La Colmena Tv se ha convertido en uno de los espacios más seguidos por los públicos en este verano. Aunque no cuento con un criterio científico para respaldar esa aseveración, la gente en la calle habla de la calidad de la propuesta y del encanto de los pequeños participantes.
Se nota que detrás de la entrega hubo mucho pensamiento y sensibilidad. Genial la idea de premiar el buen corazón y no solo el talento en un show que trabaja con niños, por lo que sería imperdonable someterlos a la presión de una competencia que podría generarles sentimientos de frustración si no logran ganar.
Por eso alabo el desempeño del jurado (compuesto por el actor y director, Osvaldo Doimeadiós, la directora del Coro Diminuto Carmen Rosa López, y el repentista Emiliano Sardiñas), en extremo profesional y delicado a la hora de emitir juicios.
Algunos internautas del portal de la Televisión Cubana pedían que las puntuaciones fueran más dispares y acordes con la diversidad de talentos que presentan los competidores. Sin embargo, hacerlo iría en contra de la concepción del espacio, porque, más que un lugar, se premia la capacidad de divertirse, de aprender y eso me resulta genial.
Otro de los principales méritos radica en el guion, que, como otras veces he dicho, constituye la columna vertebral de toda obra televisiva y que en esta ocasión lleva el sello de Jaime Fort, a quien le agradecemos alguno de los mejores capítulos del Vivir del Cuento.
Como acostumbra RTV Comercial, aquí encontramos una escenografía de lujo, un vestuario colorido y aparente. Unas 8 cámaras regalan el dinamismo visual que exigen los tiempos modernos.
Algunas personas en la calle muestran su insatisfacción con el horario de transmisión, porque, según opinan, a esa hora no están despierto los niños. Bueno, en realidad la población infantil en Cuba suele dormir tarde, pero este no es un espacio para los nenes de casa, sino para el consumo en familia.
Otros también critican la selección de las canciones y alegan que parece un Cantándole al Sol, criterio con el que disiento, pues lo importante es verlos desenvolverse en el escenario con una música acorde a su edad, con letras hermosas, que dignifiquen los valores humanos y nuestra cultura (sean o no infantiles).
El equipo liderado por Tin Cremata fue muy cuidadoso y buscó distancia de un estilo de espectáculo donde se sexualiza la infancia para, desde el vestuario, poner en la pantalla a pequeñas copias de los artistas de moda.
Por eso me quedo con la Colmena Tv, porque además de talento, sobra corazón.