En un cierre con destellos de clásicos nacionales, los leones de la capital se agenciaron el séptimo juego de la semifinal ante el poderoso Santiago de Cuba. Después de igualar la subserie 3-3, las avispas del oriente cubano no pudieron culminar la remontada que los incluiría en la final de la Serie 62 del Beisbol.
Un juego con altos niveles de tensión confirió a los capitalinos la garra de su historia para sobrepasar las derrotas consecutivas. Tres carreras y 11 hits fueron suficientes para los Industriales. El derecho Raymond Figueroa dispuso, por segunda vez en la semifinal, de un line up indómito hasta el momento, y mantuvo la ventaja en un Guillermón abarrotado de cánticos y tonalidades rojizas.
Ante la última batalla, los santiagueros optaron por la sabiduría del veterano lanzador Alberto Bisset, quien no fue respaldado por sus compañeros en el terreno. La paridad entre las novenas cedió en la defensa local, propiciando las anotaciones que dieron paso al resultado del partido (3-1). La ofensiva, por su parte, no logró la conexión entre sus principales maderos y la pizarra detuvo sus números en una carrera y siete hits a favor de los locales.
La victoria de los Industriales firmó la sentencia al duelo final. Oriente y Occidente se enfrentan en una lucha de poderes, donde el picheo y la defensa hilarán sus estrategias en aras de ofensivas altamente potenciales.
El beisbol cubano comienza su final de temporada el próximo sábado. En busca de un nuevo campeón, la historia enfrenta a la actualidad. Los veteranos reflejan la sapiencia acumulada en temporadas de ensueño, y los nóveles refuerzan sus capacidades para sobrepasar dos estadios repletos de coros, carteles y silbatos. El combate ha sido pactado. Sólo basta que el terreno indique su última palabra.