Creado por investigadores del Centro de Inmunología Molecular (CIM), el anticuerpo monoclonal humanizado Nimotuzumab (Cimaher®) devino uno de los productos líderes de la biotecnología cubana para el tratamiento del cáncer.
El fármaco obtuvo el registro sanitario el 19 de febrero de 2002, para su empleo en la terapia de tumores avanzados de cabeza y cuello en adultos, otorgado por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), al demostrarse su acción de bloquear el factor de crecimiento epidérmico, un blanco de sumo valor en oncología.
La doctora en Ciencias Médicas Tania Crombet Ramos, directora de Investigaciones Clínicas del CIM, perteneciente al Grupo Empresarial BioCubaFarma, explicó a Granma que el fármaco produce una inhibición de la proliferación descontrolada de células malignas, la formación de nuevos vasos y la ocurrencia de metástasis (diseminación del cáncer), y activa el sistema inmunológico.
Una de sus principales ventajas, aseveró, es que reconoce, de forma diferencial, las células tumorales de las sanas, es decir, actúa de manera específica sobre las malignas.
En la mayoría de las localizaciones de cáncer, el Nimotuzumab suele utilizarse de manera combinada con la irradiación y la quimioterapia, detalló la doctora Crombet.
«Actualmente, el registro sanitario en Cuba autoriza su empleo en neoplasias cerebrales, de esófago, adenocarcinoma de páncreas y cáncer de pulmón de células no pequeñas, con resultados alentadores en cuanto al alargamiento de la sobrevida y la mejoría del estado general de los pacientes, mientras es objeto de más de 20 ensayos clínicos centrados en investigar su eficacia y seguridad, en otras indicaciones de cáncer.
«En un resultado presentado recientemente en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica se demostró que la supervivencia en los pacientes con cáncer localmente avanzado de cabeza y cuello, tratados con quimio-radioterapia, más Nimotuzumab, fue de 44,28 meses, en comparación con la de 33,36 meses, para el grupo de los que solo fueron tratados mediante la quimio-radioterapia», explicó la doctora.
Si bien lo que producíamos hace 30 o más años eran, básicamente, anticuerpos monoclonales de ratón, hoy el 90 % de la secuencia del Nimotuzumab es humana. De ahí que, al poseer una mayor tolerancia, puede utilizarse en tratamientos prolongados, algo que no puede hacerse, por ejemplo, con la radioterapia, recalcó la también miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba.
«Durante la pandemia de la covid-19 las investigaciones revelaron que la aplicación del Nimotuzumab en pacientes graves evidenció una mejoría de la función ventilatoria y la reducción de la concentración de interleuquina 6, una de las principales citocinas causantes del estado hiperinflamatorio que agrava el cuadro clínico de la enfermedad.
«Asimismo, hubo una mejora radiológica o estabilización de la neumonía intersticial multifocal en el 80 % de los pacientes, al séptimo día de recibir la primera dosis, junto a la observación de evidencias preliminares de prevención o reversión de las lesiones fibróticas por tomografía axial computarizada, lo cual propició la disminución de las secuelas pulmonares».
En 2022, el trabajo titulado Reposicionamiento del anticuerpo monoclonal humanizado cubano Nimotuzumab en el tratamiento de pacientes con covid-19, mereció el Premio Especial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, al resultado de mayor relevancia científica.
Incluido en el Cuadro Básico de Medicamentos desde 2010, el fármaco forma parte de la carpeta de productos contra el cáncer, que investiga y desarrolla el CIM, enfocados en bloquear el crecimiento del tumor, e incluso reducir el tamaño de su masa, con la finalidad de llegar a transformar esa enfermedad maligna en un padecimiento crónico, sin deteriorar la calidad de vida del paciente.
La Directora de Investigaciones Clínicas de la entidad que, en el venidero diciembre cumplirá tres décadas de creada, añadió que el Nimotuzumab cuenta con registro sanitario en más de 20 países, sobre todo en cáncer de cabeza y cuello, y glioma en pediatría.
El fármaco, ejemplo de soberanía tecnológica en la esfera de la biotecnología cubana, en febrero pasado recibió nuevos registros médicos en China, para su empleo en carcinomas de páncreas, cabeza y cuello.
Naciones como Japón, Corea del Sur, Indonesia, Canadá, la India, Brasil y Alemania han realizado, en los últimos tiempos, investigaciones clínicas con el fármaco cubano en diferentes localizaciones de cáncer. (Orfilio Peláez)