Seguimos luchando contra el mismo odio que asesinó a los esgrimistas cubanos en 1976 (+Video)

Los deportistas ví­ctimas de atentado contra la nave de Cubana de Aviación, el 6 de octubre de 1976 en Barbados, representaban a las primeras generaciones de atletas formados por la Revolución Cubana.

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Tomado de la edición digital del periódico Granma
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06 Octubre 2021

El 6 de octubre de 1976 un avión de Cubana de Aviación recibí­a el impacto de dos bombas sembradas en su interior por el odio, ese sentimiento que, desprendido, azuzado y auspiciado por el imperio, ha encontrado manos asesinas para enlutar a nuestro pueblo. Aquella vil y cobarde agresión cejó las vidas de 73 personas, entre las que se contaron los jóvenes del equipo cubano de esgrima, quienes habí­an logrado todos los tí­tulos en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de la disciplina, celebrado varias fechas antes en Caracas, Venezuela.

Pintura de esgrimistas.
(Foto: Hans Erni)

Esos deportistas representaban a las primeras generaciones de atletas formados por la Revolución Cubana, que ya comenzaba a cumplir con su palabra de lograr un movimiento deportivo que involucrara a su población en los resultados en la alta competencia mundial.

Las medallas que se hundieron en el mar, pero que por siempre brillarán en la memoria de la Patria, fueron el resultado del sacrificio, la voluntad y preparación de floretistas, sablistas y espadistas, unido a la sapiencia y dedicación de sus entrenadores, en medio de la hostilidad por parte del Gobierno de Estados Unidos.

Es la misma hostilidad que hoy se expresa en el recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero, en las más de 240 medidas coercitivas dispuestas por Donald Trump y que la actual administración mantiene, sin tener en cuenta la pandemia que azota al mundo. Y, como entonces, tiene orden de matar.

Por dictados como esos, el movimiento deportivo cubano sufre en la actualidad la trata de personas que acabamos de ver ahora, en el campeonato mundial Sub 23 de béisbol, práctica en la cual la vida de esos seres humanos no vale nada ante las pretensiones de los mercaderes del deporte de llenarse los bolsillos.

No pocos de nuestros jugadores de béisbol se han visto en situaciones de grave peligro, y han estado a punto de correr igual suerte que nuestros jóvenes esgrimistas. Y para que eso se mantuviera, el Gobierno de EE. UU. rompió el acuerdo entre la Federación Cubana y las Grandes Ligas.

¿Hasta dónde hubiera llegado en los podios aquel equipo de esgrima lleno de talento, hasta dónde llegarí­an los peloteros si tuvieran las mismas oportunidades que el resto del mundo, sin ser ví­ctimas de traficantes?

Resuenan hoy, como entonces, en los oí­dos de los patrocinadores del odio, las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro en el sepelio de las ví­ctimas, a nueve dí­as del vil atentado, resumieron el dolor presente en los familiares, amigos, compañeros y la nación en general.

«No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las ví­ctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla! ».  (Israel Leiva Villegas)

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