La santiaguera Omara Durand Elías (T12 débiles visuales profundos) hizo valer los pronósticos y se impuso fácilmente en la vuelta al óvalo en los XVI Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Omara, guiada por Yuniol Kindelán, registró 52.58 segundos, para dejar atrás a la ucraniana Oksana Boturchuk y la venezolana Alejandra Paola Pérez.
Este sexto título le permitió a la Durand romper el empate en medallas doradas que sostenía con su comprovinciana Yunidis Castillo, quien archiva cinco coronas paralímpicas con una de plata.
Nacida el 26 de noviembre de 1991, Omara lleva diez años sin perder, lo cual según sus propias declaraciones, la hacen prepararse más duramente cada día: «Siempre es emocionante, y cualquier competición produce nervios. Lo que hago es relajarme, hablar con mis amigos y escuchar música », refirió la excepcional atleta.
Considerada uno de los íconos de estas competencias en el planeta, tras salir airosa en los 400 metros, la abanderada de la delegación cubana irá por más en estos Juegos, pues aún le restan dos pruebas, los 100 y 200 metros.
Antes de la esperada medalla de oro en las piernas de Omara Durand, el saltador de longitud categoría T46 (atletas con movimiento limitado de un brazo de un grado bajo a un grado moderado), Robiel Yankiel del Sol Cervantes se encargó de proporcionarle a la mayor de Las Antillas su primer metal áureo en esta cita multidisciplinaria, al estirarse hasta los 7.46 metros, e imponer récord paralímpico.
Yankiel relegó a la segunda plaza a Roderick Townsed, monarca de Río de Janeiro, 2016, mientras que el ruso Nikita Kotukov quedó en posesión de la presea de bronce.
Después de estar fuera del medallero en las jornadas iniciales, Cuba compila ahora dos preseas de oro, una de plata y otra de bronce, para alojarse en el puesto 32 de la presente versión de los Juegos Paralímpicos.