En diferentes plataformas se ha dado seguimiento al tema, incluyendo el traslado del pequeño, el pasado 12 de marzo, a solicitud de su madre, para un hospital de Estados Unidos.
Pero, ¿qué opinan de este asunto los médicos de nuestro país?
Con el propósito de reflejar el punto de vista del sistema cubano de Salud, varios especialistas que participaron en la atención del paciente, comparecieron ayer en la revista Buenos Días de la tv cubana.
Entre ellos, el doctor José Luis Aparicio Suárez, especialista en Hematología, y director nacional de Posgrados del Ministerio de Salud Pública (Minsap), explicó que el abordaje del tema, de manera pública, no se había hecho antes, a pesar de su repercusión en las redes, teniendo en cuenta los principios éticos por los que se rige la profesión.
Por su parte, la doctora Araíz Consuegra Otero, directora del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, afirmó que la sensibilidad y el humanismo son cualidades distintivas de los profesionales de la Salud, que se multiplican cuando se trata de atender a un niño.
«La razón de ser del pediatra es luchar por la vida de los niños, devolverles la sonrisa a los pequeños y la felicidad a la familia».
Consuegra Otero afirmó que el hospital que dirige es uno de los más importantes de su tipo en el país, y que en él se reciben pacientes con patologías complejas, procedentes de todos los rincones de Cuba.
«Es el último sitio donde estas se estudian e, incluso, se desarrollan tratamientos que no se emplean en otros sitios del sistema nacional de salud», afirmó.
La reconocida especialista precisó que la relación del personal con los pequeños y sus acompañantes se vuelve prácticamente familiar.
Respecto al análisis riguroso que se lleva a cabo ante cada caso complicado, explicó que se trabaja en equipo, que las decisiones no son de un solo especialista, sino que se discuten en colectivo.
La directora del pediátrico Juan Manuel Márquez relató que, cuando un familiar se niega a un procedimiento determinado, lo primero que se hace es tratar de convencerlo de su importancia.
«De no ejecutarlo, se perderían oportunidades de vida».
En el caso del pequeño del que se ha hablado tanto en redes sociales en las últimas semanas (cuya identidad no reveló el espacio televisivo, ni tampoco lo hará Granma, por razones éticas) afirmó que se perdieron oportunidades de este tipo, debido a la negativa de la madre a que se le realizara un proceder que estaban indicando los especialistas.
«Con este paciente participaron aproximadamente 20 profesionales, de neurocirugía, oncología, hematología, radiología, neurología pediátrica, anatomía patológica, pediatría general y cirugía».
«Estábamos sugiriendo hacer una biopsia que nos diera el diagnóstico de las complicaciones que tenía, para proceder entonces al tratamiento», detalló la doctora Consuegra Otero, y añadió que, aun cuando era un examen imprescindible, «no pudimos hacerlo en ningún momento».
Se trata de algo extremadamente atípico, aseguró, ya que en este tipo de casos, la familia suele afectarse tanto, que «lo que prima es el amor, la dedicación y la necesidad de hacer todo lo que sea preciso para salvar la vida de ese paciente, y el respeto al profesional que está luchando por la vida de ese paciente».
Sin embargo, afirmó que, no fue lo que sucedió en esta oportunidad.
Sobre la atención al niño, dijo que «no le faltó ningún medicamento».
En este sentido, el doctor Aparicio Suárez explicó que el cuadro básico de medicamentos de Cuba comprende unos 600 fármacos, de los cuales unos 250 son importados por el Minsap.
En la actualidad se compran medicamentos de manera específica para 1 454 pacientes, incluyendo 249 niños.
«El Minsap eroga, por los tratamientos de estas personas, aproximadamente 1 400 000 dólares», precisó.
Ante esta realidad, la Directora del Pediátrico Juan Manuel Márquez reconoció que la institución se negó a redactar una carta que la mamá del niño estaba solicitando, en la cual la institución reflejara que en Cuba no se le podía hacer nada más al paciente, ni desde el punto de vista investigativo ni del tratamiento.
Ello no implica que haya una negativa del Minsap a que las personas puedan tratarse en otros países. En el año 2024, por ejemplo, 12 pacientes recibieron visa para viajar al exterior, con el apoyo del organismo, y en lo que va de año han salido otros tres.
Sin embargo, aclaró que lo que se les entrega es el resumen de la historia clínica.
«Al niño todavía le faltaban estudios por hacer, y teníamos todas las posibilidades de realizarlos y poner un tratamiento en dependencia el diagnóstico».
Para la doctora Consuegra Otero, el empleo de las redes sociales para cuestionar la labor del personal médico que atendía al pequeño repercutió en médicos y enfermeras, e incluso en otros pacientes.
«Independientemente de las carencias que puedan existir, se trabaja duro para luchar por la vida de los niños», afirmó.
Se accedió al traslado
La directora del pediátrico Juan Manuel Márquez explicó que la mamá del paciente se negó a hacer cualquier tipo de procedimiento dentro del centro, y a la asistencia médica de los profesionales del servicio.
Por ello, se solicitó al Minsap su traslado a otra institución. Fue así como se remitió al Instituto de Neurología y Neurocirugía, un centro con un enorme prestigio, que también está habituado a recibir pacientes de todo el país, con patologías complejas.
El doctor Orestes López Piloto, su director, explicó que, a partir del informe médico realizado en el Juan Manuel Márquez, y la evaluación del personal especializado de la propia institución, se abogó por la presencia de especialistas del Instituto de Hematología e Inmunología; y de conjunto se hizo la discusión en colectivo en la que participaron alrededor de 25 profesionales.
«En esa discusión se decide la necesidad de hacerle una biopsia medular al niño y una biopsia de una de las lesiones cerebrales que presentaba».
Eso quiere decir que se llegó a la misma conclusión planteada antes en el Hospital Juan Manuel Márquez.
En esta ocasión, la madre accedió a que se realizara el proceder, el cual arrojó que el paciente ya no tenía criterio para permanecer en la terapia intensiva del Instituto de Neurología y Neurocirugía, porque había que hacer otros tipos de tratamiento.
Fue de esa manera que se decidió su traslado para la terapia intensiva del Instituto de Hematología e Inmunología.
El doctor Wilfredo Roque García explica que, ya con un diagnóstico de «leucemia linfoma de células b maduras», se inició el tratamiento.
«En discusión colectiva con más de diez profesionales, se llegó a la decisión de que lo mejor para el niño era comenzar un esquema de quimioterapia no intensiva, con el objetivo de disminuir la carga tumoral de la enfermedad y, posteriormente, comenzar el esquema de quimioterapia».
El reconocido profesional, especialista en Medicina Familiar, en Hematología y máster en Atención Integral al Niño, aseguró que el protocolo utilizado es el que se emplea internacionalmente, y es lo que se debe hacer ante una enfermedad de este tipo, tan agresiva.
«Nos reunimos prácticamente todos los hematólogos del Instituto, se estudió y se decidió poner este tratamiento».
«Teníamos todos los medicamentos a la mano, disponibles».
El doctor Roque García asegura que, cuando el pequeño salió del país, ya estaba empezando el proceso de recuperación hematológica, y que ante las últimas informaciones que han estado circulando en las redes, que aseguran que ha ido evolucionando favorablemente, todos los que han estado cerca del caso se alegran mucho.
«No nos sorprende la evolución. Hemos tenido niños graves que, con los debidos cuidados, han rebasado esa etapa».
Cuba no se desentiende de un niño
Respecto a la relación con las instituciones adonde van los pacientes cubanos que se trasladan al exterior, los especialistas afirmaron que siempre se trata de mantener una comunicación, y que en este caso específico, es algo que se sigue intentando.
Al cabo de varias semanas de que el tema saltara a las redes sociales, el personal médico a cargo del caso en varias instituciones de Salud de La Habana, ha explicado el caso, sin faltar a los principios éticos que exige su profesión.
Dicen que los procedimientos, desde el primer momento, fueron los indicados, que el pequeño estuvo en los servicios en los que debía estar, y que recibió los medicamentos necesarios.
Y a pesar del clima extremadamente tenso en que han tenido que vivir y laborar, las ofensas e incluso las amenazas, aseguran que ninguna manipulación podrá apartarlos de su compromiso con la salud y con la vida. (Redacción de Corresponsales)