Tremenda calor

«La calor» es de esas frases que cada dí­a ganan mayor protagonismo en el idioma español.

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Liliet Barreto Hernandez
Liliet Barreto Hernandez
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15 Agosto 2018

En estos dí­as, cuando las temperaturas sobrepasan los 30 ºC, los abanicos ganan protagonismo y la ropa resulta irresistible, una frase resume el sentimiento unánime de los villaclareños: «Hace tremenda calor ». Sí­, así­ mismo, sin la concordancia de género que siempre reiteran nuestros profesores.

En parques, tiendas, paradas, en cualquier horario y sin distinción de edad ni sexo, retumban por doquier exclamaciones acerca de «la calor ». Me sorprende   cada vez más la frecuencia con que se emplea la frase en cuestión.

Caricatura de Alfredo Martirena mal empleo de artí­culo en la calor.
(Ilustración: Alfredo Martirena)

«Hay "mucha calor", no puedo más », exclamó ella moviendo la mano, abierta repetitivamente con el frenesí­ de quien necesita una ducha mientras las gotas de sudor se deslizaban cejas abajo. Y yo, por dentro, loca por expresarle que sí­, que es cierto lo del calor que nos maltrata a todos los seres humanos, pero también a nuestro idioma, ví­ctima de tal frase quejosa relacionada con el calentamiento global.

¿La explicación? No la tengo ni me acerco a imaginarla. Quizá sea como el «vite » del matancero, el «compay » de los granmenses o la «cubalse » de los camagí¼eyanos. Una de esas expresiones que llegaron para quedarse, que están ahí­, como el pan nuestro de cada dí­a, y que a contrapelo de lo dictado por la Gramática no se despegan de la cotidianidad.

Pero sí­ debe quedar claro que calor es un sustantivo masculino; por tanto, el artí­culo que lo acompañe debe concordar en ese mismo género. Entonces, a luchar contra «la calor », con abanicos en acción y alguna que otra clase de Español para sobrellevar este verano.  

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