«Vamos a rescatar la esperanza; vamos a guardar el pesimismo para mejores tiempos», sentenció el fraile dominico Frei Betto en su conferencia magistral «La justicia como camino para la paz y el equilibrio del mundo», que selló la inauguración de la VI Conferencia internacional Por el Equilibrio del Mundo Con todos y para el bien de todos, en el 172 aniversario del natalicio de José Martí.
El primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, asistió a la apertura del encuentro bianual, que ahora sesionará entre el 28 y el 31 de enero bajo el lema «Por el diálogo entre civilizaciones y por una cultura de paz».
En la inauguración se leyeron mensajes enviados por el Papa Francisco y el Patriarca Bartolomeo, e hicieron uso de la palabra representantes de gobiernos, movimientos sociales, agrupaciones de solidaridad con Cuba y otros activistas de todos los continentes.
Se entregó el Premio Internacional José Martí de la Unesco a la activista Lizeth Quiñones Sánchez, líder de la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico de Colombia (ASOPARUPA), quien lo recibió en nombre de sus compañeras y esas mujeres, dijo, que «durante siglos han ejercido esta práctica ancestral en defensa de la vida».
Asistieron a la jornada más de 600 representantes de 98 países, y unos 400 delegados y delegadas de Cuba. Participaron los miembros del Buró Político, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional; Manuel Marrero Cruz, primer ministro; Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central, y Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores.
La sesión fue encabezada, además, por el Doctor en Ciencias Eduardo Torres Cuevas, presidente de la Oficina del Programa Martiano, y Héctor Hernández Pardo, coordinador del comité organizador y moderador del intercambio, entre otros miembros del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional.
Cuba en el equilibrio del mundo
El arzobispo Antoine Camilleri, nuncio apostólico de la Santa Sede en Cuba, transmitió el tradicional mensaje que envía el Papa Francisco a la Conferencia internacional Por el equilibrio del mundo desde su tercera edición.
El Santo Padre compartió sus reflexiones con los miembros de los movimientos progresistas que ahora se dan cita en La Habana precisamente en el Año del Jubileo, «un año de gracias según la antigua estación del pueblo de Israel —escribió—, que se presentaba como una oportunidad para restablecer la paz y la fraternidad social a través del perdón y la reconciliación».
«La esperanza se revela como un valor muy adecuado para este foro que celebran en La Habana; pues gracias a su aspiración de ser abierto, plural y multidisciplinar, tiene las capacidad de asomarse a las razones que mueven el corazón del hombre de hoy», señaló en su misiva a la conferencia martiana el Papa Francisco.
El arzobispo Santiago, metropolita de México, Centroamérica y el Caribe de la iglesia Ortodoxa Griega, leyó el mensaje del Patriarca Bartolomeo, en el contexto de las celebraciones por los 20 años de la consagración de la Sacra Iglesia Catedral Ortodoxa de San Nicolás de Myra en la capital cubana.
En una enjundiosa reflexión sobre los desafíos que atraviesa hoy la humanidad, el Patriarca Bartolomeo saludó a los participantes en la Conferencia internacional Por el equilibrio del mundo y destacó el papel de Cuba y las prédicas martianas en momentos cruciales, donde debe prevalecer la paz, la solidaridad y el humanismo.
También transmitieron mensajes la presidencia de la organización budista japonesa Soka Gakkal y de otras instituciones mundiales y de solidaridad, y personalidades de Guyana, India, Hungría, Venezuela, Italia, Bélgica.
Hicieron uso de la palabra, además, Dmitry Novikov, primer vicepresidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal Rusa y líder del grupo parlamentario de Amistad con Cuba; y Dessima William, presidenta del Senado de la nación caribeña de Granada.
«La unidad es la única vía para enfrentar la bravuconada»
En la conferencia magistral que concluyó la primera sesión plenaria, el intelectual brasileño Frei Betto subrayó la importancia de estos encuentros, por —dijo— «su carga humanista, ética y de defensa de la justicia social, por ser fuente inspiradora y alternativa ideológica de quienes luchamos por un mundo mejor».
Subrayó la urgencia de que estos movimientos tomen conciencia de la necesidad de cambiar el rumbo de los acontecimientos a escala mundial, que es luchar por un mundo mejor, por un mundo de justicia, porque —reflexionó— la paz solo vendrá como hija de la justicia.
«La defensa de la justicia y la práctica cotidiana de la ética son indispensables para lograr el equilibrio del mundo», sentenció Frei Betto, quien hizo una radical denuncia de las prácticas hegemónicas que quieren imponer quienes están protagonizando una hiperconcentración de la riqueza y que ahora utilizan y necesitan de una clase política bufonesca y extravagante, porque, explicó, la naturaleza del capitalismo ha cambiado.
En una disección del capitalismo contemporáneo, Betto subrayó que el poder corporativo tradicional ahora se ha transmutado en un poder oligárquico que busca la deconstrucción del «estado administrativo» y que necesita de una clase política bufonesca que hipnotice y que canalice la lucha de los pueblos por sus derechos hacia actitudes contra la migración, los negros, los musulmanes y cuanto “chivo expiatorio” aparezca.
Ante todas estas amenazas, y realidades, Frei Betto llamó a las fuerzas progresistas del mundo a no descuidarse, a ser militantes de la esperanza y a recuperar los gobiernos al servicio del pueblo.
Para esto, dijo, necesitamos más conciencia, más ideas, y también de más acciones, de hacer de la práctica el criterio de la verdad.
«Hay que hacer la unidad, hay que buscar cooperación, y hay que buscar, sobre todo, que la gente pobre pase de la conciencia ingenua a la conciencia crítica, y eso depende de nosotros», afirmó. «La unidad, dijo más adelante, es la única vía para enfrentar la bravuconada». (René Tamayo León)