Omar Linares eslabonó una impresionante cadena de 51 desafíos consecutivos bateando de hit en las desaparecidas Copas Intercontinentales. (Foto: Tomada de Internet)
Osvaldo Rojas Garay
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20 Septiembre 2021
20 Septiembre 2021
hace 3 años
El pasado sábado cuando publicamos el artículo sobre Frederich Cepeda Cruz titulado «La mayor leyenda activa de nuestras series nacionales », por razones de espacio excluimos una de las grandes proezas en la historia de los Clásicos Mundiales de Béisbol, de la cual fue protagonista el Gallo Mayor.
Cepeda se las arregló para conectar incogibles en 13 juegos consecutivos en esos torneos. El toletero espirituano comenzó su seguidilla frente a los panameños en el I Clásico, el 8 de marzo de 2006, al compilar de 4-1. A partir de entonces logró al menos un indiscutible en los ocho partidos disputados por Cuba.
Después, en el II Clásico (2009), disparó inatrapables en cinco desafíos sucesivos, antes de irse en blanco en cuatro turnos en el último choque contra Japón. La hazaña de Cepeda me animó a revisar otras rachas de la pelota cubana, después de 1962.
Impresionante fue igualmente la cadena de Omar Linares Izquierdo en la historia de las desaparecidas Copas Intercontinentales. El Niño fue llamado de las filas juveniles para sustituir a Pedro José Rodríguez Jiménez (Cheíto) en aquel año 1985, en el que al difunto jonronero de la Perla del Sur lo separaron injustamente de la preselección nacional, debido a unos dólares que le regaló un amigo venezolano en la Copa José Antonio Huelga, en tiempos en que ese dinero estaba penalizado en el país.
Así, Linares, con solo 17 años, 9 meses y 7 días en su anatomía, se estrenó en el plantel cubano de mayores, el 9 de agosto de 1985, en la Copa Intercontinental desarrollada en Edmonton, Canadá. En esa jornada, contra el picheo de Nicaragua, recibió bases por bolas en su primer turno y, posteriormente, en su segunda aparición botó la pelota del parque.
A partir de ese momento eslabonó una sucesión de 51 desafíos consecutivos bateando de jit en este tipo de evento, la cual se extendió hasta el 2 de agosto de 1997, cuando fue dominado por los lanzadores australianos en el certamen de Barcelona.
En la V Serie Nacional, 1965-1966, el entonces novato Agustín Marquetti Moinello tejió una cadena de 16 juegos sucesivos anotándose jit, que en aquel momento constituyó récord en nuestros campeonatos nacionales. Lo interesante es que el Toletero de Alquízar abrió su racha frente a los envíos de Alberto Reyes, de Granjeros, el 16 de febrero de 1966, y frente a este mismo serpentinero conectó el último imparable de dicha cadena, en el primer turno de un doble juego, el 5 de marzo del propio año. A segunda hora, Marquetti se fue en blanco contra cuatro tiradores del principal conjunto agramontino en aquella época, y así quedó trunca su racha, en la cual promedió 354, producto de 23 imparables en 65 veces al bate.
Durante la contienda de 2010-2011, el guantanamero Yoenis Southeran estableció una marca de 815 lances sin cometer errores en una serie y dejó atrás la de 678, que pertenecía a Eduardo Leal, desde la campaña de 1983-1984. Lo curioso es que en la serie siguiente, 2011-2012, el inicialista de los Indios del Guaso se mantuvo nuevamente en 815 lances sin pifiar la pelota.
Otra que se las trae fue la seguidilla de 47 juegos bateando de jonrón en campeonatos mundiales, que comenzaron los cubanos el 1.o de septiembre de 1978, en Italia, y terminó exactamente diez años después, el 1.o de septiembre de 1988, también en Italia, cuando ningún criollo pudo sacarles la bola del parque a los monticulistas japoneses. Para más coincidencia, el primer cuadrangular de la cadena lo pegó Luis Giraldo Casanova Castillo, frente al holandés Ronembergh, y el último, también el Señor Pelotero contra Isabella, de Antillas Holandesas. ¿Qué me dicen?