Pedro Chávez, destacado jardinero e inicialista del béisbol cubano. (Foto: Prensa Latina)
Osvaldo Rojas Garay
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07 Junio 2021
07 Junio 2021
hace 3 años
Decir Pedro Chávez González es mencionar a uno de los íconos de aquella era romántica de nuestras series nacionales de béisbol, junto a Urbano González, el toletero Miguel Cuevas, y los serpentineros Manuel Alarcón, Modesto Verdura, Manuel Hurtado y Aquino Abreu, por mencionar algunas de las estrellas que también brillaron en la década de los 60 del siglo pasado.
Jardinero e inicialista, Chávez cumple 85 años de vida este lunes 7 de junio. Catalogado como uno de los peloteros más combativos de su época, fue el primer jugador que acaparó en dos oportunidades el liderato de los bateadores en los campeonatos nacionales; primero, luciendo el traje del conjunto Occidentales en la campaña de 1964, al compilar 333, y posteriormente, con la franela de Industriales promedió 318, en la versión de 1966-1967.
Chávez fue uno de los jugadores criollos que más sobresalieron en el Mundial desarrollado en Costa Rica, donde el béisbol cubano conquistó su primer título del orbe en esta disciplina luego del triunfo de la Revolución. Coincidió esta cita con los días gloriosos de abril de 1961, cuando en Playa Girón el pueblo uniformado le asestaba al imperialismo una gran derrota.
El estelar pelotero concluyó en el cuarto puesto en la lista de los primeros bateadores con 459 de average y comandó a los impulsadores (19), además de compartir el de hits conectados (17).
En los IV Juegos Panamericanos de Sao Paulo 1963 cumplió eficientemente en su rol de cuarto bate en el primer choque que los nuestros le ganaron a Estados Unidos, 13 a 1, al disparar dos bambinazos y fletar siete carreras para la goma. Al igual que en el torneo del orbe costarricense, culminó en la cuarta plaza entre los mejores bateadores (438) y encabezó a los empujadores (13).
Además de esa justa, integró la selección nacional en las porfías panamericanas desarrolladas en Chicago 1959 y Winnipeg 1967 e integró la llamada Delegación de la Dignidad que acudió a los históricos Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Juan, Puerto Rico, hecho del que se conmemora este mes 55 años.
En su época de pelotero, Chávez formó parte de cinco elencos que conquistaron el título en nuestras series nacionales: Occidentales (1962), Industriales (1963, 1965 y 1966) y Habana (1968). Este estelar del deporte de las bolas y los strikes resultó el primero en conseguir el exclusivo doblón en nuestros certámenes beisboleros, al proclamarse campeón como jugador y luego en el puesto de mando, pues en 1973, tras una espera de siete años guió a los azules hasta la cima.
Después en la versión de 1985-1986, Chávez volvió a sacar a los Industriales de su mayor período de sequía triunfadora que se prolongó durante 13 años, justamente el tiempo que medió en sus dos coronaciones como timonel.
Igualmente, a Pedro Chávez le correspondió el honor de ser el primero en la historia de los certámenes mundiales en abrir el club de los que han triunfado siendo atleta y luego como mánager. A esta relación ingresó posteriormente Alfonso Urquiola cuatro veces monarca del orbe como jugador (1973, 1978, 1980 y 1984) y una como timonel de los cubanos en la justa planetaria de 1998.
Chávez, como afirmamos anteriormente, integró la nómina del elenco que ganó el cetro en Costa Rica 1961, y más tarde dirigió a la representación de Cuba que triunfó en las confrontaciones del orbe de 1984 y 1986.
Polémica decisión
A Pedro Chávez, aparte de ser una de las estrellas del béisbol de los años 60, y de salir airoso como jugador y director tanto en campeonatos nacionales como en mundiales, se le recuerda también como protagonista de una de las decisiones más atrevidas de un mánager cubano en lides internacionales.
En la Copa del Mundo de Béisbol que ya no se efectúa, el lunes 15 de octubre de 1984, estando debajo en la pizarra, 4 a 5, frente a Puerto Rico, en el cierre del noveno capítulo sacó a Lázaro Junco de emergente por Antonio Muñoz.
Aunque el serpentinero contrario en aquel momento era el zurdo Jesús Motora Feliciano, sustituir a un bateador de la talla del Gigante del Escambray , quien había empatado anteriormente el encuentro con un cuadrangular, era una decisión cuestionable.
Finalmente el matancero Junco disparó una descomunal conexión que pegó en la pared del medio y le permitió arribar a la intermedia. Años más tarde, en el estadio Augusto César Sandino, conversé con Lázaro Junco sobre la jugada:
«Cuando Chávez me dijo que saliera a empuñar de emergente por Antonio Muñoz, sentí una gran impresión, porque Muñoz era un gran bateador, para mí uno de los mejores bateadores que han pasado por el béisbol revolucionario. Fue tanta la impresión que le dije a Chávez: " ¿Pero por Muñoz?â€, y entonces él me contestó: "Sí, tú por Muñoz".
«Sentí una gran satisfacción al no hacer quedar mal a Chávez, pues disparé doble. Creo que ese es uno de los grandes regocijos en mi trayectoria como pelotero: haber conectado doblete de emergente por un señor bateador de la pelota cubana como es Antonio Muñoz ».
Pregunto: ¿Qué habría pasado si la jugada sale mal?