Sin percepción de riesgo

La eliminación de los espacios propicios para la proliferación del mosquito es la mejor manera de evitar padecimientosos como el dengue y zika.

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Liliet Barreto Hernandez
Liliet Barreto Hernandez
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12 Septiembre 2018

Hace algunas semanas en los hogares, centros laborales o simplemente de paso por la calle una frase se escucha más que de costumbre. El sonido caracterí­stico, el olor y el humo son suficientes para que los ciudadanos, unos en tono de fatiga y otros con alivio, exclamen el ya familiar: «Están fumigando ».

Y es que, por lo general, a estas dos palabras la acompañan singulares gestos de aversión. También, otras acciones como cerrar la vivienda en un intento de simular la ausencia de su morador, marcharse de la oficina o negarse a que la bazuca invada su espacio dejando una huella de olor poco agradable.

hombre fimigando

Estos meses de verano, en los cuales la lluvia y las altas temperaturas azotan sin compasión a nuestra isla, son propicios para la proliferación del mosquito Aedes aegypti agente transmisor de virus como el dengue, el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla. Por ello, el permanente llamado de las autoridades de Salud a la población para que extremen las medidas preventivas en aras de evitar la propagación de este vector.

No obstante, actualmente la provincia de Villa Clara muestra una situación epidemiológica compleja. El territorio tiene una alta presencia del mosquito casi en todos los municipios, y un í­ndice de infestación de 0.60 cuando lo permisible es 0.05. Varios son los elementos que inciden; a pesar de las condiciones climatológicas favorables, el factor humano tiene el mayor porciento de responsabilidad en la reproducción del Aedes aegypti.

Las reglas básicas para su erradicación se han incumplido: muchas personas no poseen percepción de riesgo y soslayan el compromiso individual y social que representa realizar el saneamiento intradomiciliario; en ocasiones, morador y fumigador llegan a un consenso para evadir el tratamiento adulticida en el hogar, sin valorar los riesgos que esto puede ocasionar a su familia y a toda la vecindad.

Por otra parte, respetar los itinerarios de recogida de los desechos sólidos resulta fundamental; los microvertederos, salideros y la contaminación no pueden formar parte de la imagen cotidiana de la ciudad, pues más allá de cuestiones estéticas, tiene gran repercusión para la salud. Además, hacerles frente a las indisciplinas sociales que personas inconscientes cometen a diario es una tarea primordial. De igual modo que en las viviendas se realiza el autofocal, también se debe efectuar en los centros de trabajo.

La eliminación de los espacios propicios para la proliferación del mosquito es la mejor manera de evitar padecimientos, como el dengue y el zika, los cuales han tenido alta incidencia en la población. También, que se realice la fumigación con la calidad requerida y en el momento oportuno, y quienes participen en la campaña lo hagan con conciencia y efectividad.

Es vital que toda persona con sintomatologí­as asociadas a estas enfermedades: fiebre, malestar general, dolores articulares y de cabeza, rach en la piel, sea aislada con el fin de no recibir la picadura del Aedes para no contagiar a sus familiares y vecinos.

No basta la constante alerta de los medios de comunicación, que informan cómo exterminar el vector y las consecuencias de las enfermedades que transmite. Las circunstancias exigen que seamos más consecuentes en nuestro actuar en centros laborales, estudiantiles y en la comunidad. De las acciones emprendidas hoy dependerá que evitemos mayores complicaciones a la salud de todos.

 

 

 

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