Toma posesión un Presidente que es pueblo

Al acto de juramentación del presidente de la República de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, y la vicepresidenta, Rosario Murillo, asistieron los presidentes de Cuba y Venezuela.

Nicaragua siempre podrá contar con la hermandad del pueblo cubano

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Acto de toma de posesión del presidente y la vicepresidenta de Nicaragua.
(Foto: Estudios Revolución)
Tomado del sitio Presidencia
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10 Enero 2022

MANAGUA, Nicaragua. Ya anochecí­a cuando en la emblemática Plaza de la Revolución de Managua comenzó la toma de posesión del Presidente de la República de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, y de la vicepresidenta, Rosario Murillo; acto al que asistió este lunes el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez.

Antes, como para dejar el aire fresco y recién purificado, una fina lluvia habí­a caí­do sobre el espacio de la Plaza y sobre sitios tan hermosos como la antigua Catedral de Managua, por cuyos altos puntales escalaron, en gesto de júbilo, mujeres y hombres del pueblo cuando triunfó, en julio de 1979, la Revolución sandinista.

Entre los asistentes, donde habí­a mucha juventud, predominaban los colores blancos y azul de la enseña nacional nicaragí¼ense; habí­a flores, faroles y pebeteros encendidos, porque la ocasión era para celebrar, otra vez, el triunfo de un mandato cuyo norte de la brújula es la dignidad y la emancipación del ser humano. Habí­a luces, porque en el espacio central de la Plaza están sepultados grandes hombres de la Patria de Sandino; y colgada de un enorme asta blanca, ondeaba la bandera de la nación centroamericana.

Desde el principio comenzaron las emociones: hubo ovación cuando el presidente Dí­az-Canel llegó, cuando él y Daniel Ortega se dieron un abrazo. Y la ovación volvió cuando llegó Nicolás Maduro, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ese paí­s que también sabe lo que es luchar y resistir de cara a las apetencias imperiales.

Desde diversas latitudes llegaron los amigos a la toma de posesión; lo hicieron desde Nuestra América, desde Asia, Oriente Medio, Europa, y desde Estados Unidos, ahí­ donde tampoco faltan los héroes solidarios que han dedicado su vida a las causas humanistas del mundo.

Comenzó a cumplirse el guion que corresponde a la toma de posesión: el Consejo Supremo Electoral entregó las credenciales correspondientes al presidente Daniel Ortega y a la vicepresidenta Rosario Murillo; y después ambos juramentaron.

Ante una juventud que aplaudí­a, hablaron de cumplirle a Dios, a la Patria, a los héroes y mártires, al pueblo, y a las familias de Nicaragua. Y luego vino la imposición de la banda presidencial a los dos dignatarios. Esos momentos fueron la antesala de las palabras compartidas en el acto por el Comandante Ortega.

El lí­der del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) partido ganador en los comicios del pasado noviembre con el 75% de los votos habló del valor que tiene defender una revolución; e hizo referencia a los pueblos de Cuba y Venezuela, como pueblos dignos, que resisten sanciones brutales del imperio, porque, como él también dijo, los pueblos perdieron el temor, luchan y resisten con dignidad.

En otro momento de su intervención el lí­der sandinista se preguntó dónde están los derechos humanos en este mundo y exigió que «cese el bloqueo en contra de la hermana República de Cuba », y también contra la Patria de Simón Bolí­var.

Hacia el final de sus palabras Daniel Ortega Saavedra afirmó que «el Presidente es el pueblo » y que la dirección del paí­s promete trabajar por erradicar la pobreza, el hambre, y seguir mejorando las condiciones de vida delos nicaragí¼enses.

Seguiremos, dijo, defendiendo la Patria y la soberaní­a, porque solamente con soberaní­a y con conciencia es que se logran alcanzar las grandes victorias.

¡Qué viva Nicaragua Bendita y siempre libre!, exclamó el dignatario; y el pueblo exclamó con él: ¡Sandino vive! ¡Patria libre, o morir!

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