Hace más de tres décadas, la vocación humanista de la Revolución y su compromiso con la defensa de todos los derechos para todas las personas se dieron cita, de la mano de Fidel, y nació, el 31 de diciembre de 1989, la escuela Solidaridad con Panamá, dedicada a la atención de niños con discapacidades físico-motoras.
En la noche de este miércoles, a pocos días de conmemorar sus 35 años, esta institución, que obra a cada instante el milagro del amor, festejó su fundación con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana; y del primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Asistieron, además, otras autoridades del Partido y del Gobierno, y familiares de los muchachos que se forman allí como hombres y mujeres de bien.
Como de costumbre, el arte limpio de estudiantes, maestros y de la compañía infantil La Colmenita marcó el ritmo de la velada, tan honda, tan humana, como la esencia misma de la escuela, convertida hoy en el hogar de 206 alumnos.
Desde la poesía y la música se abogó por la paz, en apoyo a la causa del pueblo palestino; se habló de solidaridad y entrega, y de sonrisas de niños protegidos, pese a limitaciones y bloqueos; y, en todo momento, se evocó a Fidel, artífice principal de cuanto allí se ha logrado.
La gala, apretada síntesis de sueños cumplidos y por venir, fue escenario para homenajear la labor de María Esther La O Ochoa —la querida Teté—, quien dirigió la escuela por más de 30 años y hoy cede su lugar a otros, capaces de seguir su ejemplo.
De manos del General de Ejército le llegó el reconocimiento, y fue él quien leyó, con tono firme, los versos estampados: Gracias por tanta pasión / Entrega, heroísmo, fe / El mundo se halla de pie / Diciendo con voz bendita / ¡El planeta necesita / multiplicar a Teté!
Y fueron las palabras de la propia María Esther el mejor agradecimiento. «Hemos reído, hemos llorado, hemos sido felices. Esta ha sido mi casa; y sigo con el pie en el estribo, como usted, General», le dijo a Raúl.
Luego de largos aplausos, la nueva directora, Nairis Reyes Cleger, ratificó su compromiso con la construcción de «un futuro más brillante para los niños, más inclusivo y esperanzador».
En el acto, también les fue entregada la distinción Rafael María de Mendive a dos trabajadoras que durante 20 y 25 años se han dedicado a la hermosa tarea de enseñar. Asimismo, se honró a la escuela con el sello 85 Aniversario de la Central de Trabajadores de Cuba.
En tanto, distinguieron al centro educativo otras organizaciones como la de Pioneros José Martí, la Unión de Jóvenes Comunistas, el Ministerio de Educación y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Antes de despedirse, Raúl, siempre pendiente de los pequeños, les preguntó si les había gustado la actividad. Un sí rotundo, verdadero, fue la respuesta para quien, en una de sus múltiples visitas a la institución, aseguró que «por escuelas como estas estamos dispuestos a darlo todo». Yo creo, dijo en aquella oportunidad el General de Ejército, «que es una de las obras más hermosas y más justas de la Revolución». (Yudy Castro)