«Todos vamos a estar juntos, luchando por esta Patria grande», dijo Díaz-Canel en tierra argentina

Miguel Díaz-Canel dialogó en Buenos Aires con cubanos residentes en Argentina y con grupos de solidaridad sobre el presente y futuro de la isla.

Díaz-Canel a hermanos argentinos de lucha: «Cuba nunca les va a fallar»

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Encuentro del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, con cubanos residentes en Argentina.
(Foto: Alejandro Azcuy)
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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23 Enero 2023

BUENOS AIRES, Argentina.— Han sido muchas las emociones de este lunes. No hay corazón que se mantenga quieto ante tantas muestras de gratitud, de cariño y respeto por Cuba. A veces hay que cerrar los ojos para volverlos a abrir con mirada rehecha, una mirada que redescubra cuánto se nos quiere y espera de nosotros, cuánto valemos.

A veces merecemos un renacimiento en nuestro amor propio; y es justo eso lo que han obrado estas horas en la tierra austral: Casi a las puertas de la VII Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo encuentros con empresarios, intelectuales, cubanos residentes en Argentina, y grupos de solidaridad. Y el factor común fue, sin dudas, el modo en que la Isla con su resistencia tenaz es como una suerte de luz —de faro como suelen decir los amigos argentinos—, en medio de un mundo que anestesia y aplasta la voluntad de sentir por el otro.

Hay que decir, por ejemplo, que fueron sinceras y estremecedoras las palabras que marcaron el intercambio del presidente Díaz-Canel con una representación de cubanos residentes en esta nación suramericana. «Aquí estamos en familia», había dicho el jefe de Estado al dar la bienvenida. Y el diálogo se dio distendido y diáfano, marcado por la sinceridad y las nostalgias, como sucede siempre en los reencuentros de familia.

Mujeres y hombres nacidos en Cuba, que emigraron pero que siguen anclados desde el corazón, o desde sus profesiones a la suerte de una Patria entrañable, compartieron con el jefe de Estado experiencias, inquietudes, sugerencias, movidos por el propósito común de defender y construir el presente y el futuro de la Isla.

Temas alusivos a la compleja situación económica que vive Cuba fueron abordados en el encuentro, donde el mandatario cubano comentó acerca del actual escenario y sobre cómo se enfrentó exitosamente la pandemia de COVID-19.

Vamos a salir con el empeño y con el talento de nuestra gente, afirmó el dignatario durante el intercambio que abordó temas en torno a la situación económica que vive la Isla, y sobre la cual el mandatario habló acerca de la necesidad de resolver la compleja situación actual, que en tiempos recientes ha sido «muy difícil».

En ese propósito consideró esencial la labor llevada a cabo por la comunidad de cubanos en Argentina para defender la Revolución y apoyarla en diferentes escenarios. De manera especial destacó el envío de insumos, vitales para apoyar el enfrentamiento a la pandemia dentro del país y respaldar la campaña de vacunación que se llevó a cabo en todo el territorio nacional.

Ante la campaña de manipulación a que es sometida la Isla en las redes sociales y la preocupación de los cubanos residentes en Argentina sobre cómo hacerle frente, tanto dentro como fuera del país, el presidente Díaz-Canel reflexionó que no se trata, si hablamos de internet y de las redes sociales, de cerrar los ojos o de negarnos a las nuevas tecnologías: lo importante, dijo, es poner en esos espacios nuestro discurso emancipador, humanista, y para nada de odio.

Encuentro del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, con grupos de solidaridad en Argentina.
(Foto: Estudios Revolución)

«La función de un cubano que se siente patriota es defender siempre a su país ante cualquier calumnia», consideró este lunes Daniel Placencia, un cubano que hace cinco años vive en Argentina y defiende a ultranza la Patria. De ese sentimiento de amor por la Isla hablaron los presentes en el encuentro, y sobre todo de agradecimiento, porque como dijera el cubano Enrique Nikita Estrada al inicio del encuentro, «aun estando lejos de Cuba, estamos con cada uno de ustedes».

«Estoy muy feliz de estar aquí con ustedes”, aseguró el mandatario, quien tras ser declarado miembro asociado honorario de la Unión de Cubanos Residentes en Argentina (URCA), aseguró a los presentes que para seguir adelante «la Patria también cuenta con ustedes, con todos».

De la gratitud y las esperanzas

Como ráfagas de amor, de gratitud, de generosidad que se abre el pecho y no se guarda nada fueron las intervenciones que tuvieron lugar, también en la tarde de este lunes, durante el encuentro del presidente Díaz-Canel con representantes de fuerzas políticas, organizaciones sociales y miembros del movimiento de Solidaridad con Cuba.

«Un saludo a todos, un agradecimiento eterno a ustedes por haber accedido a este encuentro», dijo el jefe de Estado a los artífices de la solidaridad, a quienes llamó amigos y amigas, hermanos y hermanas. Y ese fue el comienzo de reflexiones del mandatario sobre Cuba y sobre lo que significará esta VII Cumbre de la Celac.

Nosotros les tenemos un agradecimiento eterno por esa capacidad de comprender a Cuba, de comprender lo que defendemos, dijo Díaz-Canel a los amigos, a quienes explicó el concepto de la resistencia creativa, esa filosofía con la cual los cubanos, en medio de lo adverso, son capaces de seguir creando, y de avanzar.

Hubo ovación cerrada cuando el presidente habló de cómo la Isla fabricó sus propias vacunas contra la COVID-19, y fue hermoso escuchar que los amigos son parte de esa resistencia creativa, porque nos dan aliento, seguridad y certeza de que no estamos solos.

En esta tarde de lunes, Díaz-Canel quiso ratificar que la «Revolución cubana no se dejará amedrentar por amenazas», no se dejará desestabilizar. A los amigos dijo: «Cuba nunca los va traicionar, Cuba nunca va a claudicar», pues, como él afirmó, siempre estará echando la batalla por un mundo mejor, para vencer.

Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, con representante de las Abuelas de la Plaza de Mayo, en Argentina.
(Foto: Estudios Revolución)

Se escucharon las voces de las Madres de la Plaza de Mayo —desde esa asociación fue enviado un enorme abrazo al pueblo cubano—. Y tuvo particular emoción el momento en el cual Andrés Dachary, secretario de Relaciones Internacionales de la Gobernación de Tierra del Fuego, hizo entrega al Jefe de Estado —a nombre del Gobernador Gustavo Melella—, de una condecoración que mucho significa para los argentinos, que entraña resistencia y patriotismo.

«Esto solo lo aceptamos en nombre del pueblo cubano», dijo el dignatario, quien recordó que una de las causas que Cuba siempre ha defendido ha sido el derecho de Argentina a su autodeterminación y a su reclamo legítimo sobre las Islas Malvinas, Georgia de Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Esta tarde de lunes también hablaron argentinos que han estudiado en Cuba; y nacieron expresiones sentidas y bellas, como la de un amigo que recordó a un hermano de la vida —el cual decía en broma ser primo del presidente cubano por ser de apellido Díaz-Canel—. Un día, según contó el hombre en el intercambio, su mejor amigo le aseguró que «su primo se pondría el país al hombro, cuando fuera necesario».

Se alzaron otras voces. Una mujer quiso agradecer en nombre de todo su pueblo, por las decenas de miles de argentinos que se alfabetizaron y aprendieron gracias al programa «Yo sí puedo», por los más de 50 mil que recuperaron la visión gracias a la Operación Milagro, por haber aprendido de Cuba la diferencia entre solidaridad y caridad.

Pidieron al presidente Díaz-Canel que hiciera un análisis sobre la trascendencia que reviste la VII Cumbre de la Celac, y él compartió una reflexión sobre el mundo que estamos viviendo: un mundo, dijo, lleno de incertidumbre, que una vez más acude al lenguaje de la guerra, al que no parece servirle de lección la experiencia de la pandemia de COVID-19, porque luego de ese azote los ricos han sido más ricos, y los pobres más pobres.

«Ahora, razonó el jefe de Estado, lo que nos toca es lograr que América Latina sea una región emancipada». Lo dijo porque «el imperialismo nos sigue mirando como traspatio, nos sigue mirando con desprecio».

La esperanza hay que alimentarla, hay que construirla, y en tal sentido debemos trabajar, expresó el dignatario, quien, en clara alusión a la VII Cumbre de la Celac consideró: «Yo creo que esta experiencia aquí en Buenos Aires va a aportar mucho».

Martí, Fidel, el Che Guevara, Hebe de Bonafini, Maradona, todos fueron recordados en la jornada de reflexión colectiva. Alguien dijo allí que América Latina había vivido noches muy largas —de neoliberalismo, de dictaduras—, y que Cuba es un faro que siempre estuvo ahí, es causa de todas las trabajadoras y trabajadores argentinos, sin distinción.

Mientras Cuba resista, nosotros también vamos a estar ahí; no es solo la Revolución cubana: es una Revolución de la humanidad; Cuba se defiende sola, pero nosotros tenemos que defenderla también… Iban de un lado a otro las ideas, intensas y cristalinas. Y hacia el final del encuentro el presidente Díaz-Canel dio gracias a los hermanos y hermanas de Argentina; habló, por el apoyo, de sentir emociones que no caben en palabras o en frases simples; y extendió una convicción de esperanza: «Entre todos vamos a hacer ese mundo mejor que es posible», que fue, afirmó, la aspiración de los próceres latinoamericanos, que fue también la aspiración de grandes hombres como Fidel y Chávez.

«Todos vamos a estar juntos, luchando por esta patria grande», enfatizó el mandatario y luego siguieron los diálogos entre todos, los saludos cercanos y los retratos a esa hermosa familia que podemos llamar América Nuestra.

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