Octubre se fue y ya llegó el cambio de horario normal. Los días de intensa luminosidad, aunque persisten algunas lluvias aisladas, comienzan a desaparecer. Los estragos se verán dentro de poco en los pastos naturales y zonas forrajeras. El ganado bovino, principalmente, llevará la peor parte y decrecerán los aportes lecheros.
Los animales beberán menos agua y la propagación vegetativa —el macollamiento— de las gramíneas, determinada por procesos asociados a la densidad de la radiación solar, será inferior. Tal es el criterio sostenido por criadores y derivado de análisis científicos aportados desde la perspectiva agropecuaria.
De hecho, la industria láctea villaclareña anda ya resentida, con acopios diarios que apenas superan los 60 000 litros. «¡Ay de aquel ganadero que en su finca no disponga de suficientes pastos acuartonados y de plantas proteicas!», dijo Juan Marrero Rodríguez, campesino de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Manuel Fajardo, en Falcón.
Comentó que el alimento animal no le sobra en abundancia, pero tampoco le falta en tiempos duros de sequía. Sin disponer de tantas vacas en ordeño, superará en el año los 40 000 litros de leche, cifra que rebasará el compromiso de entrega a la industria. En cuanto a las muertes por desnutrición y hechos delictivos contra su rebaño, mira con naturalidad hacia el cielo despejado y dice que anda en cero, porque cuida con celo su propiedad.
Con el criador conversé sobre algún pasto natural que, con discreta estimulación para la fotosíntesis, estará en breve a salvo en algunos campos. Eso detendrá el abultado incremento de la mortalidad originada por desnutrición y enfermedades asociadas a la insuficiencia de alimentos. El productor, como otros villaclareños, está La implementación de la Resolución 124/2021 del Ministerio de Finanzas y Precios sobre las 43 medidas aprobadas para fortalecer la empresa estatal socialista como eslabón esencial y actor más importante del modelo económico cubano —según se precisa en el artículo 27 de la Constitución de la República—, ofrece al sector mayores facultades y permite, a partir de los niveles de utilidades generados, crear reservas para asignarlas a diferentes destinos. También, propicia establecer un fondo para la atención de las comunidades donde viven los trabajadores y apoyar obras sociales en su entorno. En los momentos actuales, la aferrado a las plantas proteicas; conoce que muchos de los pastos naturales tienen pobre biomasa y calidad nutricional.
Datos reportados tres meses atrás en la provincia declaraban la existencia de unas 401 400 cabezas de ganado vacuno. El decrecimiento fue superior a 8750 animales, con incidencias negativas en Manicaragua, Placetas, Santa Clara y Camajuaní. Esos municipios, junto a Cifuentes, poseían entonces bajos reportes de natalidad.
Los nacimientos, en comparación con similar período del año anterior, disminuyeron en unos 970 terneros. El hurto y sacrificio ilegal de vacunos y equinos, con cálculos por encima de las 10 900 cabezas, es un flagelo que también influye en el deterioro del rebaño en la segunda provincia, después de Camagüey, con la mayor cantidad de reses en el país.
Junto a ese azote, las muertes por depauperación dejaron su impronta. Al terminar julio se computó un 60 % de siembras de caña, variedades de King grass y otros pastos. De 2166.3 hectáreas planificadas, hay plantadas 1302.5. Ese volumen resulta insuficiente, y los incumplimientos reiterados se localizan en Cifuentes —el de menor monto—, Corralillo, Santo Domingo y Manicaragua.
Obvio, cualquiera achacaría las cifras negativas a la carencia de petróleo. ¿Dónde queda acaso la tracción animal en el acondicionamiento de suelos? En siembras de plantas proteicas, Corralillo, Placetas, Santo Domingo, Encrucijada, Manicaragua y Ranchuelo estaban a la zaga. La provincia presentaba entonces unas 34.4 hectáreas plantadas, o sea, un 17.6 % de lo previsto.
Ciertamente, sin alimentación sistemática y balanceada el animal reporta una menor productividad, y de ahí la reincidencia de municipios con índices negativos en mortalidad, nacimientos, acopios lecheros y de carne.
En julio pasado, la venta de leche a las industrias marcó un 64 %, y en agosto el guarismo se invirtió: sólo un 46 %, con más de 2 millones 700 000 litros por debajo de lo pactado. En ambos meses Manicaragua, Cifuentes y Camajuaní tuvieron «rayas rojas», con reconocimientos por debajo del 50 % del potencial productivo de hembras en ordeño. Septiembre marcó un 54 % de envíos a las pasteurizadoras, y octubre se comportó con similares rangos.
Al terminar el año, en acumulado se estiman unos 28 millones 900 000 litros, volumen que marcará un 59 % de los acopios concertados. Esperemos, allá en la bienvenida del próximo período lluvioso, que el balance forrajero repercuta favorablemente en los rangos productivos de leche y carne, así como en el estado reproductivo y la mejora genética de los animales, para disparar los signos hacia una efectiva recuperación ganadera.
Lunes, 08 Enero 2024 15:23
Mientra que la prensa siga desinformando al publo seguiremos muy mal