Hace tiempo que quería hablar del tema. Si no lo hice antes fue por mi falta de credibilidad al respecto. Pero al dialogar con varias personas me convencí de que sí: pensar en positivo ayuda a lograr las metas trazadas.
El éxito en la vida no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas. Quien piensa positivo ve lo invisible, siente lo intangible y logra lo imposible.
En los últimos tiempos se habla mucho del pensamiento positivo. En ocasiones los psicólogos plantean que sentirse bien o mal depende de uno mismo, afirmación no exenta de cierta polémica, pues muchas experiencias externas y ajenas a nosotros pueden conseguir que nuestro estado de ánimo se tambalee.
También es cierto que nuestra mente procesa todo acontecimiento, y el sentido que le demos no va a depender de nadie, sino única y exclusivamente de nosotros mismos.
El pensamiento positivo implica escoger la mejor de las posibilidades que se nos plantean. Se trata de ser conscientes de nuestra situación y de que tenemos habilidades para conseguir lo que deseamos, aunque sin llegar a la idealización.
Puede darse el caso de que dos personas con la misma enfermedad no la rebasen de igual manera. Depende de cómo cada cual asuma los padecimientos. Quien los enfrenta con optimismo alcanza mejores resultados que aquel que se deja llevar por el pesimismo y piensa solo en los malestares.
En los tiempos que corren, cuando la vida nos aprieta el zapato, lo primero que hacemos es lamentarnos. En lugar de eso debemos verle el lado bueno al suceso.
Si se demora esperando la guagua en la parada, piense que esta puede venir no tan llena. Si le sorprendió la lluvia en medio del camino a casa y no trae paraguas, asuma que se trata de un regalo de la naturaleza para mitigar el calor… Y si no corre el riesgo de «pescar » un resfriado ni está tronando, pues ¡mójese! y refrescará su cuerpo. Se trata de que en nuestra vida prime el optimismo, pero no del tipo ingenuo, y tampoco dejarse llevar por ideas prometedoras, sino considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones.
Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista que sea seguramente fracasará en su empeño, por carecer de las herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.
En la amistad y en la búsqueda de pareja también es necesario ser optimistas. Algunas personas se encierran en sí mismas después de los fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien más en quien confiar. En este sentido, pensar en positivo supone reconocer que cada cual tiene algo bueno, por lo que debemos aceptar sus defectos y buscar la manera de ayudar a superarlos.
Y no olvide: verle el lado bueno a los acontecimientos que nos rodean hace que tengamos una vida más saludable.