La victoria que coronó campeón al equipo de Santa Clara de las Pequeñas Ligas, en la final contra Sancti Spíritus, trajo consigo el título de bicampeones nacionales y el boleto hacia el Campeonato Mundial de la categoría.
Después del merecido descanso, los bombarderos de Santa Clara iniciaron su preparación, rumbo al Mundial de la categoría. En la primera etapa, los entrenamientos están enfocados en potenciar el físico y la fuerza al bate. (Foto: Carolina Vilches Monzón)
Anisbel Luis Reyes y Niurys Castillo Hernández
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14 Abril 2024
14 Abril 2024
hace 7 meses
Villa Clara es una provincia con amplia historia beisbolera. Desde 2013 añora coronarse campeona de la Serie Nacional de Béisbol. Recordar aquel triunfo provoca emociones. Sin embargo, esta vez no fue el equipo estelar el que logró el sueño ni el sub-23 que vistió de gala en 2022.
En esta ocasión brillaron los peloteritos, la novena de las Pequeñas Ligas, los niños de 9 a 11 años, los que llegaron a Sancti Spíritus el 2 de marzo del 2024 y, sin ser favoritos, les ganaron el doble juego a los «Gallitos» y alzaron el título que los convirtió en bicampeones de Cuba.
Un equipo totalmente nuevo, en comparación con el del 2021 en esta misma categoría. Si bien estos muchachos ya habían debutado en la lid infantil, en su primera temporada no les fue tan bien. No obstante, todavía estaba fresco en la memoria aquel partido contra los Cocodrilitos de Matanzas.
Fue un doble juego: perdieron el primero y ganaron el segundo. El estilo de juego hacía recordar a un catcher como Ariel Pestano por la picardía al capturar los lanzamientos y dar las señas, mientras mostraban carácter cuando las jugadas no salían bien. El camarero parecía un poco tímido, aunque el lance lucía perfecto. Era como ver a Eduardo Paret en el campo corto de los Azucareros. ¡Ahí mostraron su garra!, ¡estos niños iban a ganarlo todo!
De los entrenadores también es el mérito
Con 21 series nacionales en su palmarés y la condición de dueño absoluto del jardín derecho, el Dibu de Sierra Morena, Andy Zamora Farrés, comenzó una nueva carrera como entrenador de bateo en las Pequeñas Ligas.
«Es algo novedoso para mí. Estuve con el equipo Santa Clara en la provincial y quedé campeón. En ese momento ya estaba con los muchachos. Es increíble empezar esta función por todo lo alto. Me parece algo muy bonito, de lo cual estoy muy orgulloso, y también de los niños, porque gracias a ellos salió este resultado».
Alzarse con el triunfo demandó el trabajo conjunto de muchachos y entrenadores. Según Carlos Javier César Martínez, preparador físico de los bombarderos de Santa Clara, el tratamiento de la autoestima y las fortalezas del equipo fueron de vital importancia, dadas las complejidades propias de la edad.
«La preparación psicológica en estos casos recae en nosotros los entrenadores. Es muy importante en esta categoría crear un enfoque común y la confianza en ellos mismos, siempre hablándoles positivo, seguros de que ellos sí podían, sí pueden y lo van a conseguir», explica César Martínez.
Cada juego marcó un paso más para hacerse con el triunfo. Durante el camino que recorrieron los Leoparditos, los viejos y nuevos rivales comprendían que no hay equipo pequeño cuando de bombarderos se trata. «Comenzamos contra Cienfuegos y ganamos el doble ese mismo día. Fuimos por una subserie un poco más complicada en Matanzas, donde pasamos trabajo contra un equipo que se comportó inmenso; pero supimos sobreponernos para enfrentar a Pinar del Río», declara Andy Zamora, quien, a su vez, rememora los choques en la más occidental de las provincias:
«Jugamos un primer partido increíble. Nunca había visto un juego de pequeñas que fueran a la regla IBAF (regla de extrainning). Fue un partido de esos donde los muchachos supieron ganar. Sancti Spíritus era un equipo que habíamos visto en varias ocasiones y habíamos salido bien en los topes contra ellos.
«Vi las encuestas, no éramos favoritos; pero sabíamos que tenían que contar con Santa Clara. Cuando ganamos en Matanzas, con el terreno lleno, la misma afición nos dijo: “A ustedes no les gana nadie”», relató.
Convertirse en campeones de las Pequeñas Ligas mientras se trasmitía el juego por la televisión nacional, tuvo un gran impacto.
«A nosotros nos emociona saber que muchas personas en Cuba siguen el equipo y están informados sobre los muchachos, incluso viene gente de la calle a ver los entrenamientos de los sábados. Es una experiencia muy bonita», comenta Carlos Javier.
Garras azucareras o kamikazes color naranja
Alejandro Vázquez Pérez, capitán del equipo, afirma: «A mí lo que me gusta es jugar, así sea en segunda o como pitcher. Ahora estoy como primer bate. Es un turno muy importante y tengo la confianza del entrenador y de mis compañeros».
Al regreso de Pinar del Río ya se alistaban para partir hacia la ciudad del Yayabo: «Nos dijeron que Sancti Spíritus era un buen equipo, pero que los podíamos derrotar. Y así fue, porque si nuestros entrenadores, que nos conocen bien, lo creen, es porque es verdad», comenta Denis Alejandro Zamora Hernández, segunda base y lanzador del equipo.
Sobre sus victorias, dice el capitán de los Leoparditos: «Siento una alegría muy grande, les agradezco mucho a los padres; a los entrenadores, que siempre nos han apoyado y nos ayudaron a conquistar este título».
«Las personas, los niños, los compañeros de nosotros casi lloran cuando ganamos el primer partido, y ni hablar del segundo. Eso fue una locura por allá y por acá. En mi barrio me hacen sentir el pelotero más orgulloso del mundo», asegura Denis
¡A conquistar la cima del mundo!
Con esta victoria, el equipo de Santa Clara aseguró su boleto para representar a Cuba en la Serie Mundial de las Pequeñas Ligas de Béisbol, a celebrarse del 14 al 25 de agosto en Williamsport, Pennsylvania.
A cinco meses de la cita mundialista, la preparación no cesa. «Vamos a algo nuevo para nosotros y para ellos. Es un campeonato mundial y se juega todos los días. Ahora vale tirar rompimiento y curvas. Estamos centrados en enseñarles a batear y tirar estos lanzamientos. Vamos a enfrentarnos a algo que no es ni Pinar del Río ni Matanzas; son los mejores equipos del mundo. El objetivo es ganar para mejorar el resultado de años anteriores, y en eso estamos enfocados», explica Andy Zamora.
Pese a que todavía no existe un calendario oficial, los Leopardos de las Pequeñas Ligas preparan estrategias basadas en el análisis del rival y los problemas de años anteriores. Los objetivos son claros: mejorar la velocidad, aprender a lanzar el slider, la curva, coger mejor los rollings y tirar bien a las bases.
Aspiran a más de dos victorias. Pueden o no lograrlo; sin embargo, de algo podemos estar seguros: estos niños son pequeños de tamaño y edad, pero cuando juegan al béisbol, se transforman en gigantes.