Artemisa.— «Si uno no viene aquí no se da cuenta de la magnitud de los daños», señalaría el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al final de la mañana de este viernes, tras recorrer zonas agrícolas y pobladas de Güira de Melena y Alquízar.
Había hecho un alto para saludar a linieros de las brigadas eléctricas de Cienfuegos y Ciego de Ávila que apoyan en el restablecimiento del servicio en Artemisa y en ese momento estaban acompañados por el titular de Energía y Minas, Vincente La O Levy.
Las brigadas de trabajadores eléctricos no descansan en levantar postes caídos y partidos y amasijos de cables a lo largo de la carretera que lleva de La Habana hasta el sur de Artemisa.
La prioridad es llevar corriente a los emplazamientos de bombas de Cuenca Sur, para garantizar el abasto del líquido a la capital y restaurar un servicio que beneficiará a todos las familias de los pueblos y caseríos artemiseños que se sirven de estas líneas.
Por decenas y decenas de kilómetros, el paisaje es reiterativo. Platanales devastados, yucales encamados... cultivos de todo tipo destruidos. Máquinas y máquinas de riego de pivote central volcadas, edificaciones agropecuarias e industriales raídas...
Casas de familias con techos volados y paredes derruidas; montañas de despojos de árboles que los vecinos de los pueblos y la pequeña ciudad de Güira de Melena han ido extrayendo laboriosamente, sin descanso, de casas y calles, para ser evacuados tan pronto lleguen equipos de alza y tiro...
«Vamos a echar pa´lante»
En la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Frank País, de Güira, el presidente fue recibido por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, desplegado en la provincia tras la amenaza inexorable del huracán Rafael, la miembro del Secretariado del Comité Central Yudi Rodríguez Hernández y las principales autoridades del territorio, encabezadas por la miembro del Buró Político y secretaria del comité provincial del Partido, Gladys Martínez Verdecia.
El Jefe de Estado llegó acompañado por el miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda, el viceprimer ministro Eduardo Martínez Díaz y varios jefes de carteras.
En Güira de Melena están algunas de las mejores bases productivas del país. El presidente de la CCS Frank País, Pablo Orlando Pérez Guzmán, Landy, enumeró al mandatario uno tras otro los daños acumulados en las fértiles tierras de sus campesinos.
Buena parte los platanales de los campesinos integrados a la cooperativa están devastados, las hortalizas que tenían para diciembre se ven asoladas, los frijoles perdidos, los frutales reportan perjuicios en un 90 por ciento, sobre todo de mango y aguacate...
Por suerte, la poderosa minindustria que poseen, capaz de procesar siete toneladas de productos agrícolas en un día, apenas sufrió daños, y los que tuvo se van a recuperar con recursos y esfuerzos propios, aseguraba el presidente de la CCS.
A Landy y su gente no se les ve nada amilanados. «Esto lo vamos a echar pa´lante», decía seguro y sereno a Díaz-Canel, quien los exhortó a recuperar los platanales intercalándole cultivos de ciclo corto, lo cual les permitirá, antes de recoger la primera cosecha dentro de diez meses o un año, resarcirse de buena parte de la inversión y las pérdidas por el huracán. «Tenemos que aprovechar el policultivo, si no, vamos a malgastar recursos», insistió.
Cajío «naufraga» una y otra vez
El primer secretario del Comité Central del Partido también intercambió con el presidente de la zona de defensa de playa Cajío, Jesús Díaz González, un veterano de muchas de estas batallas. Informó que de las 198 viviendas que hay en el asentamiento costero, muchas de ellas biplantas, todas sufrieron daños, once de forma total.
Tras el aviso temprano de ciclón, en la comunidad se dispusieron las medidas para la evacuación de las personas y los medios y demás bienes familiares, pero algunas se resistieron.
La situación en que nuevamente quedó el poblado, donde una y otra vez ocurren sucesos parecidos, volvió a poner sobre la mesa la necesidad de reasentar esa comunidad, al mismo tiempo que, defendió Díaz-Canel, se le den posibilidades a los pescadores de tener facilidades temporales de estancia, como las casas de botes.
En Güira se trabaja duro
En el poblado de Güira de Melena, por donde transitó una y otra vez en la mañana de este viernes en su recorrido por Artemisa, el presidente de la República se detuvo en una de sus esquinas para conversar con los vecinos.
Los lugareños le expusieron su confianza en que los daños que han sufrido se restablecerán pronto, aunque el problema fundamental, le dijo una de las madres de familia, es la falta de agua potable. «Es eso lo que más nos urge, sin electricidad podemos pasar unos días, pero sin agua...».
Díaz-Canel elogió la laboriosidad de los güineros, a la vista ante la ingente campaña de higienización que han acometido en sus casas y patios y en las instituciones sociales. «Se ve que han trabajado duro», les dijo.
Coincidió con ellos en el tema del agua, por lo que le pidió al presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez, que informara sobre lo que se está haciendo para restablecer el abasto, e indagó sobre la disponibilidad de pipas y la capacidad de almacenaje que hay en las casas. «Y no se preocupen, que trabanjando así, vamos a salir adelante», les dijo.
«De esto nos vamos a recuperar, y rápido»
Iguales ideas, más que de aliento, de certeza, compartió el primer secretario del Comité Central del Partido en la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Niceto Pérez, una de las más emblemáticas bases productivas del país, especializada en cultivos varios, a los que dedica 500 hectáreas, y al tabaco ligero.
El presidente de la cooperativa, Omar Barroso Miranda, esperaba a Díaz-Canel para transmitirle el buen aliento y espíritu que reina entre su gente. «De esto nos vamos a recuperar, y rápido», afirmó con campechanía el icónico campesino.
«Y así es como hay que hacer; yo creo que este domingo aquí no habrá ni rastro de lo que pasó», le dijo, coincidente, Díaz-Canel.
Con la fuerza de Cuba
En la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Felipe Herrera, de Alquízar, con un gran peso en la exportación de los puros cubanos, al aportar capas de óptima calidad, el presidente también pudo comprobar, más que los cuantiosos daños dejados por Rafael, la fuerza de Cuba.
Es este un colectivo tabacalero, aunque también fomenta cultivos varios, que desde el jueves, a pocas horas del paso del huracán, empezó a recuperar los techos de las casas de cura, de las que la cooperativa posee 28 y todas fueron afectadas, ocho de forma total y el resto con pérdidas parciales de cubierta, aunque, por suerte, ninguna tenía hojas de tabaco dentro.
«Llevo 31 años aquí y es la segunda vez que esto nos ocurre, antes fue cuando el huracán Charley, en 2004», comentaba a Díaz-Canel, el presidente de la UBPC, Armando Trujillo. «Pero algo así te puede pasar por encima diez veces y no te acostumbras, no estás preparado».
«Pero esto, le dijo Armando sin amilanarse, lo vamos a sacar adelante, para eso tenemos un ejército de trabajadores que desde hace más de veinte años estamos logrando 130 toneladas de hojas de tabaco; 1,5 toneladas por hectárea; o 150 quintales de capa por caballería, algo que está entre los mejores resultados que se logran en el mundo».
En el área de semilleros, donde las casas tapadas que dan abrigo a cientos de canteros en cepellones, el Jefe de Estado volvió a corroborar el espíritu de un colectivo del que forman parte 124 mujeres.
Idalmis Guilarte Jova es una dama baracoesa que hace 29 años trabaja en la cooperativa y es ahora su vicepresidenta. «Esto estaba feo, pero tan pronto se fue el ciclón, todo el mundo echó para acá y a trabajar, y nadie se quiere ir cuando empieza a caer la noche, tenemos que mandar a la gente para su casa, porque también tienen que descansar», decía la dama a Díaz-Canel.
«Jefe, en tres meses venga por aquí, para que usted vea cómo guapeamos», invitó Idalmis al presidente de la República, quien le respondió que tal vez venga antes. (René Tamayo León)