La batalla contra la COVID-19 se gana en muchos frentes. El decisivo es el de la salud, pero también hay que garantizar el alimentario, una tarea de primer orden en estas complejas circunstancias.
«No puedo parar », afirmó en entrevista al diario The New York Times, Leonardo Meneses, vendedor de hamburguesas en su acera habitual de Ciudad México: «Si no vendo, no como. Así de fácil ».
El mundo está patas arriba con esta pandemia; al extremo de que, en muchos países, los muertos se amontonan en las calles y los sistemas de salud colapsan, cual castillo de naipes.
Solo naciones con una economía centralizada, que sitúan al hombre en el foco de la atención del Estado, pueden paliar las terribles consecuencias de una enfermedad de tales dimensiones.
Para suerte nuestra, contamos con un gobierno preocupado por el bienestar de todos. De ahí que cada día se adopten decisiones para asegurar un reparto lo más equitativo posible de los alimentos y de los productos de primera necesidad, entre tantas otras medidas.
Acá, en Villa Clara, se han concretado varias, con un elevado nivel de aceptación, como la descentralización de la venta de productos agropecuarios en mercados y placitas del territorio, en aras de acercar la comida a la gente y evitar las aglomeraciones. Y más reciente, la decisión de la máxima dirección del país de vender un módulo de aseo a cada núcleo familiar en correspondencia con la cantidad de consumidores, a precios no subsidiados, pero sí controlados mediante la libreta de abastecimiento.
Igualmente, se garantizó la canasta básica normada a los 287 252 núcleos familiares, la cual se pudo adquirir desde los últimos días de marzo.
También, la papa ha venido como anillo al dedo al complicado problema alimentario. En la mayoría de los territorios se ha vendido entre dos y tres vueltas, y durante este mes de abril deberán completarse las 11 libras por persona; un per cápita alto, aunque, como es lógico, insuficiente, pues se trata de la «reina » de las viandas.
Igualmente se espera la venta a precio no subsidiado de una libra de pollo por persona, así como diez onzas de chícharos; todo ello controlado por la libreta de abastecimiento.
Otro paliativo significativo ha sido el expendio de comida elaborada en 193 establecimientos del Comercio y la Gastronomía. Platos a precios módicos y con la facilidad adicional de poder llevárselos a los clientes a sus casas.
Se suma la atención diferenciada a la tercera edad, la más vulnerable a la COVID-19, a través de los Sistemas de Atención a la Familia (SAF), establecimientos que les llevan los alimentos a nuestros abuelos hasta sus viviendas, para evitar así que salgan a la calle.
Sin olvidar el abastecimiento permanente a los centros de aislamiento y hospitales, para los cuales se ha dispuesto un reforzamiento alimentario.
Claro, la varita mágica no existe y la comida no es lo abundante que se quisiera, con déficit de algunos alimentos de primera necesidad, como el pollo, causante de largas colas a pesar de todos los esfuerzos organizativos realizados por la cadena de Tiendas Caribe y CIMEX.
Lamentablemente, también el cerdo anda bien escaso, casi desaparecido, lo que ha llevado a los trabajadores del sistema de Acopio a ahumar el poco disponible, para venderlo de esa forma en sus establecimientos.
Ahora se realiza un proceso de discusión productor a productor y con cada forma productiva, sea de la Agricultura, de la ANAP o de AZCUBA, para buscar más alimentos y sembrar más comida; con énfasis en las viandas y hortalizas y en las llamadas producciones de ciclo corto, incluidas el maíz, boniato y la yuca.
Este miércoles comenzaron por los diferentes municipios, las reuniones con los 23 560 asociados de la ANAP en Villa Clara, y desde hace 15 días se ha dialogado con cada hombre o mujer que pueda aportar alimentos para el pueblo, quienes han dado una respuesta a la altura del comprometido campesinado villaclareño.
Refiere Betsy Arroyo Rafuls, actual presidenta de la ANAP en la provincia, que a partir de esos encuentros individuales los productores se comprometieron a incrementar la contratación en 2116.70 toneladas de alimentos entre yuca, boniato, plátano, maíz, y a sembrar 2207. 29 hectáreas más de las planificadas, datos estadísticos hasta el cierre del miércoles.
En esta etapa lo más importante es que ningún villaclareño, ningún cubano, ha quedado desamparado y se ha distribuido, lo poco o lo mucho, de la manera más equilibrada posible.
Hace casi 20 años, el Comandante en Jefe dio a conocer el concepto de Revolución. Esa hermosa definición que resalta la importancia de ser tratado y tratar a todos los demás como seres humanos y, sobre todo, defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio.
Y con esos valores, saldremos victoriosos y lo haremos todos juntos.