Equipo Santa Clara de las Pequeñas Ligas de Béisbol, en una visita al estadio Latinoamericano. (Foto: Perfil de Facebook del periodista Dayron Pérez Urbano)
Anisbel Luis Reyes
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31 Julio 2024
31 Julio 2024
hace 4 meses
Grandes emociones aportaron las categorías infanto-juveniles del béisbol villaclareño en estos últimos meses. Desde su participación en la etapa final del Campeonato Nacional de las Pequeñas Ligas, los pilongos de Santa Clara son la sensación principal del foco deportivo en la provincia. Con el título nacional en su róster, Los Bombarderos de la Ciudad Naranja se enfrentarán a un nuevo desafío cuando viajen a Pensilvania para defender los colores de Cuba en la venidera edición de su Serie Mundial.
Tras meses de intensa preparación y aprendizaje, los nuestros ultiman detalles de esta aventura. «Estos meses de preparación han sido muy duros. Hemos empezado a batear la curva y los pícheres han aprendido a tirarlo —comenta Darian Rodríguez Crespo, jardinero del equipo—, nos preparamos para batear lanzamientos que no habíamos visto hasta el momento y que nos van a tirar cuando nos enfrentemos allá».
«Nosotros estamos preparados, no importa si sean grandes. Lo importante es tener un buen puesto», afirmó Darian, mostrando una determinación inquebrantable en cuanto a las aspiraciones del equipo.
El despliegue de una estrategia completa hacia los tres aspectos fundamentales del juego propició un reto profesional tanto para los atletas como entrenadores. Enseñar nuevas técnicas supuso el primer paso hacia la transformación. Según Leonardo Manuel Junco Hernández, primera base del equipo, la defensa requiere meticulosidad y destreza ante el bateo internacional, aspectos claves en el enfrentamiento a los equipos internacionales.
«La preparación del fildeo la trabajamos después del bateo. El profe nos da rolling y trabajamos bien enfocados en lograr un buen desempeño allá» explicó Leonardo.
«Los niños han tenido la oportunidad de entrenar en diferentes escenarios. Vienen preparándose desde el mes de febrero bajo la tutela de Everardo Pedrozo, Andy Zamora, Carlos, el entrenador de picheo, y el profesor Pupo. Este evento es muy fuerte, los equipos tienen mucho talento y han tenido diferentes topes internacionales», destacó Raybel Sedano Moreno, director provincial del nder en Santa Clara.
Un apoyo incondicional
Las extensas horas de trabajo conllevan la ruptura de la cotidianidad. Cada jornada parece un acertijo para aquellos que detrás del home engalanan las gradas de los entrenamientos. Del grito a favor, el comentario sobre jugadas claves y las observaciones al rival, padres, abuelos y hermanos, nacen los hilos de un vínculo primordial en el desarrollo de este sueño.
«Para mí es muy difícil y, a la vez, fáci,l porque me gusta mucho este deporte y llevo diez años en esto —afirma Yereise Chávez Gómez, madre de Yosmín Fuentes Chávez, jardinero del equipo—. Tengo un hijo más grande que también practica el deporte. Es difícil en muchas partes porque son muy diferentes. Yosmín es muy disciplinado para sus cosas. En la parte del deporte es muy dedicado. No me he separado de él por tanto tiempo. Siempre voy a los juegos en los municipios y demás provincias, pero la serie es un lugar que uno no puede alcanzar. Será difícil para la familia, pero desde aquí hay que apoyarlo».
La relación directa con los padres es fundamental para el éxito del torneo. «Hemos hecho un grupo con ellos para preparar a los niños en aspectos culturales y cívicos», añadió el director municipal del Inder en Santa Clara. Contrarrestar los entrenamientos con el estudio y el tiempo de ocio supone un añadido en el desarrollo de las pequeñas estrellas. La integralidad de los componentes atléticos y culturales es evaluada no solo en el terreno de juego, sino en su desempeño grupal y educación cívica.
Lizeth Hernández Ruiz, madre del primera base Leonardo Manuel Junco Hernández, explicó a Vanguardia cómo ha sido la preparación desde el hogar. «Leonardo es un niño que aprende rápido. La preparación es complicada porque yo trabajo y él está en el entrenamiento por la mañana. Es dividirme y partirme al medio, pero él se porta bastante bien. Está aprendiendo a tender su cama y a desarrollarse como un niño que va a estar solo lejos de su mamá», comentó Lizeth.
Separarse de sus seres más queridos constituye el reto más grande para los que día a día desafían las dificultades económicas y familiares por ver otra sonrisa en el rostro de sus campeones.
«Hemos llegado hasta aquí gracias al esfuerzo de los niños y a la consagración de los padres. Ellos se han dedicado en cuerpo y alma a estos niños. Sin los padres no hubiéramos podido estar acá», declaró Sedano Moreno.
Un sueño hecho realidad
El próximo 10 de agosto comenzará la fase final de esta aventura. Un vuelo directo a la ciudad de Nueva York y otras tres horas de recorrido en autobús hasta Pensilvania iniciarán el itinerario de los Bombarderos, quienes presenciarán el juego entre las novenas de MLB Yankees y Detroits. Estar en un terreno de Grandes Ligas e intercambiar con sus ídolos son otras de las motivaciones que presenta la organización del torneo.
«Es un torneo muy especial porque se crean todas las condiciones para que se haga con mucha organización. Los padres están recibiendo correos electrónicos directos con detalles sobre el evento», explicó Raibel.
«La experiencia que van a vivir estos atletas es única. No solo porque van a viajar a un país desconocido. Van a estar en un estadio que para muchos es un sueño, y van a ver una pelota a un nivel que solo han visto a través de la pequeña pantalla. Esto es una experiencia única en su vida. Que ganen o no, poco importa. Para nosotros, ya son campeones», declaró Yereise Chávez Gómez.
El equipo tiene grandes aspiraciones para el torneo pese al alto nivel competitivo, el trabajo psicológico fundamenta la colectividad y la búsqueda de una buena actuación, sin amedrentamientos ni baja autoestima. «Nosotros aspiramos a ser campeones. Trabajamos en función de eso», dijo Leonardo con convicción.
El Monumento a la Acción contra el Tren Blindado acogerá la ceremonia de abanderamiento el próximo 7 de agosto, tres días antes del vuelo a Nueva York. La primera batalla será contra Euroáfrica, pero, desde ya, los jóvenes atletas están listos para dar lo mejor de sí.
La Serie Mundial de las Pequeñas Ligas es una oportunidad invaluable para los pequeños gigantes de Santa Clara. Con una preparación intensa, el apoyo de sus entrenadores y padres, y una determinación inquebrantable, estos niños están pondrán en alto las cuatro letras del uniforme. Esperamos con ansias observar su brillo en el escenario internacional.