Los seguidores del baloncesto andan de plácemes por estos días, luego de la gran victoria (81 cartones a 67) sobre Estados Unidos, el pasado domingo 25 de febrero, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, en un partido correspondiente a la Ventana Clasificatoria a la FIBA AmeriCup 2025.
Pero resulta importante enmendar un error. Se asegura que el emocionante triunfo de Cuba sobre EE. UU. constituye el segundo de los criollos sobre los norteños en toda la historia del deporte de los aros y las canastas, tras el alcanzado en los VI Juegos Panamericanos, en Cali 1971.
En honor a la verdad, hay que rememorar otra sonrisa que, con el paso del tiempo ha quedado en el olvido, para ser justos con aquellos protagonistas del quinquenio dorado del baloncesto cubano, enmarcado, en nuestra opinión, entre 1970 y 1975.
Casi todo el mundo recuerda lo ocurrido en Cali, cuando el 1.o de agosto de 1971, los nuestros se impusieron a los norteamericanos (73 puntos a 69), con el ranchuelero Pablo García León clavando el puntillazo al encestar dos tiros libres.
Sucede que en el grupo de clasificación de los pupilos de Carmelo Ortega, Brasil, Cuba y EE. UU., finalizaron con dos ganados y uno perdido; pero al aplicarse el desempate entre los tres, cariocas y cubanos avanzaron a la siguiente ronda y dejaron fuera de la discusión de las preseas a los inventores de esta disciplina, que perdieron por primera vez la corona desde que comenzaron a realizarse las competencias del Nuevo Continente, en 1951. El revés ante los criollos se lo sintieron, porque los mandaron más allá del sexto puesto.
Hasta aquí la historia conocida del primer triunfo de Cuba ante un quinteto de Estados Unidos en el mencionado deporte; pero, dos años después sucedió el triunfo que prácticamente todos han olvidado.
En mayo de 1973 se organizó en el Coliseo Amauta, de Perú, el Festival Mundial de Baloncesto, que en la rama varonil reunió a los principales equipos de la época: la extinta Unión Soviética, titular de la cita estival de Munich un año antes, en la que dominó a EE. UU. en un polémico encuentro.
Además, viajaron a Lima la selección de Yugoslavia, que ocupó la cima en el campeonato mundial, del cual fueron sede en 1970, y el equipo del Verde Caimán, que conquistó el bronce en la Olimpiada de Munich. Fíjense en la calidad del torneo, que al año siguiente este trío y los norteamericanos coparon los cuatro primeros peldaños en la justa del orbe realizada en Puerto Rico, en 1974.
En el Festival Mundial de Perú, la URSS se agenció el metal áureo, con cuatro salidas al tabloncillo, y Cuba consiguió medalla de plata, con tres éxitos y un fracaso. Los nuestros sólo cedieron ante los soviéticos, ganaron sus demás partidos frente a Perú —finalista por su condición de sede— y se dieron el lujo de mayorear a Yugoslavia (87 a 66) y al mismísimo Estados Unidos (90 a 81), el martes 22 de mayo de 1973, luego de conquistar el parcial inicial (43 puntos a 40).
El subcampeonato en Perú se incluye entre los mejores resultados de los cubanos en tabloncillos foráneos, junto al bronce olímpico en Munich 1972, el cuarto puesto del planeta en 1974, el bronce en los Panamericanos de Cali 1971 y el premio dorado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1974.
Por tanto, en esta lid se produjo el segundo triunfo de Cuba ante EE. UU.; entonces, el alcanzado el domingo último fue el tercero en la historia de los enfrentamientos de estos conjuntos, y no el segundo como se ha reiterado.
Vale recordar los nombres de los 16 baloncestistas que participaron, al menos en un evento de los que hemos mencionado, como las mejores actuaciones de Cuba en el baloncesto internacional: los villaclareños Conrado Guamuta Pérez y Pablo García, Juan Domecq, Ruperto Herrera, Juan Roca (*), Pedro Chappé (*), Rafael Cañizares, Oscar Varona, Lázaro Ortiz, Miguel Calderón, Tomás Jabao Herrera (*), Alejandro Urgellés (*), Franklin Standard (*), José Miguel Álvarez Pozo (*), Cristian Jiménez y Francisco Varona.
(*): fallecido