suben más los precios por la diferencia de oferta y demanda, y entonces a los tres meses estamos igualitos en la relación salario medio-precio, y se pierde el poder adquisitivo.

Entonces hay cosas que tenemos la convicción de que hay que hacerlas gradualmente o esperar otro momento, porque hay que hacerlas de manera conjugada con otras medidas.

También se habla de por qué no subsidiamos personas y no productos. Estamos en eso, que también está en los Lineamientos; pero lo tenemos que hacer de manera gradual. ¿En medio de esta situación le quitamos el subsidio a todo el mundo? Además, cuando hablamos de vulnerables, ¿cuál es la magnitud de vulnerable?, ¿cómo catalogamos a los vulnerables?  Estamos estudiando una metodología para que no se nos quede nadie desamparado.  

Estamos dispuestos a subsidiar personas y no productos, y es de las medidas que tal vez van a tener una aplicación en el mediano plazo, sobre el concepto de qué personas están o qué núcleos familiares están más cercanos a situaciones de vulnerabilidad.  Pero eso lo tenemos que hacer bien, porque si no creamos más conflictos; y de todas formas, que no subsidiemos productos no significa que dejemos de importar los niveles de alimentos que estamos importando ahora, porque aunque subsidiemos solo a personas, tenemos que poner una disponibilidad de alimentos, incluso para los otros que no van a ser subsidiados, porque no te puedes quedar nada más atendiendo las problemáticas de los que vas a subsidiar, de los que supuestamente están en una situación de mayor desventaja. 

Todos son problemas muy complejos y que llevan mucho pensamiento, por eso todos los días no puedes estar dando una noticia de que vamos a hacer esto o que vamos a hacer esto otro, porque todo lleva mucha elaboración.

Hay cosas que se han ido aplicando que estaban postergadas y que había que aplicarlas; por ejemplo, ahora está la crítica a las mipymes.

Arleen Rodríguez.-  Iba a decirle eso.

Es una de las cosas que estaba también en los acuerdos del Congreso del Partido, en los documentos; sin embargo, hay quienes hablan hoy de que las mipymes podrían ser una medida neoliberal.  ¿Qué les respondería?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Primero, me parece que es muy ofensivo decir que las mipymes son una expresión de neoliberalismo, y además es ofensivo también para uno, que tiene una convicción de construcción socialista basada en la mayor justicia social

posible, basada en defender la soberanía y la independencia de este país, basada en buscar la mayor prosperidad para nuestro pueblo en igualdades.

La existencia de un sector no estatal en la economía cubana ¿es nueva?  La mayor parte de la tierra en Cuba hoy la gestionan y producen para ella cooperativas agropecuarias, cooperativas de créditos y servicios y usufructuarios, o sea, que ese sector privado y cooperativo no es desconocido en Cuba; pero en el Sexto, Séptimo y Octavo Congreso del Partido ha estado en los Lineamientos, y llegamos a un momento en que habíamos tenido, por todos estos problemas, contracción de la economía, bloqueo recrudecido.  Bueno, ¿cuál era la opción de empleo para un grupo de personas que han encontrado una opción de empleo en las mipymes? 

Pero hay mipymes privadas y hay mipymes estatales.  ¿Y quiénes están en las mipymes?, ¿son enemigos de Cuba?, ¿no son cubanas y cubanos?, ¿no son personas formadas en nuestra Revolución?, ¿son contrarrevolucionarios?, ¿podemos decir que son contrarrevolucionarios?, ¿están en contra de la Revolución?, ¿quieren derrumbar a la Revolución?  No confundamos.

¿Quién quiere que ese sector se convierta en un sector de fractura con la Revolución?  El enemigo, los yanquis, y lo demostraron ahora cuando un grupo, con la mejor intención, fue a un evento en Estados Unidos, que se supone que era de negocios, un evento comercial, de intercambio, no político,  y lo politizaron, y a algunos de ellos les pusieron a un terrorista en una cena.  ¿Quién politizó eso, los de las mipymes, los de Cuba, el Gobierno cubano?  Lo politizó Estados Unidos.

Pero lo dicen descaradamente: “Vamos a convertir ese sector en un sector de oposición”.  Les dijeron a ellos que iban a ser “agentes de cambio”, y hemos visto la reacción de muchos de ellos que no se han dejado manipular con esas cosas. 

Y las mipymes han levantado sistemas productivos de bienes y servicios.  ¿Todo es perfecto?  No, también es un fenómeno muy nuevo.  Han aprovechado determinadas situaciones en las cuales tienen ventajas con relación a la empresa estatal, porque muchas de ellas van a buscar financiamiento a un mercado ilegal en divisas que lamentablemente se nos ha creado porque no hemos tenido divisas para fortalecer nuestro mercado cambiario legal, al que acudiría la gente, si existiera esa posibilidad, en mayor medida.

A veces tienen más facilidad para importar, son menos bloqueadas que las formas estatales, aunque son bloqueadas también; pero se han encadenado con las formas estatales.  Los negocios de muchas de ellas, ¿en qué consisten?   Importan materias primas y se encadenan con capacidades que tenemos ociosas en empresas cubanas, y en conjunto han echado a andar sistemas productivos con eficiencia.

Las mipymes también han ido ocupando espacios de servicios en la sociedad que no necesariamente el Estado, en un proceso de construcción socialista, los tiene que asumir.

¿Que han existido desviaciones?  Sí. ¿Que algunos venden muy caro y han abusado de los precios y han usado precios especulativos?  También.  Pero hay entidades del Estado que también los han tenido.  O sea, que esas desviaciones están en todos los actores de la economía.

Ahora estamos haciendo un análisis. Después de dos años de que esto cobró como proceso una mayor intensidad y una mayor dinámica, tenemos el derecho de hacer valoraciones, que las estamos compartiendo con representantes de ese sector y del sector estatal.  Y vamos a ordenar o a perfeccionar las adecuadas relaciones que tienen que existir entre el sector estatal y el sector no estatal, dejando bien claro, porque lo que tiene que haber son reglas claras, precisas y coherentes, que no permitan que haya distorsiones.

Ahora, los que nos acusan de neoliberales deben informarse un poquito.  Si hubiéramos aplicado fórmulas neoliberales aquí hubiéramos resuelto el problema del 1 % de la población, y los demás, ¡sálvese quien pueda!  No.  Lo que estamos es en una situación muy difícil, pero seguimos compartiendo una canasta básica con todos, incluso con los que no les hace falta.

Además, en medio de toda esta situación, el país aprobó un programa contra la discriminación racial.  ¿Eso no es atender una vulnerabilidad o a un grupo de personas que pueden estar en alguna desventaja social?

Hemos aplicado un programa de adelanto de la mujer. ¿No es también atender situaciones de desventaja social?

Hemos ido a un proceso de transformación social en los barrios con participación popular y no solo con asistencialismo.

Hemos aprobado una política orientada a la niñez, a la juventud y a la adolescencia, que va a terminar con una ley.

Hemos seguido desarrollando y manteniendo programas sociales que fueron diseñados por el Comandante en Jefe en otro momento de la Revolución, por ejemplo, los programas de la Batalla de Ideas, que son tan evidentes…, y siguen ahí y son sostenidos por esa economía que muchas veces criticamos, y están en función de la sociedad.

Pero, además, no hemos subido tarifas.  Hoy tenemos a empresas y a trabajadores de empresas estatales en desventaja por no subir tarifas a la población en medio de esta situación.  Por ejemplo, los trabajadores electroenergéticos: el precio del combustible sube, suben los gastos de las empresas que generan electricidad y, sin embargo, no subimos la tarifa eléctrica a la población, por lo tanto, cada vez esos trabajadores ganan menos y siguen dando un servicio a la población, y todos sabemos el heroísmo de los trabajadores electroenergéticos en todos estos tiempos de crisis energética y de generación eléctrica.

Pero las empresas del transporte público están casi quebradas, porque no hemos subido las tarifas del transporte público.

Creo que hay lujos que no nos podremos dar durante un tiempo, pero seguimos siendo solidarios y seguimos tratando de atender a todos.  ¿Que tenemos desigualdades, que se han generado algunas desigualdades?  Están generadas desde el Periodo Especial, no son de ahora, están generadas de antes.  Se han acumulado y tal vez se observan con mayor dimensión en momentos complicados, porque estamos viviendo una crisis. 

En los últimos tiempos, cuando han existido ciclones, cuando han existido desastres naturales, cuando han existido accidentes, ¿qué se ha hecho con la gente que ha sufrido esos desastres?  ¿No ha existido enseguida solidaridad desde las instituciones estatales y desde el pueblo, y no se ha trabajado para atenderlos a todos?  Entonces, ¿cómo se puede pensar que lo que estamos aplicando es neoliberalismo?  ¿Es neoliberalismo o son unos enormes deseos de seguir perfeccionando el socialismo?  Y de construir el socialismo con lo que podemos hacer hoy posible dentro de las circunstancias que estamos viviendo, sin negar y sin comprometer el futuro de construcción socialista que alcanzaremos en un momento, cuando superemos estas circunstancias.

Y lo otro, que es una certeza: aquí los medios fundamentales de producción siguen siendo del pueblo, representado en el Estado.  Los principales medios de producción no están en manos del sector privado, ni se gestionan por el sector privado.  Se gestionan con empresas estatales, son propiedad de nuestro pueblo, y aquí no va a haber privatizaciones de esos medios fundamentales de producción.  Lo que pasa es que hay que hacer una obra de creación heroica, tenemos que construir heroica y creativamente el socialismo del siglo XXI en Cuba.  De eso se trata. 

Estoy dispuesto a discutir sobre estos temas y a escuchar, pero a veces ofende, no creo que todos lo hagan con esta intención, pero ofende –no estoy hablando a título personal, estoy hablando en nombre del Gobierno y del Partido– cuando todos los días lo que estamos es atentos a cualquier cosa de cómo podemos dar un poquito más para la población, de cómo podemos perfeccionar.  ¿Que nos equivocamos? Sí, nos equivocamos; los que dicen que somos neoliberales se están equivocando, también, se están equivocando, y lo que están tratando es de crear desconfianza y descrédito en la Revolución.  Habría que ver qué ellos harían si estuvieran en la posición de nosotros, dirigiendo, cómo encararían estas situaciones: primero, si tuvieran el valor para mantenerse en pie enfrentando estas situaciones, y seguir creyendo en el sueño de la construcción socialista, seguir creyendo en nuestro pueblo, seguir entregados en alma y cuerpo al pueblo.

Esos son los criterios que tengo y las convicciones que tengo sobre este tema, que es un tema complejo, porque es parte de una situación muy compleja en lo económico y muy compleja en lo social.

Ahora, ¿es lo ideal, es lo perfecto? 

Además, ¿el mundo ha resuelto estas cosas?  El mundo está muy complejo, la gente habla de la inflación en Cuba, nosotros tenemos también una inflación inducida.  Pero, Arleen, yo sí tengo la convicción –para eso trabajamos todos los días– de que esto lo vamos a superar para bien, para ser mejores después, para tener más capacidades en el presente y en el futuro.

Arleen Rodríguez.-  Un amigo común, Osvaldo Martínez, gran economista, cuando una vez le pregunté cuál era el modelo cubano, me dijo: “El antimodelo, porque nunca hemos podido hacer lo que hemos querido”.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Tiene razón Osvaldo, siempre hemos tenido que estar enfrentando circunstancias y siempre nos han tratado de ralentizar y detener lo que nos hemos propuesto.  Pero un día lo vamos a lograr, Arleen, ¡un día lo vamos a lograr!

Arleen Rodríguez.-  Es decir, no renunciamos al sueño de hacer el socialismo cubano del siglo XXI, decía usted.

Miguel M. Díaz-Canel.-  No renunciamos a eso.

Arleen Rodríguez.-  Estamos ahora en medio de una situación complicada, usted lo decía al principio, una situación donde, por ejemplo, en el tema energético vuelve a complicarse la disponibilidad de divisas, ha ralentizado otra vez los procesos; se han tomado medidas que han detenido procesos importantes de producción, la ciencia se ha afectado, sectores estratégicos, la salud, la producción de medicamentos.  Si usted tuviera que definir ahora mismo, ¿cómo valora, con respecto a otros periodos, la situación que está viviendo Cuba ahora?  ¿Qué usted le diría al pueblo de Cuba en cuanto a necesidad de entender, de comprender y de aportar a la situación que tenemos?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Primero, un enfoque del problema.  Por ejemplo, en los ejercicios que cotidianamente hacemos de análisis de la situación, donde intercambiamos ideas, criterios para también comprender lo que vivimos y cómo enfrentarlo, la mayoría de las compañeras y compañeros coinciden en que el problema fundamental del país es la baja disponibilidad de divisas, por los niveles de exportación, también por las cosas que nos han cortado en remesas, en créditos –es uno de los pocos países del mundo que funciona sin créditos–, y otras personas han hecho la observación de que el problema es de producción.  Creo que los dos problemas están muy relacionados.

Es necesario producir, porque si tú no creas riquezas no tienes cómo distribuir las riquezas, y mucho menos cuando aspiramos a distribuir las riquezas en función de justicia social, en función de crecimiento, de desarrollo social, en función también de conceptos de equidad.  Pero muchos de los procesos para crear riquezas en Cuba dependen de determinadas cantidades de divisas.  Entonces, están los dos problemas: estamos viviendo precisamente en un momento donde la producción está muy deteriorada, y tenemos baja disponibilidad de divisas.  Tú me puedes decir: “Es imposible, no hay quién salga de esta situación”.

Sí se puede salir.  Hay reservas, hay reservas de productividad, hay reservas de ahorro, hay cosas que se pueden hacer con un mínimo de divisas, y otras se pueden hacer casi sin divisas.  Lo que pasa es que tenemos que creérnoslo, y esa es una discusión que es política, que la estamos haciendo ahora y la estamos sistematizando en encuentros de intercambio que en estos días hemos hecho con los burós provinciales del Partido en cada uno de los territorios.  Porque lo que sí no podemos es renunciar a los sueños de la prosperidad posible para nuestro país, que este pueblo lo merece como nadie.

Tenemos que aprovechar las posibilidades que tenemos como Estado socialista de planificar y distribuir recursos disponibles para priorizar las producciones que en este momento nos podrían dar más posibilidades, y también para proteger a las personas que pueden estar en una situación de desventaja social o de vulnerabilidad, preservando la mayor justicia social posible en estas condiciones. 

Porque estamos en un momento donde hay una contracción de la disponibilidad de divisas, eso provoca que podamos comprar menos alimentos, menos insumos, menos materias primas.  Eso impacta entonces en sectores sociales como la salud, la educación, la producción de medicamentos, que siguen siendo una prioridad.

Hay un camino de remesas que ha ido hacia el mercado ilegal de divisas, y ese mercado ilegal, que por las insuficiencias que tiene el mercado legal, que no lo puede contrarrestar, se ha convertido en un lugar donde se van a hacer cambios ilegales, y donde casi te fijan las tasas de cambio y te fijan los precios de los productos.  Todo eso, indudablemente, trae desequilibrios, trae desajustes en la economía.

Arleen Rodríguez.-  Y provoca migración.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Y provoca migración.

Arleen Rodríguez.-  Estoy pensando, porque hay personas que dicen que esta idea que tienen algunos de que, al no haber divisas, no hay divisas para comprar el combustible, no hay divisas para hacer la producción, no hay turismo, no hay remesas.

Miguel M. Díaz-Canel.-  No hay salida.

Arleen Rodríguez.-  No hay salida, y la gente dice: “me tengo que ir”.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Entonces, hay una migración ahora incrementada.  ¿Es primera vez que tenemos esa migración incrementada?  Veamos la historia de la Revolución.  En varios momentos, y sobre todo cuando hemos estado bajo crisis económica, se han producido los flujos migratorios excesivos.  Recordemos los flujos migratorios de los primeros años de la Revolución, recordemos Boca de Camarioca, recordemos Mariel.

Arleen Rodríguez.-  Año 1994.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Son situaciones que se han producido cíclicamente, siempre cuando el Gobierno de los Estados Unidos tensa la situación.  Lo peor es que están induciendo una migración ilegal, insegura, desordenada que cuesta vidas.

Remontémonos entonces al periodo anterior a Trump: la situación era distinta, había visas para los ciudadanos, facilidades de visas; había servicios consulares; había más posibilidades de que los cubanos visitaran a su familia en el exterior, y de que la familia en el exterior los visitara en Cuba; había más posibilidades de remesar, y todo eso cambió con Trump.

En aquel momento, incluso, los flujos de repatriación también fueron significativos, o sea, no solo había migración, había mucha repatriación.  Todo eso se alteró de manera brutal con las medidas de Trump que, entre otras, también se orientaron a crear una situación desfavorable para buscar estallido social con relación a la migración: se cancelaron los servicios consulares en Cuba, se empezaron a dar en otros países, con limitaciones; la gente tenía que hacer mayores gastos para poder adquirir una visa, con más inseguridad.  Incluso, han tomado otras medidas para cerrarnos los ingresos del turismo, como ahora recientemente la visa automática, la visa a ciudadanos europeos: si visitan a Cuba les quitan la visa con la cual tienen facilidades para entrar a Estados Unidos.  Todo esto ha provocado un incremento de la migración, además de la situación económica compleja.

Arleen Rodríguez.-  Y sin quitar la Ley de Ajuste.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Y lo otro es que los emigrados cubanos están favorecidos por la Ley de Ajuste.  Nosotros ¿por qué abogamos?  Por una migración legal, segura y ordenada.  Nuestra ley migratoria garantiza eso, pero la actitud del Gobierno de los Estados Unidos no garantiza eso, y lo que provoca es desesperanza, provoca inseguridad, y la gente se lanza a vivencias totalmente peligrosas, inseguras.

Fíjate que los emigrados cubanos salen de Cuba legalmente y se convierten en ilegales en el tránsito hacia los Estado Unidos, y caen en manos de coyotes, caen en manos de redes de tráfico humano y muchos pierden la vida; otros la pierden en el mar cuando se van en balsas inseguras.  Eso crea una situación de desconcierto y humanamente es lamentable.

La gente dice: bueno, pero también se nos están yendo los jóvenes, los profesionales, las mujeres en edad reproductiva, todo eso es cierto.  Pero ¿por qué también no hablamos de los que se quedan, de los que sí encuentran un proyecto en Cuba, de los miles de cubanos que uno los ve, cada vez que vamos a los territorios, en los escenarios más complicados, con las mismas limitaciones de todo pero con otra idea, con otra conciencia, con otra disposición para aportar, y que tienen proyectos de vida donde lo personal coincide con lo social y que tienen actitudes muy heroicas?

Tengo la certeza de que en la misma medida en que superemos esta situación todo eso vuelve a cambiar, y que no tiene que haber ruptura con los cubanos que abandonan el país por motivaciones económicas o motivados por la especulación que se hace con relación a la situación migratoria.  De hecho, hay muchos interesados en tener proyectos en Cuba, y los están teniendo, para que el país avance y también que sean proyectos para ellos, en lo personal o en lo familiar, mutuamente beneficiosos.  Hay muchos que tienen un compromiso tremendo porque mejore la vida de su familia, porque mejore la vida del país; a otros, lamentablemente, los llenan de odio. 

Creo que en ese odio hay una situación también de no reconocer el fracaso, porque hay algunos que se van –no voy a hablar en términos absolutos si son más o menos–, pero que realmente no encuentran el sueño americano, quedan en una situación más desventajosa, incluso, que en la que puedan estar en Cuba, por lo menos quedan en una situación de más inseguridad social que la que puedan tener en Cuba; pero es tanto el odio que les han despertado, que no son capaces de reconocer que el país adonde fueron no los acogió como ellos esperaban ni les dio las posibilidades que ellos esperaban, y entonces se vuelven contra Cuba, contra la Revolución, como si fuera la Revolución la causante de que ellos tomaran esa decisión. 

Esos son fenómenos que están en el orden de la psicología social, del comportamiento social en momentos de crisis, en momentos donde las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos son relaciones con una asimetría tremenda y donde están marcadas, sobre todo, de parte del Gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba como una política de máxima presión, como una política de genocidio, como una política de estrangulamiento, y provoca todas esas cosas.

Tenemos que saber cuáles son las verdaderas causas, tenemos que ver cuáles son los orígenes, no nos podemos desesperar.  También tenemos que lograr, con inteligencia, qué relaciones mantener con esos emigrados cubanos, cómo trabajar también con los jóvenes para que no tengan desesperanza.  De hecho, acabamos de aprobar una política para la niñez, la adolescencia y la juventud que tiene en cuenta muchas de las cosas que pueden ser problemas para la juventud y creo que en todo eso vamos a ir superando situaciones.

Ahora, lo cierto es que tenemos profundos desequilibrios fiscales, monetarios que han provocado procesos como estos de la inconvertibilidad de la moneda, la acelerada inflación, la depreciación del tipo de cambio informal, la aparición y desarrollo de un mercado informal de divisas, cosas que están en casi todos los países hoy; pero no me detengo ahí, porque estamos preocupados por nuestros problemas. 

El elemento más visible de todos esos desequilibrios es el desabastecimiento de los mercados estatales, con la inflación, y  ahí es donde se refuerza la crítica que veíamos ahorita a las mipymes, porque también estas formas no estatales han encontrado un espacio donde el Estado hoy no tiene muchas ofertas y, en algunos casos, sí han existido precios abusivos, precios especulativos.  En todo esto también hay un arrastre de los efectos de la pandemia en el país y, por supuesto, del recrudecimiento del bloqueo.

Nos han golpeado en estos momentos, en esta situación particular, los déficits de combustible por razones que ya hemos explicado. 

Los problemas sociales, por supuesto, tienen mucha relación con esta situación de la economía, pero hemos adoptado medidas.  Se dispone de una Estrategia Económico-Social que incluye un programa para la estabilización macroeconómica, que, como te decía ahorita, son medidas que tenemos que ir aplicando gradualmente, de manera muy apropiada, para evitar que se compliquen más las situaciones, porque todas tienen riesgos muy altos.  Por eso estamos planteando como un principio que todo lo que apliquemos y diseñemos tiene que tener una visión hacia las personas en situación de desventaja o vulnerabilidad, hacia las mujeres, hacia los jóvenes, los niños y los adolescentes, hacia la tercera edad, por hablar de algunos sectores, para que sean realmente los análisis integrales y poder manejar los riesgos y las complejidades.

Arleen Rodríguez.-  Presidente, quería detenerme un momentico ahí, porque cuando usted habla de política contra el racismo, de política de avance de la mujer, de política hacia los jóvenes, hacia la tercera edad, etcétera, a veces parece que es un discurso político, pero que tienen contenido concreto en la realidad, digamos, ¿es facilitar que tengan vivienda? ¿En qué consiste el cambio de política?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Es que todas tocan problemas muy diferentes.

Primero, es ideal pensar que en 60 años de la Revolución, independientemente de toda la obra social de la Revolución y su enorme dimensión, se hayan resuelto todos los vestigios del coloniaje que trajo consigo el patriarcado y que trajo consigo la discriminación racial.  Entonces, lo estamos reconociendo con valentía y hay un programa para evitar en todo lo posible que haya manifestaciones de discriminación, que abarca aspectos jurídicos, aspectos legales para proteger la dignidad de las personas y que las personas no tengan desventajas desde esas posiciones.

En el caso del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, además de seguir incrementando las posibilidades del avance de la mujer, estamos en una lucha férrea contra la violencia de género, que es un tema que sabes que es muy complejo su tratamiento, porque muchas veces las mujeres que están en situaciones de riesgo con violencia de género no lo denuncian, entonces tiene que haber también un apoyo social, un trabajo integral, un trabajo de educación. 

Y más temprano que tarde también vamos a aplicar las medidas que están relacionadas con subsidiar personas y no productos, de manera gradual calculando y midiendo bien.  Pero hay otras cosas que también nos estamos proponiendo para el desarrollo del país.  Primero, potenciar el desarrollo territorial y generalizar las buenas experiencias que ya tenemos en algunos lugares.  Siempre digo: ¿Por qué de casi todo lo que hay que hacer en el país hay buenas experiencias en algunos lugares?  Ese es uno de los temas que estamos tratando en estas reuniones territoriales.

Arleen Rodríguez.-  ¿Que son por la vía…?

Miguel M. Díaz-Canel.-  De videoconferencias, después te voy a explicar.

Estamos fortaleciendo los sistemas productivos locales; porque tiene que haber sistemas productivos que, para que el municipio pueda ejercer la autonomía, se subordinen al municipio y se conviertan en la fuente de desarrollo de esos municipios.  Tenemos una mirada hacia los proyectos de desarrollo local, se han creado varias empresas municipales, por ejemplo, para la producción de alimentos. 

Hay medidas que se han aplicado indistintamente en un lugar o en otro tratando de topar los precios, esas medidas no han dado muchos resultados y estamos insistiendo en que lo que hay es que producir.  En la misma medida en que tengamos más ofertas de productos y servicios a la población van a disminuir los precios y se va a ir ordenando el resto de la economía.

Tenemos todo un grupo de propuestas para que a través del mercado cambiario podamos potenciar también el desarrollo de empresas, tanto del sector estatal como del sector privado, que están orientadas hacia producciones fundamentales y que entonces salen, sobre todo los privados, de ese mercado ilegal de divisas y, por lo tanto, operan con una tasa de cambio que puede facilitar que los precios sean mejores.  Pero ahí ¿cuál es límite?, la disponibilidad de divisas que tengamos para ese mercado.

Hemos hecho análisis de cómo enfrentar el problema de la relación salario-precio, en qué momento subir salarios, en qué momento subir pensiones mínimas y salarios mínimos; pero también concatenado con una mayor oferta de bienes y servicios para que el incremento del salario no se vuelva a reflejar en un incremento de los precios.

Seguimos aplicando alternativas para las personas de más bajos ingresos.  Por ejemplo, hoy, con módulos de alimentos que nos llegan por donación estamos priorizando a las personas en situación de vulnerabilidad.

Les hemos dado más facultades a las empresas estatales, incluso, hemos abierto sus objetos, porque estamos defendiendo que una empresa que hoy, por problemas de combustible o por problemas de financiamiento, no tenga todas las condiciones para cumplir con sus principales funciones, pero tiene otras cosas que puede hacer y a las que se puede vincular y aprovechar con su fuerza de trabajo para crear también bienes y ofertar servicios, todo eso va a mejorar a la población y va a garantizar un mejor desempeño de la empresa.

Todos estos temas son parte del debate cotidiano de la agenda del Gobierno y también de la agenda del Partido.  Hay mucha gente trabajando en estas cosas para salir adelante, tenemos grupos de expertos economistas, de juristas.

Arleen Rodríguez.-  Aquí vienen muchos, me consta porque los veo. Hay veces que parece esta la Universidad de La Habana o la universidad de Cuba, para decirlo con todas las letras.

Miguel M. Díaz-Canel.-   Este es un Palacio de las ciencias, y la gente critica a veces cuando vamos a la ciencia, que por qué tantos encuentros.  Yo sí creo que la ciencia y la innovación van a dar salidas al país, y yo sí creo y tengo una convicción, Arleen, de que no hay soluciones mágicas.

La gente dice: ¿Por qué no aplican las medidas del Periodo Especial?  Ya todo lo del Periodo Especial está aplicado: se despenalizó las divisas, se abrió la inversión extranjera, se abrió el turismo, se abrieron tiendas en divisas, ya todo eso está hecho, ¡ya todo eso está hecho!

Lo que sí creo es que hay que crear riquezas materiales y que, en medio de las condiciones actuales, tenemos que ser capaces de producir y distribuir lo poco que tengamos con el mayor concepto de equidad y de justicia social posible, manteniendo la unidad.  Así vamos a salir adelante, y sí hay salidas, y sí vamos a salir, yo tengo esa convicción.

Ahora, ¿que va a ser rápido?  No, porque los temas son complicados.  ¿Que va a ser mañana?  No.  Pero hay que trabajar y hay que crear las condiciones y, sobre todo, hay que crear la conciencia de que lo podemos hacer, de creernos que lo podemos hacer.

Arleen Rodríguez.-  Presidente, estas reuniones que están teniendo lugar, que usted comentaba, con los gobiernos locales, las provincias, a través de videoconferencias, y lo que usted comentaba ahorita,  ¿significan que la solución podría estar en lo local?

Miguel M. Díaz-Canel.-   Primero, estos encuentros que estamos teniendo con los burós provinciales del Partido en cada provincia, y que los estamos haciendo en videoconferencia, porque  iban a ser en un recorrido…

Los antecedentes de esto: en enero nosotros recorrimos todas las provincias y tuvimos estos encuentros en composición de Gobierno, Partido, la administración, sistema empresarial, actores económicos, porque nos propusimos que este año tenía que ser un año mejor, y las provincias presentaron sus estrategias para el desarrollo en este año.

Después, a mediados de abril, hicimos un recorrido para chequear ya cómo se venían cumpliendo esos compromisos  –todo en medio de estas situaciones–,  y ahora en septiembre nos tocaba hacerlo, lo aplazamos un poco por los compromisos internacionales que teníamos como parte de la Presidencia del Grupo de los 77, y lo íbamos a hacer en octubre, pero vino esta situación de complejidad energética, era irracional aparecernos ahora en provincia una cantidad de compañeros determinados, porque por mucha racionalización que existiera en los vehículos de transporte y en la gasolina era un gasto, y decidimos no perder el tiempo y hacerla de manera virtual, a partir de un sistema de videoconferencia seguro que tenemos.  Lo hemos hecho provincia por provincia y eso no ha afectado para nada en la calidad, no nos ha permitido el contacto presencial que siempre es tan bueno, pero hemos podido hacer análisis muy complejos.

Primero, comprensión del momento, o sea, de todo lo que hemos vivido en el año y en particular de este momento, por lo tanto, han estado centrados también en cómo se han cumplido un grupo de indicaciones que dimos para superar la situación actual; y también cómo seguimos trabajando en todo lo que programamos, proyectamos desde enero, bajo el concepto de que todos podemos aportar, de que hay que hacer hincapié en el ahorro, en la eficiencia energética.  Hemos buscado y  hemos  revisado experiencias del Periodo Especial; también estamos debatiendo qué acciones de las que hemos aplicado ahora debemos mantener para si volvemos a caer en una situación como esta tener ya las soluciones a los problemas.

Hemos insistido mucho en la exigencia y en el cumplimiento de las funciones que tienen las instituciones estatales en todos los ámbitos, porque hay veces que observamos fisuras que no tienen que ver con el bloqueo ni con las problemáticas económicas y tienen que ver con el mal funcionamiento de entidades o de instituciones estatales.

Hemos valorado mucho el enfrentamiento a la corrupción y al delito; hemos analizado el enfrentamiento a los planes de subversión político-ideológica del enemigo; y nos hemos planteado que hay que trabajar organizadamente desde la comunidad, desde el municipio para potenciar el desarrollo, y si el municipio es capaz de producir, de desarrollarse y de superar los problemas, los supera la provincia y los supera el país.  Pero eso no quiere decir que dejamos solos a los municipios ni que ahora la culpa de todo la tienen los municipios; pero hay que producir, hay que ampliar la oferta para que disminuyan los precios, hay que seguir los programas de trasformación social en los barrios, la atención a las personas con más desventaja.

El sistema empresarial tiene que aprovechar todas sus potencialidades y no escudarse en que me falta combustible o en que me falta financiamiento, y hacer sin limitaciones todo lo otro que puede hacer.  Digamos, ya no puedo hacer esto, pero ¿y todo lo otro que puedo hacer?  Cuántas empresas hay que tienen fuerzas que pueden ir a reparar escuelas, a reparar el mobiliario de las escuelas, a reparar los policlínicos, los hospitales, a participar en el programa de la vivienda, a producir alimentos para que cambie la situación alimentaria de sus trabajadores y de las familias de sus trabajadores que son parte de la población, y cuántos servicios le podían dar a la población, cuántas cosas se pueden hacer que no se están haciendo.  En eso también reflexionamos.

Lo otro es la producción de alimentos, que es fundamental: cómo se logra la soberanía alimentaria a nivel de municipio; qué hay que hacer en cada comunidad, en cada municipio; cómo controlar el uso de la tierra, cómo emplear las tierras ociosas.

Arleen, hay veces que vemos contradicciones: en medio de toda esta situación he llegado a comunidades rurales donde no hay un platanal, no hay una arboleda de frutales, no ves una gallina, no ves una vaca ni un puerco, y tú dices: ¿qué están esperando, que la alimentación de ellos sea lo que importe el país, cuando ellos debían estar produciendo para ellos y para aportarles a otros?  Entonces, todo eso tenemos que verlo, eso está dentro del proceso de análisis de insuficiencias, de errores que estamos desarrollando para después compartirlo públicamente y también debatirlo públicamente.

Están todas las exportaciones que podemos promover, también está cómo gestionamos la innovación para solucionar los problemas, cómo apoyamos la bancarización, empezando por las entidades estatales que, aunque sea gradualmente –no es para el tiempo de las calendas griegas– tienen que crear las pasarelas para que se pueda desarrollar el comercio electrónico.

Hemos hablado de las mipymes, de cómo lograr adecuadas relaciones entre el sector estatal y el no estatal, esclarecer todo eso y ver los encadenamientos que se están produciendo entre el sector estatal y el sector no estatal, y cómo vamos llegando a un marco regulatorio preciso, claro y coherente.

Hemos hablado mucho de los sistemas de trabajo.  El Partido tiene que atenderlo todo, con los métodos y el estilo del Partido, sin suplantar funciones; pero en eso de atenderlo todo está también atender y propiciar que el Gobierno gobierne, que la administración administre, que la empresa desempeñe el rol que le toque y que los actores económicos del sector no estatal también desempeñen su rol, y que las organizaciones sociales desempeñen también su papel en la sociedad.  Para eso hay que hacer análisis rigurosos y exigentes, tiene que haber más que nunca una vinculación tremenda con el pueblo y con nuestra gente, tiene que haber un debate constante con la población; seguir diseñando espacios mediante los cuales la población pueda plantear sus problemas, pero también nos pueda proponer soluciones, y tener la receptividad para todo eso incorporarlo.  Y la  necesidad de un trabajo más coordinado entre la Asamblea Municipal del Poder Popular, que está conformada por los delegados de circunscripción, que fueron nominados, postulados y elegidos por el pueblo y representan al pueblo, y es el máximo órgano del Estado y del Gobierno a nivel de municipio; y el Consejo de la Administración, que es el órgano ejecutivo, operativo y administrativo del cual dispone esa Asamblea Municipal del Poder Popular para la realización de todo lo que aprueba.

Por lo tanto, tiene que haber un trabajo muy coordinado entre el presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, el intendente, y, además, el gobernador o la gobernadora de la provincia tiene que ser capaz de propiciar también una articulación de todas las políticas nacionales, las provinciales, las del municipio, sin restar a la autonomía del municipio ese Consejo Provincial de Gobierno donde están presidente y vicepresidente de las asambleas municipales e intendentes de todos los municipios.

¿Todo eso, Arleen, enfocado a qué?, a la gestión territorial, por eso mismo que me preguntabas ahorita y que estamos defendiendo como concepto.  Todos los procesos estos que estamos atendiendo: producción de alimentos, enfrentamiento al delito, las adecuadas relaciones entre el sector estatal y no estatal, el desarrollo de los territorios, la gestión de la innovación, la atención a las personas con más problemáticas o que tengan determinadas desventajas, la atención a los programas sociales, buscar las potencialidades de desarrollo endógenos, el fortalecimiento de los sistemas productivos locales, todo eso se gesta en el municipio, hay que hacerlo en el municipio.  Entonces, tenemos que lograr que esa gestión territorial sea fuerte para entonces avanzar en todo lo que queremos.

Arleen Rodríguez.-  Presidente, quiero entrar al tema de sus recorridos en el exterior, que me parecen también de mucho interés, pero quiero cerrar este tema de la dinámica nacional y los problemas más recientes.

Muchos de mis colegas me dicen: el problema más grave es la comunicación, que yo sé que usted le da mucha importancia a eso también; pero hablan: uno, del reunionismo, que hay demasiada reunión en el Noticiero o en nuestros medios, etcétera, y que se ve poco la concreción del valor de esas reuniones, ese es uno; pero hay otro fenómeno que se dio recientemente.  Cuando ocurrió el rumor, la bola, la fake news, como dice usted, de que iba a quedarse en cero la disponibilidad del combustible, el Ministro de Energía y Minas, y el Viceprimer Ministro y Ministro de Economía y Planificación comparecieron, y el Ministro de Energía y Minas nos convenció a todos de que efectivamente eso no se iba a producir, anunció fecha: “Para el 3 de octubre Energas debe entrar, vamos a tener una situación mejor”, y mucha gente dice: por qué damos fechas si dependemos de tantos factores exteriores, porque después vinieron apagones de los más fuertes que hemos tenido.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Antes de llegar a eso, quiero hablarte de algunos elementos de tu pregunta.

Yo insisto, una cosa es el reunionismo como exceso y otra cosa es el espacio al que le puedes decir reunión, le puedes decir encuentro, le puedes decir taller, pero donde un grupo de personas se tienen que poner de acuerdo y tienen que construir consensos para enfrentar la situación, porque eso lo hacemos hasta en la familia, ¿la familia no se reúne?  Yo te lo digo, porque a mí me parece que hay criterios que se hiperbolizan mucho y distorsionan un poco los propósitos, distorsionan la realidad, sin objetar que hay cosas que se hacen de una manera indebida y que hay que perfeccionar.

¿En una familia cuando hay un problema no nos reunimos para tratar de solucionarlo? ¿Siempre encontramos la solución, siempre hacemos lo más adecuado o también nos equivocamos?  Bueno, la vida es eso, porque las familias son las células fundamentales de la sociedad.   Eso nos pasa también a nivel social y nos pasa con las instituciones.

Ahora, con esto a que te referías, a la Mesa Redonda donde informaron Alejandro y Vicente, viceprimer ministro y ministro de Energía y Minas, respectivamente, y que en estos días hemos, con sistematicidad, llevado a que informen a la población diferentes ministros que están más asociados a las situaciones que estamos viviendo.

Nosotros no decimos mentira, la información que teníamos y las perspectivas que teníamos en el momento que ellos informaron eran las que dijo Vicente, lo que pasa es que en la vida también suceden imprevistos: el barco de combustible entró y no había toda la disponibilidad de divisas para hacerle el pago y retuvo la entrega de combustible; por lo tanto, el déficit de combustible lo prolongó unos días con respecto a lo que informó Vicente; o sea, él no dijo una mentira, él dijo la información y para lo que estábamos trabajando ese día, y cambiaron las situaciones, y todos los días por la mañana se explica cómo va el tema de la situación energética y la situación de la generación eléctrica.  Lo hacemos porque es lo que aprendimos, no decir mentiras; por muy duras que sean las situaciones, hay que enfrentarlas y con la verdad, que es uno de nuestros conceptos. 

Nosotros siempre defendemos que en la manera de hacer política tiene que estar la ética, que es trabajar sobre la verdad; tiene que estar el derecho, que es la defensa de lo justo, y tienen que estar la cultura y la historia, porque ahí están los antecedentes y están las respuestas a las soluciones de nuestros problemas.

Creo que vamos también a ir superando esta situación, ya hemos ido trabajando para asegurar los embarques de combustible que necesitamos, no en abundancia, pero que necesitamos para volver a una situación como la que teníamos anteriormente con relación a este mes de octubre, y ya estamos trabajando para tener los suministros estables de noviembre y de diciembre.

Arleen Rodríguez.-  Bajo condiciones que acabamos de ver que hasta una donación puede ser...

Miguel M. Díaz-Canel.-  Bajo condiciones de presión.  Por ejemplo, ahora una agencia norteamericana quiso presionar a una compañía mexicana porque le “regalaban” el petróleo a Cuba, o sea que por dondequiera aparecen presiones, por dondequiera se sigue.  Uno ve muchas veces post y noticias reflejadas en los cables, de los odiadores, donde están diciendo: a Cuba está entrando un barco de tal país con combustible, o sea, hay un seguimiento, una persecución energética al país, todo con el objetivo malvado, perverso de que el país no disponga del combustible que necesita para vivir. ¿Qué se puede esperar de gente que actúe de esa manera y que condenen a un pueblo a vivir con limitación?

Arleen Rodríguez.- Esos mismos odiadores, cada vez que usted realiza una gira al exterior, una visita a otro país, incluso en la responsabilidad que le compete como Jefe de un Estado que está al frente temporalmente del Grupo de los 77, por ejemplo, o a una reunión tan crucial e importante como la de los BRICS, en Sudáfrica, especulan y los menos agresivos dicen: “¿Cuáles son los beneficios de estos viajes?” ¿Se podrían cuantificar los beneficios?

Miguel M. Díaz-Canel.-  En estos viajes se logran negociaciones y acuerdos de beneficio mutuo, se destraban inversiones, se logran facilidades de pago para las deudas y se logra un nivel de relación internacional que evita el aislamiento que quieren provocar con relación a nuestro país.

En este año en particular hay muchos viajes que están motivados por la responsabilidad que nosotros tenemos al frente del Grupo de los 77, y no hemos ido solo como Cuba, hemos ido en representación del Grupo de los 77, y hay un grupo de eventos internacionales donde tiene que estar presente el Grupo de los 77 que han implicado que nosotros asistamos.

Ahora, han existido, primero, resultados políticos, y hay que ver la opinión que hay de la participación cubana en la Cumbre de los 77, en la Cumbre de los BRICS, en la Asamblea General de las Naciones Unidas.  En todos esos viajes se han firmado convenios, acuerdos, y hemos logrado un casi unánime respaldo a la condena del bloqueo y la demanda de sacar a Cuba de la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo. 

Hay acuerdos concretos de inversión y comercio, derivados de esos viajes, que solo se pueden lograr cuando hay encuentros de alto nivel, no se logran a otro nivel, y ahí está el logro.  Ahora, la implementación de esos acuerdos después lleva trabajo de equipos técnicos, de equipos diplomáticos, y todas las negociaciones no se hacen en días, demoran meses.  Por lo tanto, de todas estas cosas que hemos logrado en los últimos viajes hay un grupo de cosas que están en proceso y que a mediano plazo van a implementarse.

Todas las cosas que logramos en esos viajes no las podemos hacer públicas, lamentablemente, porque ahí está detrás el enemigo tratando de destrozar todo lo que hacemos.  Nosotros conocemos de lugares por donde hemos pasado y hemos logrado una negociación importante y detrás han venido presionando a ese país para que no ejecute a lo que se ha comprometido.

 Arleen Rodríguez.-  Sobre la base de estas mismas presiones, de este acoso, de esta maldad desatada, en el reciente viaje a Nueva York usted tuvo reuniones privadas a las que no tuvo acceso la prensa, ni siquiera su prensa, con personalidades políticas norteamericanas, ¿qué comprensión encontró hacia la situación de Cuba?

Miguel M. Díaz-Canel.-   Primero, estos encuentros fueron una oportunidad para conversar, para explicar, para plantear puntos de vista y para desmontar dudas que tenían estas personalidades con relación a determinados sucesos en Cuba a partir de la propia propaganda y la propia campaña de desinformación o de descrédito que hay sobre la Revolución Cubana, y creo que eso lo logramos, en todos los casos hubo una comprensión, hubo personas que incluso nos abrazaron cuando se convencieron de dónde estaba la razón.  Por lo tanto, considero que en estos encuentros logramos comprensión de la situación de Cuba, admiración por lo que ha sido capaz de resistir el pueblo cubano y en qué condiciones lo hemos hecho y, sobre todo, sensibilidad por los problemas de Cuba, y una disposición tremenda por hacer todo lo posible que esté a su alcance para lograr un cambio de la política del Gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba y para lograr que saquen a Cuba de la lista de los países patrocinadores del terrorismo.

Otro elemento, Arleen, varias personas han sentido pena y vergüenza manifiesta –nos lo han dicho– por la actuación de esos gobiernos hacia nuestro país.

Arleen Rodríguez.-  Presidente, acaba de ser reelegida Cuba…, bueno, reelegida no, elegida, pero por sexta ocasión, miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.  Eso ha irritado muchísimo, porque hubo una campaña descomunal contra esa posibilidad.  ¿Cómo ve el tema, un tema que ha sido un caballito dentro y fuera de Cuba?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Estamos hablando del tema de derechos humanos, un tema muy manipulado desde hace muchos años, con toda una intención y un discurso de doble rasero de la llamada comunidad internacional y de los supuestos líderes de esa comunidad internacional.  No olvidemos que hemos vivido muchos sucesos en los cuales 50 Estados de esa comunidad, que es más de 190 países, apoya algo y ese algo se legitima como si lo estuviera aprobando la mayoría, porque todo tiene una manipulación. 

A Cuba, un país como el nuestro, con una vocación humanista, con una vocación solidaria, con una vocación de servicio al mundo, compartiendo lo que tenemos, no compartiendo lo que nos sobra, nos han querido sentar en el banquillo de los acusados.  A la misma Cuba que envía médicos y no bombas; a la Cuba que envía maestros donde otros envían militares; a la Cuba que no interviene y coopera solidariamente cuando otros “apoyan” con intervenciones y con agresiones; a la Cuba que enfrentó la pandemia dentro y fuera del país bajo principios de solidaridad humana que son irrenunciables, incluso, bajo las peores circunstancias.  Esa es a la Cuba que quieren condenar.

Yo me pregunto, Arleen, con toda lógica y creo que también con todo derecho como cubano: ¿Cuándo la comunidad internacional va a sentar al Gobierno de los Estados Unidos en el banquillo de los acusados por violador de los derechos humanos?  ¿Cuándo Estados Unidos va a tener que responder por la violación de derechos humanos que constituye el bloqueo genocida que ha aplicado durante más de 60 años a Cuba?    ¿Cuándo Estados Unidos va a responder por atizar los conflictos internacionales como atizó el conflicto europeo?  ¿Y cuándo Estados Unidos va a rendir cuentas como violador de los derechos humanos cuando ha violado los derechos de los pueblos del Medio Oriente, de Palestina, del pueblo sirio, que constantemente han vivido bajo el ataque, el bombardeo de tropas de Israel que son apoyadas por el Gobierno de los Estados Unidos?, y una política discriminatoria violando los derechos de esos pueblos y violando los derechos de otros pueblos del mundo, violando los derechos de todos los pueblos donde hay gobiernos que no quieren el modelo capitalista, cuando hay gobiernos que se plantan ante los Estados Unidos.  ¿Por qué a Estados Unidos nunca lo han sentado en un banco de acusado como violador de los derechos humanos, cuando probablemente sea el Gobierno que más derechos humanos ha violado en el mundo, de su propio pueblo y de otros pueblos del planeta?

Entonces, creo que la elección de Cuba nuevamente para el Consejo de Derechos Humanos es ante todo un reconocimiento a la coherencia, a la valentía, a la manera en que hemos defendido nuestros principios con firmeza, y también un reconocimiento a la solidaridad con que Cuba ha apoyado a otros en el mundo.  Por lo tanto, es una expresión de reconocimiento y yo diría que también de admiración, de respeto hacia Cuba y de apoyo, y por lo tanto esa elección es una victoria política y diplomática de la Revolución Cubana, ¡es una victoria de la Revolución Cubana!

Arleen Rodríguez.-  Bueno, varias victorias al hilo, que creo que son las que han incomodado.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Cumbre del Grupo de los 77, Asamblea General de las Naciones Unidas.

Arleen Rodríguez.-  La Cumbre del Grupo de los 77 nos ayudó a ver este mundo con sus complejidades.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Y construyó un consenso con el que fueron los países del Grupo de los 77 a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Arleen Rodríguez.-  Exactamente, y la participación de Cuba en Naciones Unidas, me consta, porque lo vi y vi dos mundos enfrentados, algunos servidores “del pasado en copa nueva”, como diría Silvio Rodríguez, tratando de manifestarse contra su propio país de origen y absolutamente en minoría ahí, reconociéndolo ellos mismos, y un pueblo norteamericano solidario con Cuba.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Nunca se me olvidará: un sábado por la noche, en una institución pública, más de 900 jóvenes norteamericanos apoyando a Cuba y a Venezuela.

Arleen Rodríguez.-  Fue realmente impresionante y conmovedor.

Ya termino, no le robo más tiempo de su familia, de su descanso, pero vuelvo sobre el tema de la comunicación.  ¿Habrá que esperar otra entrevista que usted nos pueda dar, que le pueda dar al equipo de comunicación o a cualquier medio cubano frente a situaciones como esta?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Arleen, siempre estoy presto para comunicar y también he exigido de los compañeros de la dirección del Partido, los compañeros de la dirección del Gobierno, todos los que ocupamos responsabilidades, que somos servidores públicos, que somos servidores de nuestro pueblo, que tenemos que informar sistemáticamente a la población de los asuntos que son de su competencia; no solo informar y comunicar, también rendir cuentas.  Por eso en estos días se ha movido una dinámica alrededor de las problemáticas que tenemos; pero el problema es no hacerlo solo en momentos complejos, es que eso fluya cotidianamente.

También hay una responsabilidad de los medios de comunicación, de los medios de prensa, que lo tienen que hacer con una maestría, lo tienen que hacer con una profesionalidad, porque abarrotar de alguna información a la gente, si eso no se hace de una manera atractiva es peor; pero te hago el compromiso de que tenemos la disposición para hacerlo.

En el Equipo de Prensa de la Presidencia se ha estado planteando la idea, creo que la están diseñando –yo estoy dispuesto a cooperar–, de buscar espacios más sistemáticos en los cuales constantemente estemos dando información a la población.

Arleen Rodríguez.-  Usted le ha pedido a su Equipo, me consta.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Se lo he pedido al Equipo, pero he dejado que el Equipo diseñe porque ellos son los especialistas en eso y porque confío mucho en mi Equipo, porque es un equipo joven, talentoso, innovador y muy entusiasta y también da muchas energías, que siente con uno los problemas del país, que constantemente está pendiente de qué se puede hacer, cómo se puede comunicar mejor, y a quienes les agradezco mucho todo el apoyo que dan.  Tal vez sorprendamos y la semana que viene o dentro de quince días estemos ya de una manera más presente.

De todas maneras, todos los días hay oportunidad de comunicar algo, porque todos los días estamos trabajando los problemas del país.

Arleen Rodríguez.-  Bueno, por ahí se filtra que va a haber un espacio, que quizás salga de las redes.

Miguel M. Díaz-Canel.-  ¿Y cómo le ponemos?

Arleen Rodríguez.-  Usted le pone el nombre, porque va a ser el Director, creo, me han dicho que usted va a ser el Director.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Creo que es mucho aspirar que yo sea Director, yo podría ser un participante.

Arleen Rodríguez.-  ¿Qué nombre le pondría usted si va a dar información?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Dame un pie.

Arleen Rodríguez.-  Va a dar información.

Miguel M. Díaz-Canel.-  ¿Es oficial?

Arleen Rodríguez.-  Bueno, quién sabe si de ahí sale el nombre.

Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Presidente de la República, quien estuvo antecedido por héroes de este país como Fidel Castro, Raúl Castro, cuando se levanta cada mañana sabiendo que el mundo no es mejor porque allá afuera caen bombas sobre Gaza, o sigue estremeciéndose el tema de los precios, de la comida, de los alimentos, el cambio climático, etcétera, ¿dónde encuentra energía para levantarse y salir a pelear?

Miguel M. Díaz-Canel.-  En el pueblo, Arleen, en ese pueblo heroico.  No puede pasar esta entrevista o este encuentro sin tener la oportunidad de agradecer siempre a nuestro pueblo su heroísmo, su apoyo, su comprensión y su aporte.  ¡Por eso la Revolución es invencible, por ese pueblo!

Arleen Rodríguez.-  Gracias.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Gracias a ustedes.

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