SAN LORENZO, Tercer Frente, Santiago de Cuba.— El que Carlos Manuel de Céspedes, el 27 de febrero de 1874, hubiera salido a combatir con sus últimas balas; que hubiera caído, no constituyó, como diría Fidel, una derrota, fue un acto de coherencia con lo que él había predicado durante toda su vida.
La reflexión la compartió el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con jóvenes de Santiago de Cuba y Granma, quienes subieron hasta estas montañas de la Sierra Maestra, en el municipio de Tercer Frente, para conmemorar el Aniversario 151 de la caída en combate del Padre de la Patria.
Céspedes, como presidente despuesto, rememoró Díaz-Canel, vino aquí con la sencillez, con la modestia, con el dolor por lo que había pasado, pero con sentimiento patriótico; aquí se hizo un vecino más, y cuando una esclava liberada vino a darle una queja y lo llamó «amo», «presidente», él le respondió: yo no soy tu amo, yo no soy tu presidente, yo soy tu hermano.
El jefe de Estado retomó el episodio que minutos antes había desgranado frente a los jóvenes, en la mañana de este jueves, el destacado historiador Rafael Acosta De Arriba, cuyo libro, Los silencios quebrados de San Lorenzo, fue entregado a un grupo de ellos a los que se le otorgó, en la jornada, la condición de militantes del Partido o de la UJC.
De Arriba, un profundo cespediano al decir de Díaz-Canel, dijo que San Lorenzo es un sagrado lugar de la Patria, y compartió reflexiones y anécdotas sobre los últimos días de Céspedes en este lugar donde habían siete casitas, y enseñaba a leer y escribir a los niños del predio.
Acompañado por el miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda; la primera secretaria del comité provincial del Partido en Santiago de Cuba, Beatriz Jhonson Urrutia, y la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, Meyvis Estévez Echevarría, el Presidente cubano insistió en la relevancia de actividades como estas.
Calificó de muy significativo que los colectivos juveniles sientan la necesidad de acercarse a la historia a través de acampadas, visitas y otras iniciativas que deben multiplicarse con propuestas que salgan de ellos mismos. Son estas, afirmó, experiencias más contemporáneas, más cerca de los códigos de comunicación que tienen hoy las nuevas generacioens.
Palabra joven
Como el encuentro que tuvo a inicios de semana en Baire con los jóvenes, este también sirvió para que las nuevas generaciones compartieran ideas, hicieran sugerencias y se trazaran metas.
Israel, profesor de Derecho en la Universidad de Oriente, ponderó la intensa actividad legislativa que se ha desarrollado en el país en los últimos años, Él apunto que Cuba hoy es otra; pero llamó, entre otras sugerencias, a avanzar más en este proceso, porque considero que «no basta con aprobar nuevas leyes, sino que hay que darle seguimiento a su aplicación».
José Salvador, secretario de la UJC en el IPVCE granmense, habló sobre el trabajo de la organización en el centro, que ha permitido crear un comité de base por brigada de la FEEM, así como que los jóvenes se incorporen a la producción de alimentos, realicen actividades para estar en contacto con la historia y desarrollen iniciativas.
Yamaili, presidente de la FEU en la Universidad de Oriente, reflexionó, entre otros temas, sobre la contratación de jóvenes estudiantes en el sector no estatal, incluyendo lugares en los que no se respeta el código de trabajo, y se ven obligados a trabajar largas horas, pudiendo ser víctimas de discriminación y prácticas sexistas.
David fue portador de un mensaje de los jóvenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Subrayó que las FAR constituyen una escuela de valores, de tradiciones históricas de lucha del pueblo cubano.
Adriano, dirigente de la UJC en Songo-La Maya, comentó que ante la pregunta de muchos sobre cuál será el futuro de nuestros jóvenes, la respuesta es que ese futuro tenemos que construirlo con la participación de nosotros, de lo que es ejemplo —explicó—, la política para la niñez, la adolescencia y la juventud, que se está construyendo con la participación protagónica de las nuevas generaciones.
Culto a nuestra historia
El presidente cubano debatió con los jóvenes estas y otras propuestas y les insistió que en todas ellas es fundamenal el aprendizaje y culto a nuestra historia.
Los pueblos que olvidan su historia desaparecen, dijo. Por eso, enfatizo, «nosotros estamos aquí hoy; aquí no hay olvido; estamos en San Lorenzo para que no se olvide que fue el primer presidente de la República en Armas, para que no olvidemos porqué es el Padre de la Patria».
Y aquí, en San Lorenzo, como ha dicho el historiador Rafael Acosta De Arriba, «aquí no hubo muerte, aquí lo que hubo fue semilla, semilla para germinar después en toda la historia de la Revolución».
Entonces, tenemos que ver cuál es la manera en que nosotros honramos todos los días a Carlos Manuel de Céspedes, y tiene que ser todos los días si queremos perfeccionar la sociedad socialista que nos hemos propuesto, consideró.
Tampoco podemos olvidar, añadió, que Carlos Manuel de Céspedes fue un hombre muy culto, porque, también desde la cultura, explicó el Jefe de Estado a los jóvenes, tenemos que enfrentar esta batalla por salvaguardar la Revolución. (René Tamayo León)