
Desde hace 17 años, Villa Clara recibe el Torneo Abierto de Pesca de la Trucha «José Quintín Cardoso Gómez», evento que se realiza en el Campismo Popular Presa Minerva y constituye el cierre del ciclo de pesca de trucha en el país.
El recorrido comienza con el aniversario de la Federación Nacional de Pesca Deportiva (FNPD), durante la primera quincena de noviembre, en el embalse Voladora, ubicado en el municipio cienfueguero de Rodas, y prosigue en la provincia de Granma, donde la laguna Leonero acoge el torneo Liberación de Río Cauto y el Campeonato Nacional de la Pesca de la Trucha «Quema de Bayamo».
El nombre de la competencia en Villa Clara hace honor a unos de los mayores promotores de la pesca deportiva en la provincia. A cargo de José Quintín estuvo el nacimiento de este torneo en 2006 y el «Todos Estrellas de la pesca de la trucha en Cuba» en 1998, que contó con los mejores pescadores del país y visitantes internacionales.
Juan Antonio Martín Soler, presidente de la Asociación de Pesca Deportiva en Villa Clara, explica que este año al torneo asistieron 20 participantes provenientes de ocho provincias cubanas. Se premia a los competidores sobre la base del peso de las truchas pescadas, y se otorgan puntos por cada libra y bonificaciones por pesos específicos. Además, se reconoce a quien capture la pieza mayor. La competencia, además de un evento recreativo, contribuye al ranking nacional de pesca.



El torneo comienza el 16 de febrero, justo al finalizar la veda de la trucha en Villa Clara, y finaliza el 21 con las premiaciones de los tres primeros lugares. En aras de preservar la especie, cada pescador solo puede presentar por día tres ejemplares, y solo son válidos los superiores a 25 centímetros de longitud.
«Puede participar cualquier miembro de la Federación Nacional de Pesca Deportiva, y el único requisito para ser miembro es ser cubano», explica su vicepresidente, Domingo Rodríguez Soria, uno de los competidores. Cada pescador paga su inscripción al evento, que incluye hospedaje y alimentación, y abona otra cuota para su familia, libre de costo para niños.
Julio César González pasa las ocho horas diarias de pesca junto a su hijo Yismel, quien con solo 18 años participa por segunda vez. «A él desde chiquitico le gustó, y con siete años ya veníamos los dos desde Mayabeque».
«Allá arriba se ve una señora con tres niños chiquitos; esos, y uno grande que está en la universidad, son los míos. Todos los años venimos y, para desgracia mía —porque cada vez es más caro—, todos son pescadores y ya tienen su equipo. El mayor se va conmigo a cada rato con su propia cámara y vara», afirma Yoelvis Pino García, quien se encuentra en el segundo lugar nacional de pesca deportiva.
A las cinco de la mañana comienza oficialmente la jornada del torneo, que se extiende cada día hasta las dos de la tarde. Todos allí se conocen y los ganadores reciben el aplauso de un público que ya los considera su familia.




Con los tres primeros lugares se alzaron, respectivamente, Delvis Pérez Álvarez, Julio César González y Asniel Caso Cruz. Aurelio Antonio Chinea, quien no pudo terminar la competencia debido a problemas de salud, recibió un reconocimiento especial por «entregar su alma y corazón a la pesca deportiva».







Las truchas capturadas se destinan al disfrute de los presentes. Este evento requiere de una licencia deportiva que solicita el comité organizador y que cubre solo la pesca de trucha por los cinco días competencia.


José Ramón Villanueva Jiménez, inspector estatal del Ministerio de la Agricultura en Villa Clara, plantea que todo ciudadano puede solicitar licencias recreativas para lugares de agua dulce artificiales, que amparan la pesca para el consumo propio y familiar. Su costo es de 50 pesos, y el permiso, válido por un año, autoriza a utilizar como artes de pesca, únicamente, la vara, el cordel y el anzuelo.
En la pesca marítima, la licencia se paga según la embarcación. Seguridad Marítima y la capitanía del puerto establecen la cantidad de tripulantes que puede embarcar, y el dueño del barco paga 100 pesos por cada plaza que decida emplear.
La pesca submarina solo se autoriza los fines de semana y días feriados, solo para áreas marítimas. «En zonas que son de gran interés económico, como la nuestra en los cayos, los pescadores tienen que salir hasta un punto llamado isobata, y a partir de allí es que las embarcaciones pueden pescar».

La escuela de pesca villaclareña llegó a convertirse en un movimiento fortísimo años atrás, y muchas de las empresas llegaron a tener, incluso, sus propios clubes de pesca. En estos momentos, los directivos de la federación trabajan para recuperar una de las bases de la provincia, lo que permitiría, además del disfrute de los miembros nacionales, la realización de eventos internacionales.