Correr siempre

Conversación con Yudileyvis Castillo Tumbarell, doble campeona de la maratón de Marabana. 

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Gabriel López Santana
Gabriel López Santana
@LopezSantanaG
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23 Noviembre 2018
Yudileyvis Castillo Tumbarell, campeona del maratón de Marabana 2018.
Yudileyvis Castillo Tumbarell en el momente en que se coronaba campeona por segunda ocasión de la maratón en Marabana 2018. (Foto: José Raúl Rodrí­guez Robleda/Periódico Trabajadores)

La carrera deportiva de Yudileyvis Castillo Tumbarell se parece mucho a la especialidad que ahora mismo domina como ninguna otra mujer en Cuba, la maratón. Nació en Santiago de Cuba y vive en Villa Clara desde hace más de diez años. Dice sentirse bien aquí­, donde tiene muchos amigos, su esposo y el cariño del municipio de Cifuentes, especí­ficamente el poblado de Mata. Allí­ se recupera por estos dí­as de una lesión. Esta entrevista con Vanguardia debió girar en torno a su segunda victoria consecutiva en Marabana, pero su historia mucho más compleja que cualquier carrera de fondo obligó a que se extendiera más allá de su reciente éxito.

¿Te lesionaste este domingo en Marabana?

No, es una lesión en el menisco de la rodilla derecha que vengo arrastrando desde hace un tiempo. Me infiltraron y seguí­ entrenando. A causa de los medicamentos sentí­a un alivio, pero luego volvió la lesión. Por distintos motivos no pudieron operarme en el verano y tuve que empezar la preparación para el Marabana de este año y buscar el pase a los Panamericanos de Lima 2019.

¿Entonces corriste lesionada?

Así­ es. Desde el primer kilómetro sentí­ que la rodilla me traqueó duro, porque como hay tantos corredores, uno debe salir con un paso fuerte para luego ubicarse bien y encontrar un ritmo ideal.

«Eran tantos este año que, llegado el primer kilómetro, todaví­a no me habí­a ubicado bien, así­ que tuve que esforzarme más de lo que pensaba. Además, tení­a la preocupación de que Misleidys Vargas, que es una gran corredora, vení­a detrás de mí­. Cuando entré al Malecón ya me pude posicionar y de ahí­ en adelante me animé. Pero terminé con mucho dolor ».

Aunque parezca exagerado, la experiencia de este Marabana es una más en la tormentosa carrera de Masita, como es conocida Yudileyvis en el mundo del atletismo dentro y fuera de Cuba. Desde su ingreso en 2004 a la extinta Base Nacional de Fondo de Villa Clara, fue una corredora de pista especializada en 5000 y 10 000 metros planos. En estas disciplinas alcanzó dos medallas de bronce en los Juegos Centroamericanos de Veracruz en 2014, y el cuarto puesto en los cinco kilómetros de los Panamericanos de Toronto en 2015, actuación que incluyó el récord nacional (15:54:44). Sin embargo, desde el cierre de la Base en 2011, Castillo entrena por su cuenta en Villa Clara junto a su entrenador y esposo Nelson Millares.

«Muchas personas piensan que yo formo parte de la preselección nacional y no es así­ », comenta la corredora de 34 años.  Sin embargo, desde el cierre de la Base en 2011, Castillo entrena por su cuenta en Villa Clara junto a su entrenador y esposo Nelson Millares.  

«Nunca me han aceptado otra vez, aunque mis resultados estén a la par. Participo en las competencias porque logro las marcas, pero no formo parte del equipo. Incluso, cuando hice el récord nacional en los  5000 metros planos en Toronto, no tuvieron en cuenta ese resultado. Menospreciaron mis marcas y no me aceptaron en la preselección nacional ».  

Yudileyvis Castillo Tumbarell, corredora cubana de la maratón.
«La historia de mi llegada a la maratón es bien difí­cil », afirma Yudileyvis. (Foto: Tomada de Internet)

Con la música de su voz alzándose entre el inmenso silencio del mediodí­a en Mata, Castillo relata con asombroso aplomo las tribulaciones de su larga carrera en las pistas de Cuba. «Los que fuimos atletas de la Base Nacional de Fondo vivimos en aquel entonces una vida deportiva sin preocupaciones », recuerda. «Solamente tení­as que esforzarte por lo que querí­as porque todo dependí­a de tus resultados ».

¿Qué pasó después del cierre de la base?

En 2011 cuando se desintegra la Base, todos los atletas tení­amos buenos resultados, incluso hicimos un campeonato en La Habana en el que se rompieron récords nacionales. Antes de irnos a los Panamericanos de Guadalajara, nos dijeron que los entrenadores de más resultados pasarí­an para La Habana, pero al regreso no fue de esa manera. Y muchos entrenadores y deportistas, entre los que estaba yo, causamos baja del equipo nacional.

«Después de eso yo no querí­a correr más. Gracias al apoyo de mi mamá, regresé. Ella contactó al profesor Nelson Millares, y él le dijo que estaba dispuesto a entrenarme,  que serí­a una buena manera de demostrar que se equivocaron en desintegrar la base, y en octubre de 2013 vuelvo a Villa Clara.

¿Dónde viví­as?

Primero Osmery Prado Sosa, el entonces decano, me ubicó en la residencia de estudiantes. Como las rutinas de los jóvenes son diferentes a las de un atleta mayor, no podí­a descansar bien allí­. Entonces Osmery me pasó a la residencia de profesores, y desde entonces he estado allí­, con todo el apoyo que he necesitado. También, como padezco de hemoglobina baja, los entrenamientos me estaban afectando mucho y entonces en el «Fajardo » (Facultad de Cultura Fí­sica Manuel Fajardo) me ayudaron reforzando mi dieta. Gracias a la ayuda de estas y otras muchas personas en Villa Clara yo logré integrar el equipo para los Juegos de Veracruz.

¿Cómo enfrentaste el reto de volver al máximo rendimiento luego de dos años de retiro?

Empecé de cero. Hasta las niñas de la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva Escolar «Héctor Ruiz) que compartí­an entrenamiento conmigo me ganaban. Cuando le dije al profesor que lograrí­amos la clasificación para Veracruz, él me dijo que era bien difí­cil, pero que confiaba en mí­. Poco a poco fui subiendo el nivel, con la ayuda de la preparación diseñada por él, en la que compartí­a entrenamiento con distintas competencias. Corrí­ en todos los municipios y provincias, cosa que antes yo no hací­a.

Yudileyvis Castillo Tumbarell, campeona del maratón de Marabana 2018.
La doble campeona de Marabana se recupera de una lesión en el municipio de Cifuentes. (Foto: Gabriel López Santana)

«Luego, cuando ya pude lograr una marca respetable, el profesor pidió a los directivos del equipo nacional que me dejaran entrenar, porque con las irregularidades en el calendario de pruebas nunca podrí­a hacer la marca adecuada. Clasifiqué, pero la Comisión Nacional no contaba conmigo en el medallero, y eso me motivó más. »

¿Alguna otra motivación especial entonces?

Me ayudó tener a dos amigos en la misma situación: Richer Pérez y Liván Luque. Los tres habí­amos pasado por la base y ahora intentábamos volver. Logré los dos bronces (5000 y 10 000 metros), y al regreso de Veracruz todos me estaban esperando aquí­ en Villa Clara: el personal del «Fajardo », el de Medicina Deportiva, en el municipio Cifuentes, y eso me motivó mucho a seguir.

En el transcurso de esos años, su relación con el profesor Millares adquirió un tono especial, y ahora forman una pareja bien singular: «Siempre tenemos en cuenta que cuando estamos entrenando yo soy la atleta y él es entrenador. Eso ha funcionado bien durante los cuatro años que llevamos como pareja. De hecho, me siento muy bien aquí­ en Cifuentes. He pasado tiempo entrenando acá y posiblemente ha sido cuando en mejor forma me he sentido.

¿Si siempre corriste la pista durante toda tu carrera, ¿cómo llegas a la maratón?

Esa es una historia bastante difí­cil. El año pasado mi compañera Milena Pérez y yo fuimos invitadas a correr en Colorado, Estados Unidos. El viaje largo, la alimentación diferente a la que yo estoy acostumbrada y la propia carrera me agotaron bastante. Al regreso, dos dí­as antes del Marabana 2017, salí­ en la mañana y cuando llego en la tarde me encontré con que me habí­an robado todo en mi residencia del «Fajardo » en Santa Clara. Perdí­ toda mi ropa y mis zapatos de entrenar y competir.

¿Qué pasó entonces?

El profesor me dijo que a los ganadores del maratón le entregaban un par de zapatillas como parte del premio. Yo nunca habí­a corrido la carrera completa (42 km), sino la media-maratón (21 km) y solo como preparación. Así­ que me lancé a correr el Marabana 2017 con unas zapatillas que no usaba y estaban en casa del profesor, y la gané. Cuando subo a la premiación con mil dolores y veo que no habí­a zapatillas en el premio ese año, me eché a llorar. Pero enseguida me aclararon que, como ganadora, estaba invitada a correr la maratón de Parí­s con todos los gastos pagos, incluido una vestimenta completa. Eso me tranquilizó un poco y así­ fue como me inicié en este evento.

Y en esa carrera ¿qué pensaste cuando llegaste al kilómetro 21?

Me dije, ahora es cuando empieza la carrera. Pero cuando llegué al kilómetro 30, que era la mayor distancia que yo habí­a logrado, no sabí­a cómo seguir. El profesor me dijo que me relajara y en eso llegaron las cámaras. Eso fue lo que me ayudó a pasar la parte más difí­cil, jugar con las cámaras. Luego, llegando a la meta estaban mis compañeros animándome, y eso sí­ lo disfruté. Logré una marca de 2 horas y 46 minutos que me dio la clasificación directa a los Juegos Panamericanos, gracias a una maratón que corrí­ buscando unas zapatillas.

¿Y cómo te fue en Francia?

Peor. Antes del viaje, entrenando en la Ciudad Deportiva, aparece la lesión del menisco. Todo iba perfecto. Esa mañana, cuando calentaba para que no me afectara tanto el largo vuelo, no podí­a correr. Me deprimí­ mucho y no querí­a ir a Parí­s, pero el profesor, mis compañeros y mi mamá insistieron en que debí­a participar porque aquello me lo habí­a ganado con mucho esfuerzo. Para no hacer largo el cuento, corrí­ con la rodilla llena de mentol y sin calentar. No me explico a dónde fue a dar el dolor, solo sé que no lo sentí­ hasta casi el final de la carrera. Llegué a la meta cojeando y aun así­ la marca fue de dos horas y 49 minutos.

¿Te quedas entonces en la maratón?

Yo decí­a que no. Pero tantas cosas que me han sucedido me han enseñado que debo correr lo que sea.  

Yudileyvis Castillo Tumbarell, medallista de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014.
Masita no se conforma con el bronce en losJuegos Centroamericanos de Veracruz  2014 y buscará el oro en los Panamericanos de Lima 2019. (Foto: Tomada de Internet)

Me llama la atención que mencionas siempre a tu mamá…

Mi mamá es el gran apoyo mí­o. Nunca me dio la espalda y, trabajando en la agricultura, se esforzó siempre porque yo tuviera lo necesario para formarme como atleta. Además, siempre se interesó por mi formación académica, porque creí­a que, a la par del deporte, debí­a hacerme de un tí­tulo. No le gustaba el atletismo para mí­, pero mientras todo marchara bien en la escuela ella se conformaba.

¿Te ha visto correr?

Ahora, después de mucho tiempo, es que ella puede ver mis carreras. Porque se pone muy nerviosa y hasta le sube la presión. Cuando le dicen que estoy corriendo enseguida busca un televisor para verme y si ve que voy perdiendo se echa a llorar y se va hasta que termine la carrera.

¿Piensas en ella cuando corres?

Sí­. Y cuando voy para una competencia tengo que hablar antes con ella, porque si no, lloro mucho y me parece que las cosas no van a salir bien.

¿Próximo objetivo?

Recuperarme de esta lesión que ha llegado en mi mejor momento deportivo. Aun con la molestia y sin poder entrenar bien, estoy terminando todas las carreras. Por eso quiero llegar a los Panamericanos de Lima a ganar el oro que tan esquivo me ha sido. No me conformo con ese bronce.

¿Qué significa Villa Clara para ti?

Yo siempre dije que mis últimos momentos deportivos se lo dedicarí­a a esta provincia. Yo llegué aquí­ en 2004 a la Base y desde entonces, aunque compito por Santiago de Cuba, nunca han dejado de atenderme como una de las mejores atletas de aquí­. El curso pasado ya debí­ haber comenzado a competir por Villa Clara. El comisionado de Santiago me autorizó oficialmente a hacerlo, pero la Comisión Nacional no me lo permitió. No sé cuál es la razón todaví­a.

¿Crees necesario que regrese la Base Nacional de Fondo a la provincia?

No sé decir si en este momento sea vital, pero sí­ es necesario al menos una academia. Porque eso agruparí­a a los mejores fondistas de cada provincia que estamos dispersos por todo el paí­s. Las especialidades de fondo llevan una preparación especí­fica y recursos que los atletas por sí­ solos no pueden gestionarse. Además, en mi opinión, aquí­ en Villa Clara es donde están los mejores entrenadores del paí­s.

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