Tal como ocurrió en la X Serie Nacional (1971), la lucha por el cetro de la versión de 1974 quedó centrada entre Azucareros y Habana, en la primera oportunidad a los dulcísimos les bastaba una sonrisa para apoderarse de la corona y tuvieron que luchar muy duro para alcanzar el segundo de sus tres títulos en nuestros campeonatos, pues en los choques iniciales cayeron utilizando a su binomio estelar conformado por José Antonio Huelga Ordaz y Rolando Macías Rodríguez, pero en el último desafío de la subserie con un relevo de altos kilates de Andrés Curro Leiva conquistaron el banderín para la antigua provincia de Las Villas.
Tres años más tarde, el 4 de mayo de 1974, hace medio siglo, el panorama era diferente, porque los capitalinos con una salida exitosa se agenciaban su segundo gallardete.
Minutos antes del crucial partido, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hizo su arribo a un palco situado detrás del plato en el estadio Augusto César Sandino. Los asistentes tributaron una cerrada ovación, en tanto los peloteros de ambos conjuntos se dirigieron al lugar donde se encontraba el líder de la Revolución Cubana.
Fidel en un gesto de reciprocidad se dirigió al terreno, acompañado por Arnaldo Milián Castro, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en la provincia de Las Villas y Pepín Naranjo, intercambió con los jugadores y saludó al público.
El juego decisivo de la XIII Serie Nacional fue tenso desde el primero hasta el último out. Finalmente, el Habana, bajo el mando de Jorge Trigoura, se adjudicó el título, tras doblegar a Azucareros, una carrera a cero.
Aquella noche lanzaron por los marrones el zurdo Leopoldo Márquez y el relevista Manuel Brujo Rivero, quien logró un escón de leyenda, cuando con las bases llenas y sin outs, liquidó por la vía de los strikes a Adolfo Borrell, Pedro José (Cheíto) Rodríguez y Luis Vara. Por la selección de casa trabajó todo el tiempo Rolando Macías, quien fue un digno rival de la dupla Márquez-Brujo Rivero.
Las anteriores visitas
Antes de 1974, el Comandante en Jefe estuvo en tres ocasiones en la instalación beisbolera que lleva el nombre del Héroe Nacional de Nicaragua, todas en 1966. La primera, el martes 18 de enero cuando ya había concluido la Conferencia Tricontinental de La Habana, nuestro máximo líder vino acompañado de uno de los participantes en el evento: Amílcar Cabral, secretario general del Partido Africano por la Independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde, quien fuera asesinado posteriormente el 20 de enero de 1973.
Ese mismo año el mandatario cubano visitó nuevamente el estadio, el 6 de febrero de 1966 y al concluir el segundo partido entre Centrales y Orientales, semanas después de que el estelar serpentinero Aquino Abreu Águila protagonizara la gran hazaña de lanzar dos juegos de cero jits cero carreras en forma consecutiva, Fidel le dijo: «Vine a romperte el no jit no run. Cuando termine el segundo juego tú me vas a pitchear. No vayas a tener miedo de darme un pelotazo».
Fuera del ámbito deportivo, el 9 de diciembre de 1966, el estadio Sandino fue escenario de la clausura, por parte del Comandante en Jefe, de la V Plenaria de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que se había realizado en Ranchuelo.