Quien la defiende la quiere más

Sin quitarse el polvo del camino, el Presidente cubano Miguel Dí­az-Canel Bermúdez se reunió con miembros de la misión estatal de la Isla en tierra azteca.

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Díaz-Canel en México
(Foto: Estudios Revolución)
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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01 Diciembre 2018

CIUDAD DE MÉXICO.- Del aeropuerto internacional Benito Juárez hasta la hermosa sede de la misión diplomática de Cuba en México, ─ atravesando avenidas atestadas de vehí­culos en una de las horas picos del tráfico en esta ciudad, que contabiliza más de siete millones de autos circulando diariamente─, transcurrió el primer recorrido del presidente Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, que llegó en la tarde del viernes a la capital mexicana para participar en la toma de posesión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

Dí­az-Canel en México
(Foto: Estudios Revolución)

Sin quitarse el polvo del camino, el mandatario se reunió con miembros de la misión estatal cubana en tierra azteca, en un encuentro entrañable donde la Mayor de las Antillas volvió a vibrar en el corazón de sus hijos. Fueron los niños, hijos de nuestros diplomáticos, quienes le dieron la bienvenida con la canción que más almas isleñas estruja: «Cuba, que linda es Cuba ».

Al tomar la palabra, Dí­az-Canel habló del tremendo privilegio de esta reunión, su primera actividad en suelo mexicano, a donde vino con el propósito, dijo, de reforzar y ampliar las relaciones con México, paí­s que calificó de estratégico, convertido actualmente en el segundo socio comercial de la Isla en la región latinoamericana y caribeña, y el quinto a nivel mundial este año.

Adelantó a los presentes que este sábado transmitirí­a al nuevo Presidente la disposición de Cuba para trabajar junto a México con vistas a profundizar los intercambios mutuos y aunar esfuerzos por la integración regional, en tiempos marcados por la desunión.

Como sucede en todos los encuentros de este tipo que propicia el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros en cada paí­s que visita, hizo una actualización sobre la vida económica, polí­tica y social de la nación, en una especie de transfusión en sangre con las noticias más urgentes de la Isla, narradas de primera mano por él.

De tal manera, los puso al corriente de la situación económica del paí­s, marcada por tensiones financieras, producto de la persecución económica de Estados Unidos; del amplí­simo proceso de reforma constitucional, en el que han participado alrededor de ocho millones de cubanos; de los temas más debatidos en cada reunión donde se discutió el proyecto constitucional, debate que ha generado la modificación de la mayorí­a de los párrafos originales del texto; y de las visitas que el Consejo de Ministros está realizando por todas las provincias del paí­s, la última a la más oriental: Guantánamo.

Dí­az-Canel en México
(Foto: Estudios Revolución)

Les compartió, además, conceptos del trabajo que considera claves: tocar los problemas con las manos, salir de las oficinas y estar en contacto directo con la gente; los directivos tienen que rendir cuentas de su gestión; para dar solución a los problemas es urgente acudir a la ciencia y la informatización; los cuadros tienen que desarrollar habilidades para comunicarse y no negar espacios significativos hoy como las redes sociales para intercambiar con el pueblo.

Habló de motivaciones entrañables como el 150 aniversario de las guerras por la independencia de la nación, los sesenta años del triunfo de la Revolución cubana y la estremecedora victoria a finales de octubre contra el bloqueo en la ONU, hechos de trascendencia que convidan a seguir haciendo por Cuba, porque, como dice la canción en boca de aquellos niños, quien la defienda la quiere más.

Dí­az-Canel en México
(Foto: Estudios Revolución)

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