
Comenzó la tertulia «La hora de la verdad», esta vez en un nuevo espacio: La Luna Naranja. Conducida por el poeta y narrador Arístides Vega Chapú, la tertulia se caracteriza por las conversaciones sinceras y fluidas con sus invitados que alternan con momentos de buena música.

Arístides sorprende a Francisca López Civeira al contarle haber escuchado de Eusebio Leal referencias de su respeto por ella. Historiadora y profesora —más bien maestra— es recordada por sus alumnos por la manera en que conectaba la historia con la poesía.

Francisca confiesa que tiene una bella familia, dos hijos y 4 nietos, a los que dedicó buena parte de su vida. Cuando sus hijos fueron mayores, comenzó a compartir con ellos sus conquistas profesionales.
De su etapa de estudiante recuerda profesores que la marcaron. Carpentier le impactó por persona sencilla y el gran profesor que fue. Tuvo varios profesores de altos kilates que sentaron los bases de la historiadora que hoy es: Rosario Novoa, Isabel Monal, Deisi Rivero, y muchos más. En todos los tiempos ha habido profesores que marcan e impulsan el desarrollo y crecimiento profesional.
De Virgilio Lóipez Lémus, espirituano, destaca Vega su extensa obra literaria.
Conversaron de su labor con Pesoa, su interés por traducirlo al “cubano” y poner al alcance de los lectores nacionales lo mejor de su obra poética. No faltaron las risas al abundar sobre sus encuentros con Samuel Feijóo, el mayor de los surrealistas cubanos, en la década del 70. Lo admira como uno de los grandes creadores cubanos, de grandes luces, pintor, periodista, escritor, poeta.
Jorge Luis Mederos, Veleta, presidente de honor de la Feria, piensa que la gran diferencia entre el muchacho con inquietudes literarias de sus inicios y el actual, son los 40 años transcurridos. Recuerda que sus encuentros de la “Veletrova”, antiguos espacios de trova y poesía, empezaron con la inspiración del trabajo de Bladimir Zamora en la Habana.

La Santa Clara de aquellos tiempos no tenía la vida cultural que alcanzó después, y los jóvenes creadores de entonces fueron abriendo sus propios caminos. Ahora la ciudad es diferente y eso también ha influido en el cambio de este Veleta. A Bladimir dedica el poema que comparte con auditorio: Los consejos de papá 23, y Poema de amor número uno para una ciudad inocente.
Francisca y Virgilio, escritores homenajeados de la Feria, recibieron la condición de Huésped Distinguido, otorgada por el Gobierno Municipal, y la distinción cultural El Zarapico, entregada por el Vicepresidente del gobierno provincial y el director de Cultura provincial.
Entre anécdotas y confesiones, el trío Palabras interpretó los clásicos de la trova La palabra enamorada, Pensamientos y Si de tanto soñarte, mientras que el comienzo y el final de la noche estuvo a cargo de la Orquesta de guitarras Entre cuerdas, con variado repertorio, para deleite de los presentes.
Como ya es costumbre en estas tertulias, el tono coloquial y cercano de las conversaciones creo una complicidad agradable entre los invitados, el conductor y el público.












