Los chivos del engaño

La Empresa Eléctrica Villa Clara desarrolla inspecciones para detectar fraudes de consumidores y, así­, recuperar el dinero por la energí­a dejada de facturar.

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Idalia Vázquez Zerquera
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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10 Mayo 2017

Todaví­a hay quienes, sin pensar en las consecuencias, se atreven a trastear el contador de sus viviendas para pagar menos por la energí­a consumida. Emplean métodos cada vez más sofisticados: manipulan acometidas, introducen imanes u otros artefactos en el equipo de medición, para impedir su normal funcionamiento.

Nuestra provincia no escapa de esta indisciplina, que aún persiste en la sociedad cubana y constituye una de las causas de las pérdidas eléctricas.

Caricatura de Alfredo Martirena sobre fraudes eléctricos.
(Ilustración: Alfredo Martirena)

Ante la problemática, en 2016 la Empresa Eléctrica Villa Clara aplicó un conjunto de medidas para recuperar la energí­a dejada de facturar.

Con el objetivo de detectar anomalí­as en contadores de clientes residenciales,   inspectores del ramo recorrieron diferentes rutas durante los meses de febrero, julio y noviembre pasados. Como resultado, por cada caso detectado, y a través del cobro retroactivo del dinero dejado de pagar por parte de los infractores, fue posible rescatar el equivalente de más de 300 MW.

Similar misión ocupa el 2017 ahora con visitas semanales en trayectos seleccionados para no dar tregua a los transgresores. Con este actuar e igual proceder, en el primer trimestre recobraron en dinero lo correspondiente al gasto de 140 MW mensuales.

Otra acción puesta en práctica para impedir el engaño de consumidores precisó Osmany Herrera Broche, director comercial de la Empresa Eléctrica lo constituye la instalación, a partir de 2016, de unos 10 000 metrocontadores infrarrojos en viviendas del reparto Riviera, en Santa Clara, a las que les seguirán próximamente las de los clientes de la Sucursal Ferrocarril, en la capital provincial.

Los nuevos instrumentos de medición se ubican fuera de las viviendas para garantizar la lectura, aunque estas se encuentren cerradas, y sortear así­ maniobras indebidas que distorsionan el consumo real.    

El hurto de corriente persiste, y son conocidos los casos de clientes   que sobornan a quienes tienen la responsabilidad de leer el contador, y evaden de ese modo el alto costo del gasto de electricidad, cuando en la casa abundan los equipos electrodomésticos.

Más de 30 multas fueron impuestas en marzo pasado a los violadores, asociadas al Decreto 260, sobre las contravenciones personales de las regulaciones del servicio eléctrico aplicadas a quienes manipulan, cambian o alteran el equipo de medida y la acometida, e impiden su funcionamiento correcto y el paso libre de la energí­a.

En estos casos se aplican 500 pesos de multa y el corte del servicio eléctrico por 72 horas. Si es reincidente, la cuota a pagar será de 1000 pesos, además del retiro de la corriente por 15 dí­as. Asimismo, el infractor estará obligado al pago retroactivo de la electricidad sustraí­da por espacio de un año.

A estas trampas no escapan los trabajadores por cuenta propia, cuando el consumo se destina a actividades privadas. En el sector, además de las medidas expuestas, se notifica a la ONAT para que retenga la licencia por un término no menor de seis meses o su retiro definitivo.

Habrá que seguir apelando a la conciencia de cada cual, pues con el robo de corriente también se viola el fisco, y aunque no es condenado como otro tipo de delito, también tiene sus consecuencias económicas para el paí­s ante una energí­a dejada de facturar.  

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