Con las medallas de oro conseguidas por el fuera de serie Mijaín López y el sorprendente Luis Orta, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, los exponentes de la lucha cubana mantuvieron la cadena de conquistar al menos un título desde Barcelona 1992.
Ni el boxeo, nuestro buque insignia de las delegaciones en confrontaciones multideportivas, se da el lujo de los gladiadores, pues en Beijing 2008, los púgiles ganaron cuatro preseas de plata e igual número de metales de bronce, pero se fueron en blanco en el casillero dorado.
En Barcelona 1992, Alejandro Puerto y Héctor Milián se convirtieron en nuestros primeros campeones de este deporte en citas estivales.
Después de este par de preseas, Filiberto Azcuy salvó la cadena al imponerse en Atlanta 1996 y Sydney 2000, erigiéndose así en el primer cubano con dos coronas en estas confrontaciones.
Su gran aval nacional e internacional influyó en que el oriundo de Esmeralda, Camagí¼ey, fuera exaltado al Salón de la Fama de la Lucha, en 2005.
En 2004, Yandro Quintana continuó la senda dorada de los gladiadores y a partir de Beijing 2008, el tetracampeón y futuro miembro del Salón de la Fama, Mijaín López, triunfó igualmente en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, y ahora en Tokio se convirtió en el único gladiador con medallas de oro en cuatro olimpiadas. En Río de Janeiro, en 2016, el ídolo de Herradura estuvo acompañado por Ismael Borrero, y en Tokio, Luis Alberto Orta se le adelantó a Mijaín por unos minutos para darle a Cuba la preciada medalla de oro.
Con estos dos títulos los luchadores empataron históricamente con los exponentes del atletismo, con 11 galardones dorados, únicamente superados por el boxeo.