El proyecto de resolución Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE. UU. contra Cuba será votado hoy por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La comunidad internacional seguro será testigo de la condena, casi unánime, a ese genocidio silencioso, por un imperio que pretende doblegar a quienes habitan la Isla.
El inmoral bloqueo y la incorporación en la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo han causado pérdidas para Cuba, solo entre marzo de 2023 y febrero de 2024, de más de 5 000 millones de dólares.
En la jornada precedente, 31 naciones se pronunciaron por el levantamiento de esta injusta política. El representante de México ante la ONU, Héctor Vasconcelos, dijo que es hora de abrir un nuevo capítulo y permitir que Cuba participe plenamente en la comunidad global, «sin las restricciones que impone este injusto e inhumano bloqueo».
Hoy el mundo será testigo de cómo, una vez más, poco o nada importa al Gobierno de turno en la Casa Blanca, lo que se disponga en la Asamblea General, pues, que bien pudo y aún puede usar sus prerrogativas para, al menos, suspender las 243 medidas que su antecesor, Donald Trump, adoptó unos días antes de abandonar el recinto presidencial, y, sobre todo, abolir la cínica acción de incluir a Cuba entre los países que patrocinan el terrorismo.
La comunidad internacional tiene la palabra, y algún día habrá que tenerla en cuenta.