Amado Zamora integró el primer equipo de Villa Clara en series nacionales. (Foto: Archivo del autor).
Osvaldo Rojas Garay
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20 Agosto 2021
20 Agosto 2021
hace 3 años
Amado Leovigildo Zamora Portilla cumple este viernes 68 años de edad y los celebra con el orgullo de ser el bateador que con más edad ha conquistado un título de bateo en nuestros torneos beisboleros y ser también el único que se adjudicó tres coronas de bateo en las desaparecidas series selectivas, que lamentablemente se dejaron de efectuar a partir de 1995.
Nacido el 20 de agosto de 1953, el Bólido de Sierra Morena se agenció su último liderato de los bateadores en la XXXIV Serie Nacional de Béisbol, al computar 395 de average, cuando tenía 41 años, 4 meses y 27 días de edad, un récord que va a perdurar por mucho tiempo, de acuerdo a lo que está sucediendo en la actualidad en la pelota cubana, en la que los jugadores con cierta calidad deciden probar suerte en otros lugares.
Entre los líderes más longevos también recordamos al difunto torpedero de Granma y de equipos orientales, Agustín Arias, quien en la VIII Selectiva, en 1982, se llevó el codiciado cetro con 404 de average, después de haber arribado a las cuatro décadas de vida. Hasta donde sabemos, posiblemente sea el bateador que con más edad ha compilado sobre 400.
En el caso de Amado Zamora fue líder en bateo en tres campañas selectivas: 1985 (361), 1986 (392) y 1989 (413), en esta última contienda resultó uno de los baluartes en el cuarto gallardete, ganado por Las Villas.
Solo otro bateador logró apoderarse más de una vez la corona en el clásico élite de nuestro béisbol, el pinareño Luis Giraldo Casanova, bautizado por el genial Bobby Salamanca como el Señor Pelotero, quien se adueñó de los cetros en 1981 y 1984.
Además de su trío de títulos en selectivas, el modesto pelotero villaclareño comandó a los bateadores en las citas nacionales de 1980-1981 con 394 y en el certamen de 1994-1995 promedió 395, la cifra que lo convirtió en el jugador más longevo en acaparar el codiciado cetro.
A pesar de ser uno de los mejores hombres proa de su época y ganar en cinco oportunidades el liderato de los bateadores, sumando campeonatos nacionales y selectivos, al Bólido de Sierra Morena le resultó muy difícil ocupar un sitio en la nómina de la selección nacional, pues en aquellos tiempos los jardineros con calidad estaban a «pululu » como diría Ruperto Marcha Atrás en el humorístico cubano Vivir del Cuento.
A la hora de conformar los equipos Cuba fundamentalmente le señalaban la falta de un poderoso brazo. En ausencia de Luis Giraldo Casanova, integró el conjunto criollo en una sola ocasión. Esto sucedió en los Juegos Panamericanos de Caracas, 1983, en unión de Lourdes Gourriel, Víctor Mesa y el desaparecido Fernando Hernández.