«Cuba no es un país terrorista. No existe evidencia alguna capaz de sostener ese calificativo. Ha sido reconocido por la inmensa mayoría de la comunidad internacional y por muchos sectores, incluidas las agencias especializadas del Gobierno de Estados Unidos, que conceden un gran valor a su cooperación y a su lucha contra este flagelo».
Así reza un fragmento de una Carta al Presidente de Estados Unidos, suscrita por la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, a nombre de 130 organizaciones, movimientos, redes, agrupaciones y actores de la sociedad civil cubana, en la que se le solicita la exclusión de Cuba de la Lista de Estados patrocinadores del terrorismo, y que fuera citada recientemente, ante el Congreso, por Barbara Lee, representante del Partido Demócrata por el estado de California, informaron fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La legisladora interrumpió un discurso suyo ante el plenario de la Cámara de Representantes del Congreso de EE. UU. para introducir la misiva, y resaltar varios argumentos que hacen insostenible la falsa acusación, como, por ejemplo, que en la Isla hay muchos descubrimientos científicos de los cuales los estadounidenses podrían beneficiarse.
Enfatizó en la existencia del Heberprot-P, tratamiento que previene la amputación por diabetes, y que es usado en todo el mundo, y dijo haberlo visto en las clínicas, así como su efectividad, que ronda entre el 80 % y el 90 %.
Destacó que, a pesar de los obstáculos, Cuba ha sabido sobreponerse y ha logrado que una compañía estadounidense, Discovery Therapeutics Caribe, esté desarrollando los ensayos, los cuales se encuentran en la fase III.
«Todo lo que queremos son relaciones normales con Cuba», recalcó.
La congresista Lee solicitó al Presidente de la sesión insertar en el acta el párrafo citado de la carta, y subrayó que estaría a la espera de que el presidente Biden retirase a Cuba de la lista.
Otros fragmentos de la misiva denuncian que son las familias cubanas «las que sufren las consecuencias de esa injusta designación, (…) las que han soportado el desgaste, el dolor y la pérdida asociadas con la aplicación de las medidas económicas coercitivas que de ella se derivan».
Repasa las graves consecuencias que significa para la economía nacional que Cuba sea considerado un país patrocinador del terrorismo; una designación arbitraria recientemente revalidada por el Gobierno de ee. uu. que «no solo es contraria a la verdad», sino que conduce a que sean aplicadas, de manera automática, otras medidas económicas coercitivas derivadas, que son obstáculos para que Cuba se desarrolle con normalidad en el mercado mundial.
«Señor Presidente, solicitamos que haga lo correcto antes de culminar su mandato, que haga prevalecer la justicia y excluya a Cuba de la Lista de Estados patrocinadores del terrorismo», concluye la correspondencia. (Elizabeth Naranjo)