Caracas, Venezuela.— Nicolás Maduro ha sido electo por su pueblo como Presidente, y, ante ello, la oposición más extremista —derrotada en las urnas— se ha quitado el maquillaje de la diplomacia. Escondían el verdadero plan. Sus intenciones no eran electorales, sino violentas.
Así quedó demostrado en las últimas jornadas, con una ola de terror financiada por la ultraderecha nacional e internacional, bajo la anuencia de la Casa Blanca, como ha denunciado el mandatario.
Sabotaje a las sedes de organismos públicos, destrucción de máquinas y material electoral, y de símbolos de identidad nacional y obstrucción de la vía pública son algunas de las acciones terroristas perpetradas.
Por otra parte, la Asamblea Nacional (AN) aprobó un proyecto de Acuerdo de reconocimiento a los resultados electorales del 28 de julio y, en instalación conjunta del Consejo de Estado y Consejo de Defensa de la Nación, Maduro pidió asesoría para fortalecer el sistema de bioseguridad del país.
Además, anunció la creación de un fondo económico y nombró una comisión para proteger a las familias víctimas de los «comanditos fascistas», así como la conformación de una Comisión especial para que la an asuma la defensa en las redes sociales, y solicitó desplegar un plan de patrullaje y protección en las calles venezolanas. También determinó crear un sistema de protección a los líderes populares en las comunidades. Finalmente, notificó que se abrirá una ventana para la denuncia de las actividades criminales.
Mientras tanto, en el centro caraqueño, y en otras ciudades del país, el pueblo ha salido a las calles con la bandera tricolor para defender, en marcha unida, la paz y la estabilidad nacional. (Laura Mercedes Giráldez)
Miércoles, 31 Julio 2024 09:51
Los que atacan hoy a Venezuela son los enemigos de la libertad y la democracia verdadera. Son simples y llanamente servidores del imperialismo norteamericano.