La basura es un riesgo ambiental. No recogerla a tiempo implica la proliferación de mosquitos, moscas y otros insectos no deseables que pueden propagar enfermedades.
En los tiempos que corren, cuando, el dengue, el zika y el chikungunya proliferan en la región aunque en la provincia no se reporten casos de estos dos últimos urge la labor de servicios comunales, encargado de la recogida de desechos sólidos. Porque la conjuntivitis, que sí nos afecta, tiene como primera medida preventiva la higiene.
En diálogo con Nilka Ramos Méndez, subdirectora de Higiene y Necrología en la provincia, conocimos que el ciclo de recogida de basura en los municipios villaclareños se comporta de manera estable. «Solo en Caibarién han existido irregularidades con la limpieza del sargazo en la playa, ya que se utiliza el mismo parque de transporte que existe para recoger la basura domiciliaria », dijo.
También reconoció que el principal contratiempo en este sentido se ocurre en la ciudad de Santa Clara, donde laboran más de 300 trabajadores en el barrido, recogida y vertedero. En la capital provincial existen 14 zonas de comunales, y es la siete Consejo Popular Virginia la de mayores descalabros pues solo cuentan con una brigada que en los últimos tiempos no ha podido cumplir con el ciclo de recogida, realizado en días alternos y de noche.
Al indagar con los vecinos de la comunidad, ellos manifiestan que se han quejado varias veces a través del teléfono habilitado para la atención a la población. En días recientes, como el 17 de agosto, una compañera llamó y la respuesta recibida fue que los compañeros de la brigada no quieren trabajar de noche. En ese caso la empresa debe tomar medidas disciplinarias y exigir que se cumpla el horario establecido.
El referido día habían transcurrido tres semanas sin que por el lugar calle Prolongación de Independencia, entre Caridad y Venecia hubieran pasado a recoger la basura. A ello se añade que en el momento de redactar este comentario todavía no habían vuelto a pasar.
Cierto es que la población coopera muy poco, pues deposita la basura en cualquier sitio. Además, llena de escombros los tanques, lo que provoca que se rompan a la hora de verter su contenido en el camión. Pero toda la culpa no es del ciudadano. También las autoridades competentes deben establecer multas a los infractores para detener las indisciplinas sociales.
La vecindad puede ayudar mucho si en el instante de ver a alguien depositando indebidamente escombros u otros desechos le llama la atención. Se trata de contribuir al bienestar colectivo y a contrarrestar los males que afectan la recogida de basura en una ciudad que tiempos atrás gozó del privilegio de ser una de las más limpias de Cuba.