¿Dónde se abastecieron los vehículos con licencia operativa de carga o pasajeros, si en los servicentros solo se comercializaron 1,08 litros por cada carro?
El descontrol de los portadores energéticos en manos de entidades estatales continúa siendo una de las causas que condicionan la fuga de combustible.
Inspectores de la Oficina Nacional para el Uso Racional de la Energía (ONURE) en Villa Clara así lo confirman, al registrarse al cierre de enero bajos niveles de ventas de combustible en los servicentros de CIMEX. Según datos estadísticos, solo se comercializaron 1,08 litros por cada uno de los vehículos con licencia operativa de carga o pasajeros (577) que se abastecen en esa red de establecimientos.
Aun cuando los especialistas reconocen que en las dependencias estatales existe una mayor conciencia del ahorro, y las ventas en los mencionados servicentros se incrementan ligeramente en comparación con etapas anteriores, el fenómeno que también se repite en otras provincias continúa lastrando la economía cubana.
Ante la persistencia de los ladronzuelos encubiertos que se aprovechan del des control, el Consejo Energético Nacional y sus homólogos provinciales aplican medidas a fin de evitar el desvío del valioso recurso; entre ellas, la certificación de rutas de ómnibus y equipos de carga por parte de la empresa a la cual pertenecen. Corresponde a la ONURE, como contrapartida, hacer la comprobación o el muestreo de las certificaciones.
Refieren los inspectores que los sectores más vulnerables a estos hechos resultan el Micons, la Agricultura, Transporte y Azcuba, dados los volúmenes de combustible que manejan para asegurar sus actividades.
Una de las causas que provocan los desmanes guarda relación con el mal funcionamiento del sistema de gestión y control de la flota, mediante el uso del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), al no realizarse un análisis diario de su comportamiento.
Incide también el uso de tarjetas magnéticas no personalizadas que son empleadas por varios vehículos, deficiencias en el análisis del índice de consumo real por equipo y la mala calidad del autocontrol mensual que las empresas estatales deben realizar con el apoyo del Manual de Inspección de Portadores Energéticos.
Mientras que en un grupo de entidades la exigencia y el control avanzan, en otro, la inestabilidad de directores, energéticos y personal en cargos claves conspira contra la urgencia de hacer del control un sistema.
Vale recordar que el país invierte cuantiosas sumas de dinero en la importación de combustible fósil, indispensable para producir electricidad, mover industrias y todo el andamiaje que requieren la economía y la sociedad cubana. De ahí que en tiempos difíciles se imponga el ahorro como fuente de recursos, a lo cual ha llamado la máxima dirección del país.
El rigor en el control ha de convertirse en una tarea permanente, pues como afirman los especialistas de la ONURE, no hay que esperar que venga un inspector o contraloría de afuera para detectar los problemas. Los propios directores de empresas son los máximos responsables de evitar el desvío de combustible.