A pocos días de la clausura de los Juegos Olímpicos, queremos compartir con nuestros lectores algunas ideas sobre la actuación de los cubanos en Tokio.
Mijaín López, un récord difícil igualar. (Foto: Rueters)
Osvaldo Rojas Garay
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12 Agosto 2021
12 Agosto 2021
hace 3 años
Aunque ya ha pasado cerca de una semana de la clausura de los Juegos Olímpicos, quiero compartir algunas ideas con nuestros lectores sobre la actuación de los cubanos en el certamen efectuado en Tokio.
Cuando hace un mes comenté que no era utópico pensar que Cuba quedaría entre los 20 primeros en la Olimpiada de Tokio, muchos consideraron que era un vaticinio demasiado optimista.
Para llegar a esa conclusión tomé en cuenta, entre otras cosas, que desde Barcelona ´1992, cuando la Mayor de las Antillas retornó a las Olimpiadas, tras ausentarse en 1984 y 1988, ningún país con cinco títulos se ha quedado fuera de los 20 primeros en el medallero, cosa que se confirmó en Tokio, donde los ocupantes del puesto 17 al 21 finalizaron con cuatro coronas.
En una Olimpiada atípica debido a la COVID-19, que impidió una mejor preparación de los atletas, nuestra comitiva de 69 deportistas, la más reducida desde Tokio 1964, se fue por arriba del pronóstico en preseas áureas y con una cosecha de siete medallas doradas, tres de plata y cinco de bronce, culminó en el puesto 14, cifra superior a las tres doradas conquistadas en Beijing ´2008, donde ocupó el peldaño 19, a la de Londres ´2012, cita en la cual se alojó en la plaza 16 con cinco cetros, mientras que en Río de Janeiro ´2016, con similar cantidad de galardones áureos, se ubicó en el puesto 18.
Cuba, en su debut olímpico en París 1900, se situó en la posición 12, apoyada en la brillante actuación del esgrimista Ramón Fonst, quien fue nuevamente la figura central en la obtención de la tercera casilla, en San Luis ´1904. Luego, hubo que esperar 68 años para que los criollos ya en el periodo revolucionario volvieran a acceder a la élite de estas citas, al ubicarse en el escalón 14 en Munich ´1972. Desde entonces en los once Juegos Olímpicos a los que ha acudido siempre ha terminado entre los 20 y en cinco oportunidades entre los 10 mejores.
Si en la justa bajo los Cinco Aros en Río de Janeiro, Cuba quedó en la plaza 18, fue gracias a la actuación de nuestras cuatro joyas deportivas (boxeo, lucha, judo y atletismo), que se repartieron todo el botín de los caribeños. En esta oportunidad a los cuatro mencionados se les unieron el tiro, el canotaje y el taekwondo. Nuevamente el boxeo y la lucha fueron los grandes protagonistas, pues ganaron 6 de los 7 títulos.
Cuatro púgiles descendieron triunfadores del ring: Julio César La Cruz, Roniel Iglesias y Arlen López, quienes conquistaron sus segundas fajas en este tipo de evento. A ellos se les sumó el matancero Andy Cruz, en nuestra opinión el mejor boxeador de la escuadra criolla en estos momentos.
En la lucha, Luis Alberto Orta, el hombre que le proporcionó a Cuba la siempre esperada primera medalla de oro, fue una de las grandes sorpresas de la delegación de la Mayor de las Antillas.
El otro metal dorado en esta disciplina era el más seguro de la delegación, el que se agenció Mijaín López Núñez, a quien le dedicamos un trabajo el pasado sábado. El ídolo de Herradura se erigió en el mejor gladiador en la historia de los Juegos Olímpicos, al obtener su cuarto metal de oro en cuatro incursiones diferentes, algo que ningún compatriota suyo ha logrado en otros deportes.
Si hablamos del inesperado triunfo de Luis Orta, hay que incluir en ese capítulo el alcanzado por la dupla de canoístas de Serguey Torres-Fernando Dayán, que inauguraron el casillero dorado de esta disciplina en Cuba en Juegos Olímpicos, aunque en el pronóstico los expertos lo señalaban como candidatos a las preseas.
Aunque no se colgó la presea más codiciada, Idalys Ortiz demostró que sigue en la elite del judo, al obtener su cuarta medalla olímpica en idéntica participaciones en la gran pugna deportiva, lo cual le valió para igualar a la miembro del Salón de la Fama, Driulis González, que también en su época activa subió cuatro veces al podio.
El atletismo aportó una de plata y dos de bronce. Juan Miguel Echevarría perdió el oro en la última ronda de saltos de longitud. De las discóbolas se esperaba más, con dos laureadas a nivel mundial, Yaimé Pérez, que estaba en una temporada de encanto concluyó en tercer lugar y la villaclareña Denia Caballero, no llegó a la final.
.Algo que muchas veces se pasa por alto es que la delegación del Verde Caimán es una de las pocas compuestas totalmente por deportistas del país, en tanto en las restantes no son pocas las que tienen en sus filas competidores de otras naciones.
En la capital de la Tierra del Sol Naciente participaron alrededor de 22 atletas cubanos que intervinieron con 10 países, los cuales conquistaron una medalla de oro por intermedio del triplista Pedro Pablo Pichardo compitiendo por Portugal y cuatro de bronce, uno de ellos del luchador villaclareño Abraham Concedo
Aunque concluyeron en la posición 14, con sus 7 de oro, los cubanos archivaron la misma cantidad de premios dorados que Canadá, Brasil y Nueva Zelanda, que terminaron del 11 al 13, respectivamente, por el color de las preseas.
Posiciones de Cuba desde 1972
Olimpiada
0
P
B
T
L
Munich 1972
3
1
4
8
14
Montreal 1976
6
4
3
13
8
Moscú 1980
8
7
5
20
4
Barcelona 1992
14
6
11
31
5
Atlanta 1996
9
8
8
25
8
Sidney 2000
11
11
7
29
9
Atenas 2004
9
7
11
27
11
Beijing 2008
3
10
17
30
19
Londres 2012
5
3
7
15
16
Río de Janeiro 2016
5
2
4
11
18
Tokio 2020
7
3
5
15
14
O (Oro), P (Plata), B (Bronce), T (Total), L (Lugar)
Otro aspecto significativo a tomar en cuenta es que los que concluyeron delante de Cuba son países con mayor desarrollo económico y todas las delegaciones que la superaron estaban compuestas por más miembros, encabezadas por los poderosos Estados Unidos (626) y Japón (603). En el grupo de avanzada en el medallero, Cuba con 69, era la única que no llegaba a 100 integrantes, la otra más pequeña era Nueva Zelanda con 220 atletas. Eso habla de la eficiencia que tuvieron los deportistas cubanos.
La actuación de Cuba en los Juegos de Tokio dejó una satisfacción superior a la que la mayoría de los aficionados imaginaban, aunque el desempeño exitoso de los deportistas de la Mayor de las Antillas no debe taparnos los ojos, siempre habrá cosas que analizar, por ejemplo los exponentes del atletismo sufrieron seis lesiones.
Por otro lado, está la ausencia de las disciplinas colectivas. Se extrañan en el voleibol de sala a las Espectaculares Morenas del Caribe y en el estadio al equipo beisbolero más exitoso en las justas estivales, el cual por primera vez se quedó sin pasaje para una Olimpiada, al no clasificar en el Preolímpico de las Américas, celebrado en la Florida.
Los resultados en la cuarta Olimpiada efectuada en Asia, que superaron el saldo de Beijing, Londres y Río de Janeiro fueron recibidos con mucha alegría por el pueblo cubano, que disfrutó el buen andar de los criollos, aunque fuera en horas de la madrugada.
Esta posición es como una lucecita, en medio de las desastrosas actuaciones en las justas multideportivas efectuadas en este quinquenio en el que México nos arrebató el liderato en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en 2018 y al año siguiente caímos al sexto puesto en los Juegos Panamericanos en Lima, pero una advertencia, con excepción de México y Argentina, los otros tres que culminaron por encima en la capital peruana, nos aventajaron en Tokio, como Estados Unidos, puntero en el medallero, mientras Canadá y Brasil coquetearon con los nuestros.