
Al igual que Manuel Cocaína García, a quien le dedicamos un espacio en la pasada edición, Eleno Agapito Mayor Valenzuela es otro de los grandes peloteros olvidados que, lamentablemente, ni en su provincia lo conocen.
De la partida física de esta estrella del box se cumplen este viernes 20 años y es muy posible que el aniversario pase inadvertido. Agapito nació en Sagua la Grande el 18 de agosto de 1915; sin embargo, le apodaban el zurdo de Caibarién. ¿Cómo pudo suceder esto?, pues el propio lanzador lo aclaró en el testimonio que le ofreció al ya fallecido Ángel Torres (La Habana, 1928-Estados Unidos, 2010) para su texto: «La leyenda del Béisbol Cubano».
«Nosotros éramos cinco hermanos, cuatro varones y una hembra. El único que no nació en Caibarién fui yo. Mi padre trabajaba en los ferrocarriles de Sagua la Grande y mi mamá se pasó un mes en ese lugar. Allí nací, regresando a Caibarién con menos de un mes de nacido», explicó este astro del pitcheo cubano, cuyo nombre fue incluido entre los nueve serpentineros que en opinión del avezado escritor y periodista Ángel Torres conformarían un hipotético equipo de ensueño cubano correspondiente al periodo 1878-1950.
En su época de amateur, Agapito Mayor fue el principal baluarte en la coronación del plantel cubano en los IV Juegos Centroamericanos y del Caribe, organizados en Ciudad de Panamá, en 1938, al acreditarse ¡cuatro! de las cinco victorias obtenidas por el conjunto criollo en esa cita multideportiva.
Poco tiempo después ingresó en el profesionalismo en la temporada de 1938-1939, vistiendo el traje del club Almendares, equipo con el cual desarrolló toda su carrera hasta 1953, con excepción de la campaña de 1947-1948.
Con Almendares bordó otra de sus grandes proezas, al erigirse en uno de los protagonistas del triunfo de este elenco en la 1ra Serie del Caribe celebrada en el entonces Estadio del Cerro en La Habana, en 1949.
Los dirigidos por el ex receptor de Grandes Ligas, Fermín Guerra, culminaron invictos en el certamen con seis victorias sin fracasos, la mitad de los éxitos, es decir tres, fueron a la cuenta de Agapito, récord que ningún otro tirador ha podido igualar y que le valió para ser escogido como el Jugador Más Valioso de la serie.
Era común que, en los meses de febrero y marzo, equipos de las Grandes Ligas norteamericanas vinieran a La Habana para jugar frente a diferentes clubes de la Mayor de Las Antillas, como parte de los entrenamientos primaverales. Agapito derrotó a dos de esas selecciones, con idéntico marcador de 4 a 2, primero a los Cardenales de San Luis, a quienes dejó en cuatro jits, el 31 de marzo de 1940 y posteriormente, el 7 de marzo de 1942, venció a los Dodgers de Brooklyn.
Pero la consagración del estelar zurdo ocurrió durante la contienda de 1946-47, en la cual el equipo Habana arrancó con una gran ventaja de 6 juegos y medio, que parecía inalcanzable; sin embargo, los Almendares de Adolfo Luque, se fueron recuperando, al extremo de imponerse en 12 de los 13 choques finales, para llevarse el gallardete.
En esa formidable racha Agapito aportó cinco triunfos, entre ellos el del 24 de febrero de 1947, fecha en que se encaramó en la lomita y domó a los leones, 2 carreras a 1, dejando el escenario listo para que, al día siguiente, otro astro del montículo, el también zurdo Max (El Monstruo) Lanier, con solo 48 horas de descanso, venciera a los habaneros, 9 a 2 y así los Alacranes conquistaron el título en el que es considerado el final más famoso en la historia de la pelota profesional cubana.
Después de conocer estas fabulosas actuaciones de Agapito Mayor muchos de nuestros lectores se habrán hecho la interrogante: ¿Y por qué no llegó a Grandes Ligas?
Entre 1940 y 1942, Agapito formó parte de la nómina de los clubes Greenville, Springfield, Sherman y Gainsnesville. Sus actuaciones despertaron la atención de los buscadores de talento del equipo de los Senadores de Washington, pero según he leído se dejó tentar por la oferta de los hermanos Pasquel, que estaban tratando de conformar una Liga que compitiera con la de Estados Unidos y pagaban un poco mejor, aquí pudiera estar la razón que lo llevó a decidirse por los mexicanos.
Un detalle:
Hubert Max Lanier y Agapito Mayor, los dos cinchetes en el sonado triunfo de Almendares en la temporada de 1946-1947 nacieron el mismo día: 18 de agosto de 1915, aunque el primero vivió 91 años y el segundo murió a los 89.