Al cumplirse este domingo, 30 de octubre, 62 años de su natalicio, Vanguardia recuerda el paso de Diego Armando Maradona por la principal urbe de Villa Clara.
Pocos saben que el estelar futbolista Diego Armando Maradona, quien cumpliría 62 años este domingo 30 de octubre, estuvo en Santa Clara. Fue una visita bien privada que los pocos testigos del memorable suceso aseguran que debe haberse producido en el 2000 o 2001. Lamentablemente, al parecer, alguien extrajo la página del libro de visitas al Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara, donde estampó su firma y unas palabras.
El Pibe de Oro vino a Cuba por primera vez en julio de 1987 a recibir el premio de mejor deportista latinoamericano de 1986, que entrega la agencia Prensa Latina. Durante su estancia tuvo un encuentro con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien le regaló una gorra y se la autografió.
Comenzaron así una gran amistad que se estrecharía aún más a partir de los constantes viajes de Diego Armando Maradona a nuestro país. Regresó en 1994 y posteriormente llegó en el 2000 para someterse a una cura de su adicción a las drogas.
Fue en ese periodo de recuperación cuando el argentino se dio una vuelta por la ciudad de Marta Abreu y el Che, visita que podemos reconstruir gracias a los testimonios de Enrique íguila Guerrero (Pelencho), en aquel momento, director de deportes en Villa Clara, y Gilberto González García (Guayo), ex director técnico del Expreso del Centro y, entonces, comisionado provincial de fútbol.
Ambos, junto a Marta Lidia Ruiz Pérez, en aquel tiempo miembro del Consejo de Administración del Poder Popular en el territorio, los recibieron en la autopista en horas de la mañana. Venía en una guagua blanca, vestido de negro, con el cabello teñido de amarillo, acompañado, entre otros, por un médico, sus padres, Claudia Villafañe su pareja en aquel momento y su hija Dalma Nerea.
Se trasladaron hacia el Complejo Escultórico Comandante Ernesto Che Guevara, allí le dieron una detallada explicación y pasaron a los nichos. Se detuvo largo rato frente al del Guerrillero de América. De ahí salieron a recorrer el Museo, subieron a la Plaza con una cesta de rosas rojas grandes, y él y su hija las lanzaron todas frente a la carta de despedida del Che a Fidel.
Posteriormente, bajaron al salón de protocolo. Ahí se quitó la camisa y mostró su hombro derecho, donde tiene tatuado al Che.
Durante el recorrido, cuando Maradona vio las imágenes del tren blindado, pidió visitar el Monumento a la Acción contra el Tren Blindado. De ahí se dirigieron a una tiendecita, donde compraron muchos objetos relacionados con el Guerrillero Heroico.
Ya habían rebasado la circunvalación en la Carretera a Camajuaní cuando lo invitaron a almorzar, serían las 12:00 del día. Maradona ofreció disculpas y dijo que deseaba marcharse porque quería ver por televisión el partido del Boca Juniors, que jugaría en horas de la tarde.