No hay evento meteorológico o situación energética que pueda mellar el espíritu de solidaridad de un pueblo. En estos días complejos pudimos ver la ayuda entre vecinos y el trabajo de muchos para garantizar los servicios vitales a la población.
Un ejemplo de ello lo constituyó la respuesta rápida del sector del Comercio y la Gastronomía al acercar a los barrios alimentos elaborados, y así aliviar a las familias con la venta, a precios módicos, de más de 150 000 raciones en solo 72 horas. Estas muestras de altruismo caracterizan a los villaclareños.
El espíritu solidario se multiplica por estos días entre los cubanos ante la prolongada ausencia del servicio eléctrico, como consecuencia de la desconexión del Sistema Eléctrico Nacional y su paulatina recuperación.
Cuenta mi vecina Magalys, una anciana que vive sola, que en las últimas jornadas no le ha faltado el plato de comida, gracias a la generosidad de sus coterráneos.
Y si de ausencia del agua se trata, por interrupciones en el servicio del Acueducto, muchos han brindado la de los pozos existentes en sus viviendas, y así, entre todos, aliviar las actuales tensiones.
Otros, con plantas eléctricas, facilitan desde su casa la carga de celulares a los vecinos, indispensable para estar informados y mantener la comunicación con familiares y amigos.
En las bodegas se mantiene el personal, a la espera de que lleguen el pan, la leche y otros productos de primera necesidad, para proceder a su inmediata distribución.
En Villa Clara son incontables los ejemplos de solidaridad entre vecinos, entre ellos, cuando ante el paso de un evento meteorológico, muchos acogen a familiares y amigos que viven en zonas propensas a inundaciones, para proteger sus vidas y poner a buen recaudo los bienes personales.
También, ante los destrozos ocasionados por ciclones en distintas provincias cubanas, no ha faltado la donación de prendas de vestir, medicamentos, productos de aseo y otros artículos de primera necesidad, procedentes de organizaciones de masas, centros de trabajo y los nuevos actores de la economía, así como de productores del sector cooperativo y campesino, con el aporte de alimentos y otros insumos a hospitales, hogares de ancianos, maternos, casas de abuelos y escuelas, siempre dispuestos a colaborar.
En Villa Clara, resulta habitual el apoyo de los linieros a los territorios donde el sistema colapsó por la caída de postes y del tendido eléctrico, como consecuencia de los fuertes vientos que acompañan a ciclones; sin importarles estar lejos de la familia por tiempo indefinido, parten con la técnica a ofrecer su ayuda solidaria para devolver el servicio en el menor tiempo posible.
Y si de solidaridad se trata, otros sectores, como el de las Comunicaciones, el Agropecuario, Forestal y Tabacalero, y el de la Construcción, acompañados de los eléctricos, nuevamente volverán a escribir páginas de heroísmo en el oriente cubano, para resarcir los daños causados por la tormenta tropical Oscar a su paso por ese territorio. Los convoca el deber y la esencia solidaria de todo un pueblo.