Los aguacates de mi patio son buenos para diciembre. Ahora la mata está copiosa. Todos en casa nos hacíamos agua la boca de solo pensar que para fin de año podríamos tener buena cosecha. Bien para regalarle a los familiares y vecinos. Bien para hacer algún dinerito.
Pero la amenaza del huracán Irma nos ha obligado a cortarle algunos gajos a la mata. Ahora serán unos cientos menos. Todavía no están bien cuajados, sin embargo mi mamá confía en que los podemos poner a madurar y tal vez logremos comernos algunos.
«Irma », nos ha jugado una mala pasada. El gajo que tuvimos que cortar era un peligro para la casa de mi vecino Ibrahim. Valió más la solidaridad con él. No obstante, la posibilidad de probar mis aguacates no se han esfumado del todo. Todavía quedan esperanzas de que los vientos no descuajen del todo la mata.
«Son los riesgos de los aguacates de diciembre, son una caja de sorpresas », dice mi mamá mientras recoge en sacos los aguacates que añora madurar.