El éxito del Chelsea

«La orejona» pertenece al Chelsea, un equipo con el que nadie contó a inicios de temporada.

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Ngolo Kanté celebra con la copa de la Champios.
N´Golo Kanté es campeón de Premier con el Leicester y el propio Chelsea, titular del Mundo con Francia y esta temporada alza «la orejona» también con el equipo londinense. ¿Será tenido en cuenta para el Ballon d'Or? (Foto: Tomada de Internet)
Andy Rodrí­guez Sánchez
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04 Junio 2021

Mientras una transmisión de deportes de invierno ocupaba la tarde de la televisión nacional el pasado sábado 29 de mayo, en el Estadio do Dragí£o de la ciudad de Oporto dos equipos ingleses disputaban la final del torneo de clubes de fútbol más importante de Europa. Alrededor de dos horas más tarde, el español César Azpilicueta levantaba el trofeo de la Champions League. «La orejona » pertenece al Chelsea, un equipo con el que nadie contó a inicios de temporada.

Para entender el éxito del Chelsea demostrado por última vez con la victoria 1-0 sobre Manchester City de Pep Guardiola por el tí­tulo europeo debemos remontarnos al inicio del nuevo proyecto del club. En la temporada 2003-2004 el magnate ruso Román Abramóvic se convirtió en dueño del equipo.

Desde su llegada se manejó mucho dinero. Sí­. Pero lo hizo de la mejor manera. Tanto que a partir de esa fecha hasta la actualidad el conjunto de Londres ha ganado más trofeos que cualquier otro equipo de Inglaterra. Suma 19 en total: cinco Premier Leagues, cinco FA Cups, tres copas de la Liga, dos Europa Leagues, dos Community Shields y dos Champions.    

Para lograr estos resultados, Abrahamovich utilizó sus millones en excelentes fichajes de jugadores y entrenadores. Por ejemplo, luego de haber perdido dos ventanas de fichajes por sanciones al club, el Chelsea gastó en contrataciones más que cualquier otro equipo durante la etapa de pandemia con el objetivo de renovar la plantilla. Sin embargo, el ruso no descuidó la inversión en la cantera, potenciada en la última década.

Kai Havertz anota gol por el Chelsea en la final de la Champions.
El alemán Kai Havertz  puso el gol por el Chelsea  . (Foto: Tomada de Internet)

El resultado de la final en Oporto fue precisamente una representación de las dos caras de las gestiones del club a las órdenes de Abramóvich. Para doblegar al equipo de Guardiola se combinaron en la acción del único gol, al minuto 42, el asistidor Mason Mount y el goleador Kai Havertz. El primero, canterano desde los seis años, y el segundo, el fichaje más caro en la historia del Chelsea con un valor de 80 millones de euros.

El alemán y el inglés se convirtieron en la pareja más joven en participar en un gol en final europea desde que en mayo de 1964 se unieran Sandro Mazzola y Giacinto Fecchetti para conseguir una anotación del Inter de Milán.

Además de la gestión de Abramóvich y la calidad de la cantera y sus fichajes, para el más reciente éxito del Chelsea resultó fundamental el trabajo de su director técnico: Thomas Tuchel.  

Despedido por el Paris Saint-Germain, el alemán aprovechó la oportunidad que se le dio en Inglaterra cuando en 25 de enero el club londinense despidiera a Frank Lampard y solicitara sus servicios para cerrar una temporada de la cual no se esperaba mucho. Desde su llegada se notó el crecimiento de su equipo al punto de inclinar la balanza a su favor en una eliminatoria ante el Atlético de Madrid que muchos daban por perdida.

En la era del fútbol ofensivo y la posesión de balón, Tomas Tuchel triunfó gracias a su defensa.

Sus jugadores no solo se adaptaron a la disposición de tres zagueros y la presión en tres cuartos de cancha ofensiva. No solo se les vio sólidos haciéndolo, sino que terminaron con el tercer mejor registro defensivo de un campeón de Europa en la historia al promediar solo 0,31 goles encajados por partido, gracias a cuatro anotaciones permitidas en 13 juegos.

Con la misma solidez se mostraron en el partido ante el poderoso Manchester City, quien les presentó un equipo eminentemente ofensivo tras regresar a la titularidad a Sterling y prescindir de sus dos mediocampistas defensivos (Rodri y Fernandinho) por segunda vez en los 60 partidos de esta temporada.

La propuesta de Guardiola no pareció incomodar la estrategia de Tuchel. Aquí­ no recurriré a mi opinión o al comentario sobre el partido, pues poco sentido tendrí­a tratándose de un choque que la mayorí­a de nuestra afición no pudo ver. En su lugar comparto algunos datos que ilustran el éxito del Chelsea en él.

Jugadores del Chelsea celebran con la copa tras ganar la Champios
Jugadores del Chelsea celebran  su Champions. (Foto: Tomada de Internet)

Desde que Guardiola llegó al banquillo del City ha disputado 242 partidos. Solo en dos promedió menos de siete disparos a puerta. En esta temporada entre Premier League y Champions tuvo una media de 17 tiros y 2,1 goles esperados (xG)*.

En la final, a pesar de su disposición en extremo ofensiva, solo completaron siete tiros y con un bajo registro de 0,45 xG, la segunda menor cifra para el equipo de Guardiola en su historia. Quizá no fue el partido más fino para jugadores como Gí¼ndoÄŸan o la superestrella Kevin de Bruyne      quien dejó la cancha por múltiples fracturas en el rostro producidas por un choque contra Rí¼diger, pero en este bajo desempeño mucho tuvo que ver el trabajo de la zaga londinense.

Incluso tras la salida por lesión del lí­der de esa defensa del Chelsea, Thiago Silva, el equipo continuó muy sobrio en la última lí­nea. En el resultado tuvo, también, una gran influencia el mediocampista defensivo N ´Golo Kanté. Con 11 duelos ganados y solo cuatro perdidos, mostró el mejor diferencial de todo el encuentro y desarmó la creación de los «Citizens » antes de pisar el área rival.

Con tal solidez en la zaga, el Chelsea solo debió aprovechar un desliz del City provocado por la ausencia de una contención natural que tapara el espacio entre centrales para filtrar un balón y ponerlo en el fondo de las redes. Con el gol de Havertz el Chelsea demostró que a un equipo no puede juzgársele por su desempeño hasta el mes de enero y que en la actualidad las defensas también permiten ganar torneos. Son los inobjetables campeones y solo les queda disfrutar de su éxito.

*Es un sistema predictivo que evalúa la probabilidad de anotar de un futbolista en cada posibilidad de gol en función de diferentes variables.

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