¿Qué hay detrás del ataque quirúrgico que emprende la nueva administración de EE. UU. contra la Salud Pública cubana y, en particular, contra la exportación de servicios médicos? ¿En qué consiste ese ataque? ¿Qué hacen y qué aportan estos servicios al país y al mundo?
Cuando ha bloqueado prácticamente todos los accesos de Cuba a mercados y recursos financieros que resultan indispensables a cualquier economía, que el imperialismo apunte de manera particular a la exportación de servicios médicos, es –y no es secreto– que están conscientes de que la formación y entrenamiento del personal de la Salud es una fortaleza de la sociedad cubana, denunció el Jefe de Estado en su programa Desde la Presidencia.
Miguel Díaz Canel, presidente de la República de Cuba, conversó esta vez con el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda; el colaborador y secretario general de la Cruz Roja Cubana, Carlos Ricardo Pérez, y Luther Castillo, ministro en el gabinete hondureño y graduado de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
El podcast estuvo enfocado en la campaña anticubana que busca demeritar el servicio de los médicos en el exterior, justificada en que es «trabajo esclavo», «el Gobierno no les paga» y con ellos «el Gobierno se enriquece».
Minar «o intentar contaminar medios tradicionales y redes sociales con esos mensajes, es solo una parte del cínico plan que la ultraderecha de origen cubano ha concebido», señaló el Presidente.
Lo que si tienen las brigadas cubanas
«¿Qué tienen las brigadas médicas cubanas que molestan tanto al Gobierno estadounidense?», fue la pregunta inicial que hizo el Presidente cubano al titular del Minsap, quien explicó la estructura de la cooperación internacional en Salud, su historia, resultados y el uso que se le da a los recursos financieros obtenidos.
Refirió, en primer término, el indiscutible reconocimiento internacional que tienen nuestros colaboradores. No solo por la preparación de nuestros profesionales de la Salud de manera general, sino por lo que han logrado transmitirle al mundo en materia de solidaridad, comentó el Ministro.
También está –explicó– el aporte que nuestra cooperación internacional puede dar a la sostenibilidad del sistema de Salud cubano, servicios que aquí son gratuitos, pero que cuestan al Estado, y requieren de recursos en divisas.
Pero lo cierto es, añadió Portal Miranda, que la historia de nuestra colaboración médica con el mundo es de muchos años, desde el inicio de la Revolución. En 1960 –recordó– los médicos cubanos llegaron a Chile, y de aquí se enviaron equipos y se enviaron recursos; pero aquella ayuda no se consideró como la primera misión, que sería la de Argelia en 1963, cuando el 23 de mayo arribó la primera brigada permanente.
Posteriormente, Cuba inició la formación de profesionales, tanto aquí como el exterior, y fue ampliando su colaboración médica a otras regiones de manera gratuita, basada en la solidaridad internacional, ayudando a los países que más los necesitaban, y como parte del principio que nos enseñó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz de compartir lo que tenemos.
Durante estos años, más de 605 000 trabajadores de la Salud (muchos lo han hecho varias veces, pero cada misión se cuenta como una) han cooperado en 165 países, en los que han prestado más de 2 300 millones de consultas.
En este momento estamos en 56 países, con más de 24 000 colaboradores. La cooperación médica en estos años incluye la formación de más de 87 980 estudiantes de 150 países, dentro y fuera de Cuba, y 31 236 en la ELAM.
De la cooperación médica cubana, recordó Portal Miranda, no solo participan médicos, también hay muchas enfermeras, estomatólogos, operarios de vectores, electromédicos y tecnólogos de las diferentes ramas y trabajadores de servicio.
Es todo un esquema que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (oms) a considerar al Sistema Nacional de Salud y la cooperación médica cubana como un referente para el mundo. Y no solo –abundó– hemos estado en países amigos, también hemos brindado servicio en naciones con las que incluso no teníamos relaciones diplomáticas.
Y es todo eso –reflexionó el Ministro– lo que molesta a quienes hacen esas campañas contra la colaboración médica cubana: el ejemplo que somos capaces de dar; el reconocimiento que tiene de los gobiernos donde se presta esa cooperación, de los profesionales de esas naciones y, en especial, de la población de esos países.
Nuestros médicos –significó– a veces son los únicos que manejan los hospitales a donde no van otros profesionales; muchas veces son los únicos que brindan servicio a poblaciones enteras, que de otra forma no los tendrían en las regiones donde viven.
¿Qué uso se la da las divisas?
Díaz-Canel preguntó sobre el uso que se les da a los ingresos en divisas que se obtienen por la colaboración médica, al respecto, el titular del Minsap explicó que se destinan, fundamentalmente, al sistema cubano de Salud, a atender a nuestra población.
A veces, como usted ha explicado Presidente, el país se ha visto apretado, y para respaldar la leche de los niños, una cantidad de combustible, se emplean, pero fundamentalmente esos ingresos van para el sector de la Salud, y para cubrir las necesidades en divisas que requiere el Sistema para sostenerlo de manera gratuita.
Para respaldar esos servicios –recalcó el Ministro– se requiere de un porciento de divisas, pero esto no cubre todo lo que se necesita, por lo que el Estado dedica el 26 % de su pib a la Salud.
La compleja situación que atraviesa el país, dijo Díaz-Canel, ha obligado a usar parte de los ingresos que se reciben por la exportación de serviciós médicos para la compra de medicamentos y para apoyar la canasta familiar normada, incluso para apoyar al sector energético.
«No hay duda –reflexionó el mandatario– de que esa campaña desesperada por bloquear la cooperación cubana tiene dos propósitos claros: cerrar cualquier vía de acceso de ingresos al país, hasta en una actividad tan noble y necesaria para otras naciones, como son los servicios de Salud.
«La otra razón es política e ideológica: quieren barrer con el ejemplo de Cuba».
«Esclavos» de la solidaridad y el amor por la humanidad
El doctor Carlos Ricardo Pérez, secretario general de la Cruz Roja Cubana, y médico que ha cumplido más de una misión, tanto solidarias como las concebidas con pagos por cooperación, afirmó que «llamar esclavo a un hombre libre es ofensivo e irrespetuoso».
Para responder a estas ofensas, baste recordar, dijo, el Juramento Hipocrático, ese que firman los médicos, y en el que se comprometen a desempeñar su oficio con conciencia y dignidad, a poner entre sus primeras preocupaciones la salud y la vida del enfermo, y a mantener el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica.
El destacado galeno explicó cómo se integran las brigadas médicas; cómo se establecen los contratos, los estipendios que reciben en el exterior por sus servicios, el depósito en Cuba de los devengos por la cooperación, el respeto al salario que reciben mensualmente en sus centros de Salud, y el respeto al cargo que ostentaban antes de salir hacia el exterior.
A propósito de las palabras de Ricardo Pérez, el Presidente enfatizó en que, ante estos testimonios, los enemigos de la Revolución no acaban de interiorizar la vocación de servicio, desprendimiento, altruismo, que está en la base de las profesiones vinculadas a los servicios de Salud.
Al conversar sobre las misiones médicas, el Jefe de Estado invitó a compartir sus experiencias al médico hondureño Luther Castillo, garífuna (comunidades descendientes de africanos y pueblos originarios de varias regiones del Caribe), ministro en el Gobierno de Honduras y graduado de la ELAM.
Luther hizo una sentida valoración de la cooperación cubana en Salud y en la formación del personal médico de los países del Sur Global e incluso de EE. UU.
Obras son amores
«Si algo ha durado tanto como el bloqueo, es la cooperación cubana en Salud. Por más de 60 años, han prestado servicios en 165 países, atendiendo a millones de personas y salvando vidas en situaciones de emergencia y desastres naturales», señaló el Presidente. «Y en la mayoría de los casos –dijo–, no solo se brindó esa cooperación de forma gratuita mientras pudimos, sino que se garantizó su continuidad, formando escuelas para la preparación de los recursos humanos locales».
«Un gobierno interesado en las ganancias –señaló–, no formaría profesionales para que les haga la competencia. Un sistema de Salud que se mire como negocio, jamás se habría involucrado (como no se involucraron otros) en crisis humanitarias como la epidemia de ébola o la pandemia de la COVID-19, fuera de sus fronteras.
«Obras son amores. Y mentiras no matan verdades tan poderosas como la noble misión de las brigadas médicas cubanas», agregó Díaz-Canel, porque –dijo– esa obra «solo nos provoca sentimientos de orgullo y agradecimiento. Es la obra de un genio humanista como el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien consideró la colaboración médica cubana como un ejemplo de solidaridad y humanismo genuinos». (René Tamayo León)