El tercer mosquetero

Uno de los mejores segunda base de la pelota cubana, Félix Isasi Mestre, falleció el pasado 2 de febrero, justo 60 años después de su debut en series nacionales.

Compartir

Félix Isasi, expelotero cubano fallecido el 2 de febrero de 2024.
Félix Isasi, uno de los mejores intermedistas que han pasado por las series nacionales de béisbol. (Foto: Tomada de Internet)
Osvaldo Rojas Garay
Osvaldo Rojas Garay
114
10 Febrero 2024

Quiso la casualidad que horas después de disfrutar los Cocodrilos de Matanzas su triunfo en la llamada Serie de Estrellas, marchó hacia la eternidad, a los 78 años, el estelar Félix Isasi Mestre. En en mi opinión, el mejor segunda base que había transitado por las series nacionales hasta que irrumpió en los terrenos de béisbol de nuestro archipiélago Antonio Pacheco Massó, sin dejar de reconocer a Andrés Pilotaje Telemaco, Alfonso Urquiola Crespo, Rey Vicente Anglada Ferrer y Juan Padilla Alfonso. 

Nacido en Pueblo Nuevo, en la Atenas de Cuba, a pocos metros de Palmar de Junco, el 18 de agosto de 1945, Isasi amaba el baloncesto, pero su baja estatura lo hizo cambiar de preferencia y permutar para el béisbol, deporte en el cual se desempeñó durante 18 temporadas, en las que promedió 293 de average.

Con sólo18 años, luciendo el traje de Occidentales, se estrenó por la puerta ancha en la III Serie Nacional (1964), al dispararle dos cañonazos en cuatro turnos oficiales al bate nada menos que a Manuel Alarcón Reina, el Cobrero, uno de los íconos del picheo aficionado cubano en ese momento.

Lo que son las coincidencias, eso sucedió el 2 de febrero de 1964, justamente 60 años antes de su fallecimiento, el pasado viernes 2 de febrero.

Félix Isasi, expelotero cubano fallecido el 2 de febrero de 2024.
Félix Isasi. (Foto: Tomada de Internet)

Debió vestir el uniforme de las cuatro letras en los históricos Juegos Centroamericanos del Caribe, con asiento en San Juan, Puerto Rico, en 1966, luego de lucirse con Henequeneros, al concluir tercero en la lista de los primeros bateadores; sin embargo, lo dejaron fuera de la plantilla.

Pero, al siguiente año no hubo quien impidiera su inclusión en la selección del Verde Caimán que acudió a los Juegos Panamericanos realizados en Winnipeg, Canadá. Desde entonces permaneció en la defensa del segundo cojín en todos los eventos internacionales importantes en los que intervinieron las selecciones criollas, hasta la cita del orbe que tuvo lugar en Colombia, en 1976. En ese período participó en seis justas mundiales, tres confrontaciones del nuevo continente y un par de CentroCaribes.

Inteligente, pícaro, rápido, brillante con el guante en la mano y excelente bateador, Isasi se convirtió en un maestro de la posición, al punto que en los certámenes en que jugó llamó la atención de los scouts, quienes trataron de contratarlo para la pelota profesional. Uno de ellos, Alejandro (Alex) Pompez, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, de la organización de los Indios de Cleveland, de las Grandes Ligas, después de verlo completar un doble play en el aire en la inolvidable justa planetaria de Santo Domingo, en 1969.

En la misma campaña en que Isasi debutó con Occidentales, también lo hizo Rigoberto Rosique Gia, y en la lid de 1966-1967 apareció con el traje de Centrales Wilfredo Sánchez González, el Gamo de Jovellanos.

De esta manera, en la segunda mitad de los años 60 del pasado siglo quedó conformado el célebre trío de jugadores matanceros que, en alusión a un clásico de la literatura francesa, de Alejandro Dumas (1802-1870), Bobby Salamanca bautizó como Los tres mosqueteros: Athos (Wilfredo), Porthos (Rosique) y Aramís (Isasi), quienes alineaban en ese orden. Por mencionar un ejemplo, recuerdo, aunque todavía era un niño, que en el Mundial celebrado en Cuba en 1971, con excepción de un partido, en los demás ocuparon esos turnos madero en mano.

Cuando intervenían en los campeonatos nacionales se les unía el cuarto bate Tomás Soto, que para Salamanca era el Caballero D’Artagnan, a quien le correspondía adelantarlos en bases o impulsarlos, pues era difícil que alguno de ellos no estuviera en circulación.

Junto al estelar lanzador Alfredito García Santiago (12-5), estos hombres resultaron baluartes en el gallardete conquistado por Henequeneros en la IX Serie Nacional (1969-1970), bajo la tutela de Miguel Ángel Domínguez. En aquella porfía los llamados mosqueteros ocuparon las tres primeras posiciones en la tabla de los bateadores: Wilfredo Sánchez lideró con 351 de average, seguido de Rigoberto Rosique (348) y Félix Isasi (333), y meses más tarde repitieron la proeza en la Serie de los 10 Millones: Wilfredo (367), Rosique (332) e Isasi (316); un suceso único en las 62 versiones de nuestro pasatiempo nacional.

La bola escondida

Exaltado al Salón de la Fama del estadio Palmar de Junco, al camarero yumurino se le consideró el artífice de la bola escondida. Tras regresar victorioso el equipo cubano del Mundial de 1970, en el diálogo que sostuvieron con Fidel, el Comandante en Jefe se mostró interesado en conocer cómo había ejecutado Isasi la famosa jugada de la bola escondida. El destacado intermedista hizo una detallada explicación.

Félix Isasi fildeando.
(Foto: Tomada de Cubadebate)

«En el juego de ayer (4 de diciembre de 1970), que iba a decidir —comentó Isasi—, dije… bueno, yo tengo que hacer algo aquí, como siempre lo he hecho con los norteamericanos, inventar algo. Y cuando entonces vi ya que se puso la jugada mala, que se puso el juego 4 a 2, con hombres en primera y segunda sin outs, puse el cerebro a funcionar rápido, y dije: bueno, voy a inventar algo aquí, y dije: Hurtado, ponte alrededor del pitcher y no vayas a acercarte al box. Y entonces allí empezamos a hacer la jugada.

«Esa jugada, Comandante, la he hecho varias veces. Yo no me quedo con la bola, yo le pido la bola al pitcher.

«Nosotros nos acercamos exactamente. Y le dije: dame la bola. Hurtado, da la vuelta por el box y no te acerques. Entonces empezamos a chiflar y a decir: “Dos outs, dos outs”, y yo con la bola en el guante. Y ahí empezamos la jugada».

Comentar