La materia que no necesitan los cientí­ficos cubanos

La integralidad del estudiante debe mantenerse como primer objetivo del proceso docente-educativo cubano, por encima de reducidas consultas y supuestos miedos.

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Laura Lyanet Blanco Betancourt
Laura L. Blanco Betancourt
@lauralyanet
13110
04 Mayo 2018

Desde hace dos cursos, los aspirantes a ingresar a los institutos preuniversitarios vocacionales de ciencias exactas (IPVCE) del paí­s no realizan el examen de Español.

La razón o el pretexto que ofrece el Ministerio de Educación cubano es «rescatar los objetivos fundacionales de estos centros » entiéndase priorizar las carreras de perfil cientí­fico, en consonancia con «los desafí­os que plantea el desarrollo socioeconómico del paí­s ».

Aparentemente, esa materia «no afecta la formación integral » de los candidatos a los IPVCE. Por su valor «instrumental », basta con medirse «en ortografí­a y redacción » a través de las restantes disciplinas que sí­ garantizan el acceso de los alumnos a dichos centros, como Matemática, Historia, Biologí­a, Quí­mica o Fí­sica. Aunque debe resultar un poco difí­cil calificar ortografí­a y redacción en exámenes donde cada vez son menos las preguntas de elaboración y razonamiento, y más las de fórmulas numéricas o al estilo «marque verdadero o falso », «enlace columna A con columna B ».

Ilustración de Martirena
(Ilustración: Martirena)

La medida contó con el visto bueno de los docentes y las organizaciones estudiantiles. Eso dijo Adalberto Revilla Vega, el director nacional de secundaria básica al diario Granma. ¿Consultaron a todos? No. ¿Era suficiente con la opinión de unos pocos? No. Aun así­, la prueba de Español quedó excluida de los requisitos para iniciar el camino hacia las ciencias.

Desde la perspectiva de las autoridades ministeriales y de algunos profesores del IPVCE villaclareño consultados por este medio, hay suficientes razones para respaldar la decisión. Primero, que un IPVCE no constituye un preuniversitario más, sino uno enfocado a funcionar como centro cientí­fico-investigativo y cantera segura para las carreras de perfil cientí­fico; segundo: que muchos estudiantes con probados conocimientos en las ciencias exactas y naturales no poseen similar dominio del español y eso los aleja de los IPVCE; tercero: una prueba de ingreso no es garantí­a del saber de los alumnos; cuarto: en la enseñanza curricular para décimo, onceno y duodécimo grados, el Español se mantiene como asignatura priorizada junto a Matemática e Historia.

Sin embargo, saltan a la vista no pocas dudas y contradicciones con respecto al Español y su actual relación con la «educación cientí­fica » en Cuba. Por ejemplo, entre los cambios aprobados para los IPVCE resalta el incremento en las frecuencias de clases de las disciplinas de ciencias. Si no se han extendido los horarios en dichos institutos, ¿en detrimento de cuáles asignaturas se incrementaron estas?

La prueba se eliminó del ingreso a los IPVCE. No obstante, se mantiene para la admisión a las universidades. Entonces, ¿es o no importante medir los respectivos conocimientos?

Además, el proceso de calificación de las pruebas de ingreso de Matemática, Historia, Quí­mica… demandarí­a ahora una mayor participación de profesores de Español-Literatura. Ellos, por su formación y experiencia, podrí­an detectar con más eficacia los errores de los aspirantes y seguramente hacer cumplir mejor los estándares de calidad que persigue el Ministerio con relación al Español en exámenes de admisión a un IPVCE. Pero esto no ha ocurrido aún en el IPVCE Ernesto Guevara, de Villa Clara; al menos, no hasta la semana pasada.

La madeja podrí­a enredarse más, pues hasta ahora se ha entendido el Español como una simple materia, y se ha obviado todo aquello que lo identifica como elemento cultural identitario, sí­mbolo y patrimonio de la nación, lengua materna y, por consiguiente, el idioma en el que generalmente se comunican nuestros cientí­ficos, tanto de manera oral como escrita.

Lo que no se ejercita, se pierde; lo que no se potencia desde el inicio, se descuida. Y no hay razones suficientes que justifiquen el español como un riesgo contra la seguridad de la cantera para las carreras de perfil cientí­fico, como han dado a entender autoridades del Mined a través de los medios de prensa.

La integralidad del estudiante debe mantenerse como primer objetivo del proceso docente-educativo cubano, por encima de reducidas consultas y supuestos miedos, y esto incluye o deberí­a incluir el correcto dominio del idioma en que hablamos, pensamos, dotamos de significado las cosas, como bien defiende la Academia Cubana de la Lengua.

Para una persona de ciencia han de ser igualmente importantes la biologí­a y la historia, la fí­sica y la cultura polí­tica, la quí­mica y la filosofí­a, los cálculos y el español. Detrás de una investigación o un resultado cientí­fico existen argumentos polí­ticos, culturales, históricos… no siempre comprensibles a través de una fórmula matemática.

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